domingo, 5 de febrero de 2012

Christer Strömholm, figura clave de la fotografía nórdica


Alberto Giacometti.

La personalidad del fotógrafo sueco Christer Strömholm (1918-2002) viene definida por su conciencia viajera, casi diríamos que nómada, desde que antes de la Segunda Guerra Mundial, se trasladara a estudiar a Alemania, concretamente a Dresde donde inició unos estudios artísticos que no llegaría a terminar al ser expulsado de la misma por discrepancias con su director, toda vez que Strömholm era admirador de Nolde y Klee, mientras que el director de la escuela seguía la línea nazi de considerarlos como artistas degenerados.

Nacido en el seno de una familia de posibles, con un padre oficial del ejército, inició entonces un primer periplo europeo que lo llevará a París, Firenze, Roma, Niza y Marsella. Después regresará a Estocolmo para estudiar pintura, arte que dejará después del conflicto bélico, cuando ya esté de vuelta en París, para dedicarse a la pintura.

Antes de llegar ahí, nuestro fotógrafo pasará por la guerra civil española, a la que llegó por oposición al nazismo y de la que saldrá con esa posición personal reforzada y con la fobia añadida hacia el comunismo después de ver en España las peleas entre comunistas y anarquistas. En medio de la conmoción europea de aquellos años, pasará como voluntario al ejército finlandés para tomar parte en la guerra ruso-finlandesa entre 1939 y 1940. Una vez finalizada, pasará a Noruega para oponerse a la invasión de ese país por Alemania, motivo por el que será condecorado.

Place Blanche finales años 50.
Cuando pase la convulsión, en 1948 empezará a estudiar Bellas Artes en Estocolmo y a principios de los 50 regresará a París y empezará a interesarse por la fotografía, un arte que ya no abandonará y en el que se inició haciendo fotos para diversos periodistas que las necesitaban para ilustrar sus artículos. Un trabajo que le venía bien porque cobraba en cuanto entregaba la foto como él mismo dejó afirmado en alguna ocasión.

Hotel de la Poste, Arlés 1979.
Escogió la fotografía “simplemente porque podía ganarme la vida de esa manera. Con mi cámara colgada del cuello la gente sabía que yo era fotógrafo. Descubrí que unirme a los periodistas me proporcionaba oportunidades porque ellos necesitaban fotografías. Yo tomaba las fotos y me pagaban inmediatamente”, según le dice en una entrevista a Gunilla Knape en el año 2000.

Mimosa, Hotel Pierrots, 1963.
Precisamente una de las series más aclamadas de Strömholm fue la que dedicó a los transexuales de la Place Blanche de París, a los que tomará fotos en las décadas de los años 50 y 60. Unas fotografías en las que se ven algunas de las claves del resto de trabajos de nuestro fotógrafo, que reconoce tener influencias de Duchamp, Man Ray y de la forma de pensar de Le Corbusier.

Gina, Place Blanche, 1963.
Imágenes en blanco y negro en las que se ve claramente que Strömholm se ha tomado el tiempo suficiente para ganarse la confianza de sus modelos, para comprender un modo de vida a contracorriente de la moral imperante, unas personas atrapadas en un cuerpo que no sienten como el suyo y condenadas a una vida de marginalidad.

Themis, 1963.
“La primera vez que llegué a la Place Blanche fue en 1947. Ese lugar y los transexuales llegarían a ser muy importantes de mi actividad fotográfica y en mi relación con las fotografías que hice”, le dice a Knape. Más adelante añade: “Tienes que estar interesado de verdad en las personas para hacer esas fotografías. Me gusta tener una buena relación con la persona a la que tengo todo el respeto. El respeto es importante”.

Fox Amphoux, 1965.
Para Strömholm lo importante siempre fue lo que quería transmitir con la imagen, aunque en ocasiones solo fuera consciente de ello una vez revelada la misma, y esa actitud era más importante que la verdad fotográfica que luego tomaba forma en sus imágenes, tanto las que tienen a personas como centro como aquellas otras en las que son las calles de la ciudad, niños detrás de cristales que dejan traslucir su desconcierto o un cesto que contiene partes desmembradas de muñecas capaces e dejar una sensación de inquietud en el espectador.

Por delante de su cámara pasarán la gran parte de los artistas alojados en París como Léger, Duchamp, Man Ray o Le Corbusier, mientras frecuentaba los círculos existencialistas y frecuentaba a Brassaï, Sartre o Saint Phalle entre otros.

Resumiendo mucho, se puede decir que en su obra se dan cita un puñado de personas que se salen de lo común, un acercamiento muy personal a todos ellos y un tratamiento técnico también muy particular.

Paris, 1949.

8 comentarios:

casss dijo...

Mimosa, Hotel Pierrots, 1963
en particular me atrapa su atmósfera.

La del hotel de Arles, es tentadora.
Todas muy buenas...

Cuanto hay para ver, deleitarse y aprender.

besos y buena semana.Te mando un poquito de calor de aquí para compensar ese frío tan intenso que están sufriendo por allí.

Alfredo dijo...

Gracias por tu calor, ciertamente por fin ha llegado el invierno de verdad y lluvia y frío nos estás visitando con asiduidad. Es lo que toca :)

Strömholm es un fotógrafo particular que sabe sacar de las personas y de los ambientes ese algo más, eso que solo se puede sentir de forma inconsciente y dota a sus fotografías de vida.

Un abrazo!!!

PACO HIDALGO dijo...

Estupendas instántaneas en blanco y negro; capta muy bien ese aire urbano y el aspecto particular de los fotografiados. Un cordial saludo.

Alfredo dijo...

Ese blanco y negro de los años 40 o 50 daba unos resultados magníficos y esta es una prueba de ello.

Buena semana!!

Natàlia Tàrraco dijo...

Muy interesante el nórdico viajero.
Noctámbulo, detallista, cazador de un instyante, de una mirada, blanco y negro poderoso.
Hablando de nórdicos, ¿conoces al pintor danés Hammershoi (1864-1916)? Sus figuras límpidas, de espaldas a veces, quietas, realistas, atmósferas nórdicas y frías, son un espejo para mirar la fotografía del cineasta Dreyer. Hubo una expo en Barna, 1977, que los emparejaba, fotograma de Dreyer y pintura.

Hasta pronto, besito.

Alfredo dijo...

Gracias por la recomendación sobre ese pintor danés al que no conocía y que ya ha entrado en mi lista de artistas que terminarán por asomarse a este espacio.

Ciao!!

balamgo dijo...

Muy bueno, me ha gustado mucho. No lo conocía, pero lo he anotado en mi libreta de gente que hay que conocer más profusamente.
Un abrazo.

Alfredo dijo...

Merece la pena acercarse con tiempo a la obra de este fotógrafo extraordinario.

Saludos!!