lunes, 15 de diciembre de 2008

Origine (Sidi Larbi Cherkaoui)



El pasado sábado, entre asunto de trabajo y asunto de trabajo, uno se pudo tomar un breve paréntesis para ir hasta el teatro de la Laboral para ver el montaje de danza Origine, del coreógrafo belga, aunque de origen marroquí, Sidi Larbi Cherkaoui. Y mereció la pena.

La primera sensación es la de haber disfrutado de dos espectáculos por el precio de uno, ya que por un lado vimos a los bailarines y, por otro, disfrutamos de la música en directo del Ensemble Sarband, formado por la voz de Fadia Tomb El-hage; la voz y el arpa gótica de Miriam Andersen; y la percusión y el laud de Vladimir Ivanoff. Ellos interpretaron un amplio repertorio de temas medievales, dos de ellos españoles, con las que se acompañaba a los bailarines logrando una simbiosis maravillosa entre esos sones antiguos con la danza contemporánea. Absolutamente maravillosas las voces de las dos mujeres, que fue lo primero que nos hizo que las orejas se nos pusieran tiesas, permítaseme la expresión, y darnos cuenta de que sobre el escenario no iba a suceder cualquier cosa.

Después de los bailarines, cada uno de una esquina del mundo: una islandesa, un japonés, un sudafricano y una norteamericana, reunidos para hablar con sus cuerpos acerca de aquello que nos acerca, pero también de lo que nos separa, de soledad, de compañía, de unos tiempos modernos que nos han ido alejando del origen, de la tierra, de la vida misma, pero con un retazo final para la esperanza, materializada en una tecnología que al mismo tiempo que nos aleja, también nos acerca a los demás, que nos conecta con el mundo, con otras personas que compartimos este planeta al que damos en llamar Tierra, una imagen del cual cierra el espectáculo.

El programa del espectáculo dice: En Origine el coreógrafo Sidi Larbi Cherkaoui crea una atmósfera íntima con cuatro bailarines que dan forma a los cuatro puntos cardinales de una brújula.

A través del movimiento de los cuerpos se determinan las relaciones y las diferencias culturales existentes entre el norte y el sur, el este y el oeste. Cherkaoui trata de desgranar en origine temas clave de la sociedad de hoy como las divisiones y los puentes entre los límites culturales y geográficos; la soledad y la compasión.

Historias de hadas islandesas, el mundo de la robótica japonesa, el consumo americano, y el suelo africano. Cuatro elementos que se conectan y a la vez se van transformando por medio del quinto elemento, una muñeca de madera. Todo ello acompañado a lo largo de la obra por dos voces femeninas, una árabe y otra escandinava, cuyo repertorio se basa en las místicas canciones de Hildegard von Bingen.

Sidi Larbi Cherkaoui es bailarín y coreógrafo. Su pretensión de niño por dibujar la realidad hizo que comenzara a bailar y de este modo sus obras se convierten en cuentos en movimiento. El dibujo desaparece cuando el movimiento se termina. Cada trabajo de Cherkaoui es un puente entre diferentes mundos y culturas, siempre con un tema central: la igualdad de individuos, culturas, lenguas y modos de expresión.

5 comentarios:

Anabel dijo...

Hola Alfredo:

Hoy recibí la entrevista del periódico de Llanera, muchas gracias! me gustó mucho tanto la foto como la propia entrevista en cuestión. Un saludo navideño!

Anónimo dijo...

A este paso las orejas tiesas se me van a quedar a mi porque menudo elenco artístico ha ido por ahí de gira ¡qué lujo!
Me quedaré con el recuerdo del vídeo ... ¡me sale gratis!ja,ja,ja,ja
Te mandamos besos multicolores.

Alfredo dijo...

ANABEL: Me alegro un montón que te haya gustado. Gracias por ser tan maja.

Besos!!

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MILAGROS: Es que la Laboral se ha convertido en mi paraíso particular. No sé qué es lo próximo que viene pero voy a ir a verlo seguro. Espero que disfrutéis mucho el vídeo.

Abrazos!!

Leonor de Aquitania dijo...

Rosa Casado/Mike Brookes. Paradise 2. El sonido incesante de un árbol caído. 8 de enero. 19:00. Centro de ARTE.

Lo bueno engancha, eh?

Alfredo dijo...

Esto empieza a ser una caso grave de "culturadependencia" ¿Tendrá solución? No importa, el 8 si nada lo impide allá que nos vamos.