viernes, 2 de mayo de 2008

Kiki de Montparnasse (Châtillon-sur-Seine, 1901 – París, 1953)


La que fuera elegida por aclamación popular como la reina del barrio parisino de Montparnasse, en los años de aquella bohemia de artistas que le dieron una personalidad única, terminó sus días prácticamente mendigando por los cafés que tan bien conocía, pasando un platillo por las mesas después de interpretar viejas canciones de aquellos años esplendorosos, con una voz rota por el paso del tiempo. Fueron pocos los que acudieron a un entierro que se financió con aportaciones que sus amigos recogieron en los paisajes que la habían coronado como reina y como musa indiscutible para grandes artistas como Man Ray, Fujita, Cocteau, Chagal, Eisenstein, Calder, Soutine y tantos otros.

Alice Ernestine Prin era su nombre auténtico y había nacido en 1901. Hija de madre soltera a la que sus padres no consintieron que se casara con su padre biológico, y ese hecho marcará decisivamente el devenir vital de Kiki. Su madre, decide marcharse a París dejando a su hija al cuidado de su abuela, lavandera y costurera. A los 13 años Kiki se marcha a la capital para reunirse con su madre, y allí descubre una nueva forma de vida, alejada de la moral asfixiante de los ambientes rurales, y entra a trabajar en un taller de encuadernación y, al mismo tiempo, empieza a posar desnuda para artistas.

Cuando su madre se entere de su trabajo como modelo, la echará de casa. En ese momento Kiki tiene 17 años y se queda desamparada, sin techo y sin recursos. Es el París de los cafés, de la alocada vida nocturna del final de la Gran Guerra, y Kiki empezará a recorrer sitios como La Closerie des Lilas, Le Dôme, Le Bouef sur le Toit, La Rotonde y otros. Locales todos ellos frecuentados por artistas de bolsillos tan vacíos como los suyos, pero que alcanzarán un renombre mundial.

En esos años 20, desembarcará en la que por aquel entonces era la capital mundial del arte, el fotógrafo norteamericano Man Ray. Fue hacer una sesión de fotos para él e iniciarse una historia de amor que se extenderá a lo largo de los años, con un resultado artístico más que destacado. Mujer capaz de pasar de la alegría a una melancolía que la hacía cantar las canciones más tristes regadas con sus propias lágrimas, a nadie dejaba indiferente, y frecuentaba las casas de muchos intelectuales aficionados a hablar de todo, incluido el amor y el sexo, hasta el punto de que Kiki les reprochaba que hablaban demasiado sobre sexo pero que no sabían practicarlo.

Además de posar para los artistas, de cantar y de pintar, Kiki participó en 8 películas y en 1927 hizo una exposición con sus obras, en la que se dio cita el todo Montparnasse, y el propio ministro del Interior del momento, y Kiki cantó para todos las canciones más picantes de su repertorio. Fue esa parroquia de personajes de "mal vivir" (bohemios, artistas, crápulas de diverso pelaje…), los que en 1929 decidieron nombrarla reina del barrio con procesión popular incluida, hasta La Coupole, donde tuvo lugar el banquete de tan peculiar coronación.

Kiki abrirá su propio cabaret en el momento más inoportuno. Años que anunciaban otro conflicto bélico de enorme envergadura, y que terminó con la colonia de artistas que ocupaba el barrio, dispersada a los cuatro vientos por el huracán de la guerra. Luego ya nada volvió a ser lo mismo, y Kiki volvió a las calles del barrio, a recorrer los adoquines que la habían visto en su momento de máximo esplendor, a entrar en los cafés en los que era recibida como la reina que era, para desgranar notas de un pasado que ya parecía muy alejado en el tiempo, y que los parroquianos parecían ya querer dejar en el olvido. Kiki ya era una figura que salía desde las nieblas de la intrahistoria del barrio que la adoptó y la encumbró.

En 1953 cayó desplomada en una de las calles de Montparnasse, y con ella murió también una época de libertad, de ruptura de los corsés de una moral anticuada, caduca y opresora, de aquel París en la que la vida parecía una fiesta constante para poder huir, a lomos de la música y elevados por los vapores del alcohol, por encima de la miseria.

10 comentarios:

Daniel Mercado dijo...

Nunca me canso de decir que en tu blog me voy cultivando. Gracias por seguir dedicando un espacio y tu tiempo para compartir cultura.
Toda esta historia de Kiki no me la habría imaginado.

Laura dijo...

Fue una mujer de provincias que se convirtió en soberana de la bohemia. Su boca era un incendio y su corazón una alcachofa: en cada hoja, el nombre de un hombre.

Un dialogo soñado entre ella y yo:
-¡Señorita Kikí! Yo, de mayor, quiero ser como usted.
-No te molestes. Sólo soy una frígida con mucha imaginación.
Me enloquece y sigue fascinando. Gracias por tan hermosa y descriptiva entrada.

Te mandamos besos felices.

Jesús dijo...

El Paris de la Bohemia, que gran época

Alfredo dijo...

DANIEL: Gracias a tí que te pasas por este lugar y luego comentas de forma tan amable. La historia completa de Kiki yo la conocí hace muy poco, y me parecía muy interesante. De hecho acaban de sacar una biografía suya en versión cómic que está muy bien.

Un saludo y un reencuentro feliz.

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BONSAI: Efectivamente es un personalidad que reflejó muy bien el auge y la caída de la bohemia parisina de entreguerras, y como le sucedió a tanta gente, al final murió casi olvidada por todos.

Besoso chicas!!

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JESÚS: Una época que ha llegado hasta nosotros bastante mitificada. Habría que haber estado allí para comprobar lo que hay de verdad y de mentira detrás del mito.

Anónimo dijo...

me ha gustado mucha la biografia de Kiki, sobre todo su vida intensa y su muerte tan anunciada. Pero no hay que olvidar que en londres en esa época habia un grupo cultural denominado Grupo Bloomsbury encabezado por Virginia Wolf, claro esta mas sobrio pero no por ello con menos encanto.¿qué pasaria si nos dejaramos llevar por nuestro instinto autodestructivo? tal vez se podria desarrollar con más celeridad nuestro talento artistico, claro esta que sería a cambio de nuestro deterioro fisico que no moral ya que este lo embellecemos conforme pasa el tiempo. He de decir dentro de la mitificación de los locos años 20 todo es real y es más creo que aún no se ha dicho todo. gracias por darme a conocer a kiki,

Alfredo dijo...

El grupo parisino tiene ese aire romántico de los crápulas, vividores y grandes artistas de materias muy diferentes, desde pintura a la música, la poesía, la literatura en general... Un movimiento muy amplio, por supuesto sin desmerecer a nadie.

En muchas ocasiones notamos que las personas realmente creativas, esas que están siempre buscando caminos expresivos diferentes, tienen unos comportamientos que no son los comunes y tal vez por eso son artistas tan interesantes.

Gracias por la vista y el comentario.

Un saludo.

Anónimo dijo...

Hola...Gracias por compartir estos datos.
Me encanta la obra de Man Ray y no sabia nada sobre la mujer del violín.
Ahora entiendo casi todo y digo: grande kiki!!!

slds y les dejo mi mail por si quieren seguir charlando del tema...

zoom.stereo@hotmail.com

besos!
Agustina.

Alfredo dijo...

AGUSTINA: Gracias por la visita. Kiki de Montparnasse fue una de las grandes musas de aquellos años 20 y amante de varios de aquellos artistas, pero nada comparable a lo que tuvo con Man Ray, para luego morir en la miseria y casi olvidada.

Abrazos!!

Kuto Silva dijo...

Super bien... se entiende que el autor de esta bografia sabe escribir en un blog... sin embargo, pienso que siempre es ùtil citar las fuentes....
por ejemplo el autor/a de la mencionado biografia recientemente publicada ¿?..
saludos afectuosos

Anónimo dijo...

SUs datos están en su misma autobiografía que aparentemente fue cuidada por el mismísimo Hemingway, además fue amante de muchos más como Alfonso Reyes que incluso la visitó 20 años después encontrándola muy desgastada. Para los latinoamericanos acostarse con ella era una prueba de masculinidad.