Algo tiene la Atenas estadounidense, esto es, la ciudad de Athens en el estado de Georgia para que allí hayan surgido grupos como B-52’s o R.E.M., y que sea el solar natal de la cantante a la que dedico este artículo, Madeleine Peyroux. En éste último caso, la formación musical tiene más que ver con Europa, concretamente con la ciudad de París a la que se fue a vivir con su madre después del divorcio de sus padres. Allí, en uno de sus barrios más famosos, el Latino, entrará en contacto con los músicos callejeros y se despierta su interés por la música, y con sólo 15 años se enrolará en una banda de medio pelo de swing, la Lost Wandering Blues & Jazz Band.
Con ese grupo realizará diversas giras por Europa, hasta que Madeleine (nombre que le pusieron por el personaje homónimo de Marcel Proust), decide regresar a los Estados Unidos y dar el primer paso de su carrera en solitario en forma de trabajo discográfico y que llevará por título Dreamland, un disco que la puso en lo alto de las listas después de vender 200.000 copias y de tener una más que buena acogida por parte de la crítica. Era el año 1996, y es entonces cuando se empieza a comparar su voz con la de la inmortal Billie Holiday. Un disco de versiones entre las que se incluía una del tema que inmortalizó Edith Piaf, La vie en rose.
Vocalmente, el gran público descubrió a una de esas voces que rozan la perfección, una voz suave, aterciopelada, con un timbre que efectivamente está próximo al de Billie Holiday, pero que las comparaciones no se pueden llevar más lejos. También se empezó a acusar a Peyroux de falta de sentimiento, de cantar de una forma desganada, con un punto de frialdad, características que efectivamente se pueden apreciar pero que yo considera definitorias del estilo absolutamente personal de la Peyroux, a la que se considera, creo que con justicia, como una de las grandes voces surgidas en los estertores del siglo XX.
A pesar de sacar un primer disco de éxito, nuestra cantante no volverá a poner en pie un nuevo trabajo discográfico hasta 8 años más tarde. Periodo sobre el que nadie parece tener ninguna información, y en el que la cantante y guitarrista pareció esfumarse de la faz de la tierra. Para este segundo trabajo, Careless love, contó con la producción de Larry Klein, con el que forma una simbiosis tan buena que la han mantenido en los trabajos posteriores de Madeleine. Un disco que los entendidos consideran mejor que el primero, y que también tuvo una excelente acogida por parte del público.
Si Careless love lo edita en 2004, en el 2006 ya tenía un nuevo disco en el mercado, de nuevo con el sello Rounder Emarcy Records, y será básicamente una continuación del anterior. Se tituló Half the perfect World, un trabajo más personal y maduro, en el que sigue destacando por encima de todo la calidad vocal de Madeleine Peyroux.
Este mismo año 2009, puso en el mercado su cuarto disco hasta el momento, Bare bones, trabajo que marca un punto de inflexión importante porque abandona el mundo de las versiones en el que se había estado moviendo hasta ese momento, y se adentra con decisión en el mundo de la composición, lo que convierte a Bare bones en su disco más personal con diferencia. Disco que se adentra en los terrenos de un jazz suave, de nuevo de la mano de Larry Klein, y que se inspira en un libro escrito por una monja budista, Pema Chodrán, que anima a aceptar el hecho de que todo termina y todo cambia.
Con este disco demuestra que también hay que tenerla en cuenta como compositora, y en él pone su voz de cierto recuerdo antiguo, al servicio de unas letras intimistas, en las que desnuda parte de su alma después de hacer un ejercicio de autoanálisis que le resultó duro por momentos, como ella misma ha reconocido en diversas entrevistas.
Uno termina de escuchar este disco y queda en el aire, flotando, invisible pero con una presencia instintiva, una voz que acaricia, suave, que acompaña y que nos gustaría que siguiera siempre ahí.
4 comentarios:
Esta noche me voy a la cama con una deliciosa melodía.
Se agradece!
Un besoO
que chulo, me gusta, me gusta mucho las melodias de esta cantante que desconocia
Yo conocí Madeleine Peyroux cuando sacó el disco junto a William Galison,y desde entonces forma parte de mis favoritas.
Una mujer con un personalidad fuera de serie, nos devuelve añorados años de jazz y de voces con sabor poético..
Gracias Alfredo!!!
SO: De nada. Me alegro de que esta voz te haya gustado.
Un beso!!
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SAHIRA: Entonces esto puede ser el comienzo de una bonita amistad entre Madeleine y tú.
Un abrazo!!
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CARMENSABES: Una voz de terciopelo para amantes del jazz. Es grande sin duda ninguna.
Besines
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