Fonteta. |
Aldea de la
parroquia de San Salvador del Valledor que se hizo tristemente famosa en 2011 debido al pavoroso incendio que calcinó unas 4.000 hectáreas, ayudado por
rachas de viento de hasta 110 kilómetros por hora que provocaron que las
llamas, en determinados lugares pasaran incluso por encima de los árboles
quemando únicamente su parte más alta. Riqueza natural, además de alguna
vivienda, cuadras, destruida por la mano criminal del hombre que se está
empezando a recuperar con lentitud pero con vitalidad.
Cortín. Estructura de piedra pensada para proteger las colmenas de los osos. |
Eso en una
parroquia de algo menos de 55 kilómetros cuadrados en la que viven, según los
datos oficiales, menos de un centenar de personas, la mayoría de edad avanzada,
toda vez que los jóvenes se han ido marchando en busca de oportunidades
laborales que la zona no ofrece. Lo que sí ofrece es una riqueza natural,
etnográfica y de paisanaje extraordinaria.
Era en la que se mayaba (majaba: separar el grano de la paja) el centeno. |
Fonteta
conserva en buena medida el aspecto de siempre, ese de casas de piedra y
madera, de vieja y buena hospitalidad, de paisajes trabajados por los seres
humanos y por sus ganados desde tiempos inmemoriales, de viñas antiguas y
nuevas, con hórreos y paneras con una decoración particular, de jóvenes
empeñados en seguir manteniendo vivas las tradiciones de los antiguos, en dar
vida a una zona de Asturias que no merece, en absoluto, caer en el olvido.
Uno de los hórreos del pueblo. |
En Fonteta se
conservan en muy buen estado hórreos y paneras, es decir, construcciones
pensadas para dar cabida en su interior al producto de las cosechas, y que se
extienden por toda Asturias a partir del siglo XVII-XVIII de la mano de la
expansión del cultivo del maíz en la región, algo de lo que se tiene la primera
noticia en el año 1609. Edificios levantados sobre columnas (pegollos), con el
fin de aislarlos del suelo y evitar así la entrada de roedores en su interior,
que pueden ser de piedra maciza, de madera o de piedra más menuda.
Ejemplo de decoración del Estilo Allande en Fonteta. |
En algunos
casos presentan elementos decorativos propios del conocido como Estilo Allande,
desarrollado a mediados del siglo XVIII y caracterizado por rosetas de seis
pétalos por lo general, tetrasqueles de cuatro vírgulas, caras, entrelazos o
relojes. En el caso concreto de Fonteta son rosetas y tetrasqueles los más
habituales. Mazo y escuela son otros de los edificios que conserva el pueblo,
en alguna de cuyas casas todavía es posible ver el llar (lareira la llaman en la zona), la antigua cocina con
el fuego para cocinar en el centro y un banco o escaño corrido a los lados.
Lareira en una de las casas del pueblo. |
Y Os Reises
(Los Reyes) por supuesto. Esa mascarada de invierno que recorre las calles de
distintos pueblos de la zona el primer sábado del año pidiendo el aguinaldo a
los vecinos, y que un grupo de jóvenes ha recuperado del olvido en 2009. Sus
personajes se dividen entre Os Feos, vinculados al mal, a lo viejo y a la
naturaleza; y Os Guapos, relacionados con el bien y la modernidad; además de Os
Músicos, encargados de poner música a las canciones de Os Guapos.
Al pie del
puerto del Pozo de las Mujeres Muertas, Fonteta se cuelga de una ladera del
cordal de Berducedo, y desde allí mantiene las esencias de un tiempo que no
tiene por qué irse, de un tiempo inmemorial, de hombres y mujeres sabios que
saben que en medio de la desmemoria general, vale mucho la pena conservar el
recuerdo de lo antiguo, de las tradiciones, de unas raíces milenarias sobre las
que asentar y desarrollar el futuro.
Vista desde el puerto del Pozo de las Mujeres Muertas. |
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