No es habitual encontrarse con una voz jazzística llegada desde el Lejano Oriente, y menos desde un país como Corea del Sur, en el que el jazz es considerado como un género musical underground, complejo de entender y que está muy alejado de la tradición musical del país. Entre eso y que Sun Nah no empezó a dedicarse a la música hasta los 27 años, no deja de sorprender la carrera de esta coreana que se inició en el mundo de la moda, hasta que cansada de ella se presentó a un casting para tomar parte en una comedia musical, consiguiendo el papel.
Ya metida en ese mundo (su madre era cantante y su padre director del Coro Nacional de Corea), descubrió que la canción podía ser su lugar, aunque todavía no sabía a qué estilo musical iba a ponerle voz. Un amigo le dijo que era muy mayor para ser cantante clásica y le recomendó el jazz. “¿Y qué es eso del jazz?”, dice ella misma que le preguntó a su amigo porque, como para muchos coreanos, le era un mundo totalmente desconocido.
Parece que entre la respuesta de su amigo y que tenía verdadero interés por la canción francesa, tomó rumbo a París para adentrarse en esos paraísos musicales. Ya en la capital francesa empieza a descubrir las voces de Billie Holiday, Sarah Vaughan y Ella Fitzgerald, que le causarán una impresión muy profunda y el convencimiento de que nunca iba a poder cantar como ellas. El camino que habría de tomar en su carrera jazzística pasó entonces por voces contemporáneas como las de Norma Winstone, Sidsel Endressen y Mari Boine, hasta dar forma a su estilo personal que algunos críticos han colocado entre Björk y Melody Gardot.
Un estilo vocal capaz de aportar registros muy diferentes, muy rico en matices, de un gran virtuosismo y con una carga de intimismo que deja en sus canciones un poso delicado y, como dice Cándido Querol: “toda una enciclopedia del buen gusto”. Frase que aplica al que hasta el momento es el último disco de Sun Nah, titulado Voyage, editado en el 2009, y en el que canta junto al guitarrista sueco, Ulf Wakenius, y el bajista, también sueco, Lars Danielsson, con los que establece una relación extraordinariamente rica para dejarnos un disco en el que todos ellos hacen una demostración de su virtuosismo en temas tan diversos como el Jockey full of bourbon de Tom Waits, el Calypso Blues de Nat King Cole, o el tema tradicional norteamericano Shenandoah, de profundo significado para nuestra cantante, quien recuerda haberlo escuchado de niña y aunque no era capaz de entender la letra, si recuerda como no podía evitar echarse a llorar cada vez que la escuchaba, y reconoce que eso hace que se sienta profundamente cautivada por esa canción.
El encuentro entre Wakenius y Sun Nah, que tuvo lugar en Corea, ha supuesto un nuevo arranque musical en la carrera de la cantante, y es habitual que ofrezcan conciertos a dúo por todo el mundo dejando constancia de la gran química que existe entre ellos en el escenario, y que les está llevando a trabajar en un proyecto que suena muy interesante, de pasar al lenguaje jazzístico temas tradicionales coreanos.
Sun Nah reconoce que se siente atraída por los temas con un toque melancólico, trágico y romántico, aunque no se considera una personalidad “oscura” en absoluto, y piensa que eso puede tener algo que ver con el alma coreana, y visto lo visto en cuanto a resultados musicales no hay nada que objetar a ello.
Discografía: Reflect (2001), Light for the people (2002), Down by love (2003), So I am (2004), Memory Lane (2007), Voyage (2009)
5 comentarios:
es muy buena!!!!!!!
y además. como decimos por estos pagos
está muy buena
jejeje
un abrazo alfredo!
una excelente recomendación. un abrzote amigo!!
SONOIO: Un amigo mío que tuvo la oportunidad de verla en directo, me dijo que ciertamente es una mujer guapa pero que, por encima de todo, brilla su voz.
Un saludo!!
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CAS: Una cantante a la que merece la pena escuchar con atención.
Un beso!!
¡pero bueno! cada vez que busco algo interesante doy con este blog...voy a imprimirteeeeeeeee! ¡abrazo!
Pues alegrándome de que me sigas encontrando :)
Un beso!!
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