Escultor italiano nacido Giacomo Manzoni, es una figuras más importantes en el renacimiento de la escultura transalpina en los años de la postguerra mundial. Undécimo hijo de una familia en la que el padre ejercía el oficio de zapatero además de ser sacristán en el convento de san Benedetto, tuvo que ponerse pronto a trabajar.
Tan pronto que a los diez años ya trabajaba en talleres de talla, un contacto temprano con la creatividad que será fundamental en su desarrollo artístico posterior que tiene mucho de autodidacta. En el transcurso de su servicio militar asistió a algunas clases en la Academia Cignaroli y al término de su etapa como soldado, en 1929, ya se dedicará por entero a la escultura.
Unos inicios que estarán marcados por la influencia de artistas como Donatello, para una escultura que tiene un marcado carácter geométrico, hasta derivar por otros caminos que le llevarán a ser considerado como el escultor de la sensualidad. De aquellas cabezas iniciales a las figuras de mujeres y niñas sentadas en sillas y de grandes dimensiones, el camino de Manzú irá pasando por una serie de jalones.
Su militancia comunista no le impidió tener fluidas relaciones con el Vaticano, e incluso ser amigo personal del papa Juan XXIII, quien sorprendió a todo el mundo cuando eligió a Manzú como el autor de su busto. De ese encargo y de las horas de posado surgiría la amistad. En la Basílica de San Pedro se puede ver su Puerta de la Muerte.
Como se puede leer en la web del Museo Carlo Bilotti, en el año 1939 empezaría a realizar una serie de “bajorrelieves de bronce inspirados en temas religiosos, el Descendimiento y las Crucifixiones, en las que, a través de la simbología del sacrificio de Cristo, evocaba los horrores de la guerra y la violencia del régimen fascista” y en los setenta “volvió a tratar la figura entera con bronces de figuras femeninas y grupos de temática amorosa a los que imprime una particular fuerza plástica.”
Manzú hizo dos viajes a París, uno de un mes y del que tuvo que regresar acuciado por la falta de recursos para mantenerse, y un segundo en 1936 en el que conocerá las obras de Rodin, Maillol, Carpeaux y Rude. En indexarte se puede leer: “El período entre 1934 y 1936, marca el fin de la fase formativa de Manzú y se agrega a su experiencia el estudio a fondo de las obras de los artistas que estaban entre sus puntos de referencia. Este cambio de rumbo en Manzú, lo lleva a abandonar los esquemas arcaizantes, la rígida geometría de las verticales, volcándose hacia las suaves curvas, con movimientos sutiles. En este preciso momento, el artista comienza a crear pequeñas cabezas femeninas en bronce o en cera, máscaras y retratos.
Manzú en sus esculturas deja de lado todo elemento superfluo y se basa en el estímulo sentimental.”
En los años 60 se adentrará en el mundo de la escenografía operística diseñando obras de Stravinsky, Debussy, Wagner o Verdi, y en 1979 donó toda su colección al estado italiano, y su país regaló a la sede de la ONU en Nueva York su última obra de gran formato.
6 comentarios:
Interesante obra y no menos interesante personaje.
Gracias, Alfredo, por la información.
Abrazos.
Infatigable descubridor de delicadezas y arte y músicas, no sé por qué la niña de bronce me recuerda a la bailarina de Degas, con su colita, etérea.
Jamás me fallas, te lo agradezco, y perdóname si te fallo un poco, ya sabes en lo que estoy metida.
Besitoooos.
BALAMGO: De nada. Ya sabes, yo encantado de compartir y mucho más de encontrar a gente dispuesta a mantener el intercambio.
Un beso!!
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NATALIA: Tranquila, ya sé en q "cruzada" andas metida y no tengo la sensación de que me estés fallando, ni mucho menos :)
Un abrazo!!
Excelente escultor, con unas formas muy evanescentes, cercano a Rodin (al menos, eso me ha parecido), pero gran escultor, no cabe duda. No lo conocía. Un cordial saludo, Alfredo.
genial, genial, genial...Admiro a estos escultores que son capaces de crear desde unas líneas delicadas a robustas composiciones más caóticas :)
PACO: Sí que es un gran escultor con un gran cuidado por la forma.
Saludos!!
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MONIK: A lo largo de su trayectoria ha sido capaz de dejar su genio tanto en obras de pequeño tamaño como en otras de escala monumental. Fundamental para entender algo de la evolución de la escultura italiana de postguerra.
Un abrazo!!
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