“En mi país tenemos muchos tipos de ritmos
y melodías. Muchos pueblos y comunidades tienen su propio tipo de música.
Normalmente los músicos malienses sólo interpretan su propia música
tradicional, excepto yo, yo viajo a cualquier lugar. Mi trabajo es tomar todas
esas tradiciones, extraer algo de ellas, para luego utilizarlas en mi música”.
Estamos ante uno de esos grandes virtuosos
de la música salidos del continente africano, un espacio geográfico de enorme
diversidad y que, al menos eso dicen los que conocen bien el continente
especialmente en la parte subsahariana, alberga en su interior una enorme
riqueza humana y, por lo tanto, cultural y, como no, musical.
Habib Koité es de Mali, un país de otros
grandes músicos como el caso de Toumani Diabate o Kélétigui, por citar solo
dos. Un virtuoso de la guitarra de la que tan pronto saca sonidos propios de
una escala pentatónica, como se acerca a ritmos occidentales como el blues, el
jazz, e incluso el flamenco. Tal es la riqueza de la combinación musical que ha
llevado a Koité a hacerse un hueco en el panorama musical mundial, gracias
también a una personalidad creativa ciertamente única.
Crecido en una familia con 17 hermanos, la
afición musical parece que la heredó de su abuelo paterno, intérprete de un
instrumento de cuerda tradicional de su país, y de su madre, una cantante que
prestaba su voz en todo tipo de ceremonias sociales (nacimientos, bodas,
fallecimientos), y a la que empezó a acompañar.
De la mano de uno de sus tíos que estuvo
atento a la afición musical de su sobrino, fue como puedo entrar en una escuela
superior en la capital del país, Bamako, y empezar un camino que le llevaría
primero a ser profesor en la escuela y, algo después, a fundar su propio grupo
Bamada (mote con el que se conoce popularmente a los habitantes de Bamako), e
iniciar una carrera que le ha llevado a tocar en todos los grandes festivales
mundiales.
Si bien al principio, los críticos
musicales europeos y norteamericanos, le compraban con otros guitarristas
excepcionales, caso de Jimmy Hendrix, hasta ser reconocido por sí mismo y por
su peculiar forma de fusionar la música de su país con los ritmos occidentales,
entrando de lleno en la corriente etiquetada como músicas del mundo.
Koité ha explicado alguna vez que
“realmente nunca nadie me enseñó a cantar o a tocar la guitarra. Yo veía a mis
familiares y así fue como me fui sumergiendo en ese mundo”. Un mundo que le ha
llevado a crear una suerte de música panmaliense, si se me permite la
expresión, en tanto en cuanto ha ido tomando elementos de las diferentes
tradiciones musicales de su país, algo que es muy evidente en su último disco
hasta el momento, Soô, palabra que se utiliza para aludir de forma simbólica al
corazón, “al centro de tu vida, el corazón de la vida. Es el lugar donde está
tu familia, el lugar donde están tus viejos amigos, el lugar del que conoces el
clima. Todo eso es lo que significa soô. Tu dulce hogar. El lugar donde la vida
cobra sentido".
Más información: New School [en], California Institute of Integral Studies [en], Ikuska, International Music Network [en], Wondering Sound [en]
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