After Perugino, c. 1860. |
Esta
vez estamos ante una mujer aficionada a la fotografía que terminaría por
influir en fotógrafos profesionales, y a la que se considera como una de las
mejores fotógrafas entre los pioneros de este arte. Y eso a pesar de sus
inicios tardíos en la fotografía, ya tenía 48 años, cuando hizo su primera
instantánea, y a la corta carrera que pudo desarrollar de apenas once años de
duración.
Charles H. Cameron as King Lear, 1876. |
Nacida
en Calcuta (India) en 1815, Julia Margaret Cameron, en el seno de una familia
acomodada y numerosa en la que las hijas eran reconocidas por su gran belleza,
todas menos Julia, de ahí que algunos autores vean en la actitud de la
fotógrafa de buscar la belleza a toda costa una suerte de réplica a ese hecho
vital.
Christabel, 1866. |
Educada
en Gran Bretaña y en Francia, su madre era francesa y de su abuelo se decía que
había sido uno de los amantes de María Antonieta, en 1838 regresa a la India
para contraer matrimonio con un alto funcionario británico especializado en
temas jurídicos y educativos. Cuando su marido cumpla con el periodo de
servicio colonial, regresarán a Gran Bretaña para asentarse en el condado de
Kent.
Cupid's Pencil of Light, 1870. |
Allí, a
través de una de sus hermanas, empezará a entrar en contacto con lo más granado
de la intelectualidad y el mundo artístico británico de la época, de tal forma
que muchos de ellos terminarán por convertirse en modelos inmortalizados por la
cámara de Julia gracias a lo cual sabemos cual era el aspecto físico de muchos
de ellos.
Idylls, the Parting of Sir Lancelot and Queen Guinevere, 1874. |
Hablamos
de personajes como William Holman Hunt, Charles Darwin, John Everett Millais,
William Michael Rossetti, Edward Burne-Jones, Alfred Tennyson, Robert Browning
o Henry Cole. De hecho cuando pase a vivir a la isla de Wright tendrá como
vecino a Tennyson al que visitará con frecuencia e irá ampliando su galería de
retratados ilustres.
Love, 1867. |
Fue en
1863 cuando su hija mayor y su yerno le regalaron su primera cámara
fotográfica, con el fin de ayudarla a llevar mejor la ausencia de su marido que
había tenido que viajar hasta Ceylán (hoy Sri Lanka) para ocuparse de la
plantaciones familiares. Ahí comenzó una relación con la fotografía que la
llevó a experimentar de forma incansable, tanto que hacía posar a sus modelos a
veces durante horas, hasta conseguir el efecto que buscaba.
My Grandchild, 1870. |
Obras
que son retratos de hombres y mujeres, y representaciones de escenas
relacionadas con la Biblia o con las leyendas artúricas, siempre con un aire
romántico muy deudor de las premisas estéticas que estaban desarrollando por
prerrafaelitas en sus pinturas. Unas obras poco convencionales no solo por el
resultado final de la fotografía, sino también por la intimidad que consigue de
sus modelos.
Paul and Virginia, 1874. |
Julia
Margaret Cameron intentó siempre que sus obras tuvieran la mayor difusión
posible, y las agrupó en álbumes que luego regalaba a los amigos o familiares,
mientras otras obras las vendía al British Museum y el South Kensington Museum.
Fue miembro de las sociedades fotográficas de Londres y Escocia, y su obra fue
premiada con varios premios incluyendo la medalla de oro en Berlín en 1866.
Tennyson (Dirty Monk), 1865. |
El
regreso a Ceylán en 1875 puso fin a la obra fotográfica de Julia Margaret, por
las dificultades que encontraba para hacerse con los materiales necesarios para
el revelado de las placas. En 1880 fallecería en la isla y su obra, bastante
criticada en vida, pasaría a la sombra de la historia hasta que en 1948, Helmut
Gershwin escribiera un libro en el que se reivindicaba su figura.
Nota al pie: Ya sólo faltan dos.
4 comentarios:
No es pintura, en ella se inspira, pero es delicadísima, vaporosa luz, sensual, como el sueño de Alicia en foto a través del espejo, preguntarle a L.Caroll
Para lograr ese efecto hay que emplear técnicas químicas y cámaras que ya no existen, paciencia, labotatorio, duda, no inmediatez.
Exquisita melancolía.
Un beso.
Muy interesante personaje y obra.
Abrazos.
Hola, de manera grata he quedado sorprendida con la biografía, obra y técnica de J.Margaret Cameron, era desconocida para mí y he buscado más sobre ella gracias a ti.
Muy influenciada por la pintura, literatura, Renacimiento,...amigos, y su gusto por el desenfoque, consigue que sus fotografías sean diferentes y especiales y reproduce con sus retratos pinturas reales.
Recuerdos.
Un abrazo.-
NATALIA: Efectivamente no es pintura pero al mismo tiempo casi lo parece salvando la ausencia de color. En todo caso arte y sentimiento de la mano y mucha paciencia y ganas de aprender y experimentar. Una joya.
Un abrazo!
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BALAMGO: Sí que lo es, desde los dos puntos de vista. Una mujer decimonónica rompiendo moldes.
Un saludo!
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CALAMANDA: La primera vez que vi su obra, no te creas que hace mucho tiempo, yo también tuve esa sensación porque no me esperaba encontrarme este tipo de obras. La verdad es que son fantásticas y con los años no han hecho más que ganar en magia.
Un beso!
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