Nacido en Munich en el seno de
una familia judía de padre ruso y madre lituana, Tim Gidal (1909-1996),
terminará por convertirse en uno de los primeros fotoperiodistas de la
historia, y eso después de pasar por las universidades de su ciudad natal,
Berlín y Basilea, para estudiar historia y economía y terminar con un doctorado
en filosofía.
Una titulación que tardó varios
años en conseguir después de que la fotografía se cruzara en su camino y
empezara a dedicarle el tiempo que distrajo de sus estudios. Fue gracias a uno
de sus hermanos que consiguió una Leica de pequeño tamaño que fue el adelanto
técnico, junto con el modelo de la empresa competidora Ermanox, que permitió
tomar imágenes que con las anteriores cámaras de gran tamaño eran muy difíciles
de conseguir.
Fue en una revista muniquesa
donde empezó Tim Gidal su carrera de fotoperiodista, dando los primeros pasos
de una carrera que tendrá en las personas, en la herencia judía y en los
sucesos históricos los anclajes fundamentales de su carrera, siempre utilizando
la cámara como en medio con el que conseguir un fin.
El ascenso del nazismo le hizo
abandonar su país y pasar a vivir en Suiza. Era el año 1933 y el año antes hace
su primer viaje a Palestina, que irá seguido de un segundo viaje en 1935 donde,
durante dos años, levantará acta con su cámara de la situación social y
política que se vivía en Tierra Santa. Sin embargo, las condiciones no eran
propicias para su forma de entender la fotografía, en un ambiente más
interesado por las imágenes de propaganda.
Eso le llevó, ya con la Segunda
Guerra Mundial en marcha, a enrolarse en el ejército británico para ilustrar
con sus imágenes la revista Parade, dirigida a las tropas, hasta alcanzar el
puesto de máximo responsable de los reporteros de guerra para la zona del norte
de África, primero, y de Oriente Medio y Asia, después. Un tifus le hizo dejar
de lado la relación con la milicia y eso le hizo perderse la invasión de Italia
y todos los aconteceres bélicos que sucedieron a continuación.
Después del conflicto, la
necesidad de garantizar una fuente regular de ingresos, le hizo asentarse con
su mujer y su hijo en Nueva York, ciudad en la que se dedicará más a la
enseñanza que a la fotografía, lo que supuso un importante hiato en su carrera,
tanto que incluso hay expertos que consideran que esa mudanza arruinó
totalmente su carrera como fotoperiodista.
De todos modos, desde los años 70
su obra fue puesta en el lugar que se merecía, y las exposiciones empezaron a
sucederse en diferentes instituciones museísticas del mundo en las que se pudo
apreciar la calidad de una obra capaz de penetrar la superficie de la realidad
y combinar el arte y la fuerza expresiva.
Más información: Independent [en], Universalis [fr].
3 comentarios:
Saludos Alfredo!
Extraordinario y muy interesante post. No conocía hasta ahora al personaje.
Un abrazo.
Hola!,
sí, ciertamente, comparto las palabras de Balamgo, has hecho una nueva entrada interesante para mí, no conocía a Tim Gidal. Realidad y fuerza expresiva en sus fotografías. Son muy bonitas.
Saludos,
un abrazo.-
BALAMGO: Seguro que un gran aficionado a la fotografía como eres, sabrás apreciar incluso mejor que yo, las aportaciones de este fotógrafo absolutamente espectacular.
Un abrazo!
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CALAMANDA: Un auténtico pionero en lo que será el fotoperiodismo, siempre en guardia para dejar constancia de la realidad con un toque artístico. Un grande.
Un abrazo!
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