En la dilatada trayectoria cinematográfica del director neoyorquino se puede encontrar de todo, desde obras geniales, a otras que lo son menos, las que son del montón y las que pasan con más pena que gloria. Después de haber visto Conocerás al hombre de tus sueños, no me queda otro remedio que incluirla en ese último apartado.
Y es que en la historia que nos cuenta Allen desde Londres, uno se queda con la sensación de haber asistido a una gran nada, en la que destacan, eso sí, las actuaciones de Gemma Jones, que da vida a una madre sexagenaria recién abandonada por su marido y aficionada al esoterismo; y la de Anthony Hopkins, interpretando al marido de la anterior que, de repente, siente la necesidad de correr detrás de una juventud que ya se quedó muy atrás y no encuentra mejor forma que casarse con una prostituta.
Todos los personajes viven de ilusiones, en mundos personales en los que la realidad no tiene cabida, hasta convertirse en tontos pero, eso sí, ilusionados. Un mundo de sueños por el que transitan al borde de los deseos incumplidos, de ilusiones que están a punto de romperse y en el que todos parecen fantasmas de ellos mismos.
De fondo el sexo como motivación en casi todos los casos, y sólo aquellos que logren mirar más allá, los que entran en el mundo de lo esotérico, los que en el fondo ya saben que detrás de los sueños hay una sucia realidad podrán tener algún atisbo de esperanza.
Esos serían mimbres con los que en otras ocasiones, Allen firmaría un melodrama con momentos hilarantes y plagado de frases inteligentes, pero para ver eso habrá que esperar a la siguiente película, porque en esta todo transcurre sin aristas, sin sobresaltos, sin nada que llame especialmente la atención. Una historia tan triste como un Londres lluvioso, sin garra, sin enjundia. Carlos Marañón dice que esta película es “como una Estatua de la Libertad made in China. Sí, así de baratero”.
Esta vez ni siquiera nos deja una banda sonora especialmente memorable, y uno no puede evitar salir de la sala descorazonado, pero una vez dicho esto, ya estoy esperando con impaciencia la siguiente obra del maestro. Y es que Allen es mucho Allen. Semper fidelis.
6 comentarios:
a mí me gusta mucho mr woody,
como almodóvar, pero como siempre o como todo los altibajos en tan extensas carreras son inevitables
un gran abrazo alfredo!
En mi banco particular, Woody tiene todo el crédito del mundo, a pesar de películas como esta o Vicky Cristina Barcelona que es aún peor.
Abrazos!!
Hola Alfredo. Allen me puede y siempre lo voy a ver y a disfrutar (de Vicky me copé con la música) y de esta película que no vi me copa la imagen de promoción que me recuerda la de la serie Mad Men, serie que me devoro de unos cuantos capítulos a la vez cuando puedo. Como ves, no tener un afinado gusto por el arte, me permite cierto deslices, jajaj
Gracias por darme la tónica que a mi me parece siempre excelente para poder reflexionar a partir de ella.
Besitos irreflexivos (como debe ser)
qué gracioso (o acto fallido) escribí desde mi vieja cuenta y salió el avatar de los viejos tiempos (capas que lo vuelvo a adoptar...)
Alfredo, Woody es genial, lamentablemente creo que está en un notable bajón fílmico, ser tan prolífico obviamente provoca altibajos, pero hace mucho que no hace cosas muy buenas y viene mandándose uno que otro bodrio, Vicky Cristina es malísima. Ojalá que el pequeño nuyorkino vuelva con un brote de inspiración, como lo hizo con "Match Point" o "Sweat and Lowdown". Un abrazo, Alvarex
CAS: Me da pena que Allen esté firmando unas cosas tan flojas como las que está firmando últimamente, sobre todo, porque ha demostrado sobradamente que puede hacer cosas espléndidas, pero hay que seguir confiando en sus chispazos de genialidad.
Abrazos!!
********
ÁLVARO: Es cierto que rodando una película al año es muy difícil mantener la calidad del trabajo. Me parece que sus seguidores tenemos que acostumbrarnos a esperar un rebrote de genialidad que seguro que va a tener.
Un abrazo!!
Publicar un comentario