Como todo llega a su fin, el último día del Spoken World tuvo lugar el domingo 9 con un cartel en el que se reunían Mr. Master y Sr. Mansilla, John Cooper Clarke y Alessandro Baricco y Marlango, o lo que es lo mismo el recitado de tintes surrealistas con la poesía punk y la sensibilidad, respectivamente, y para que la fiesta fuera completa, el patio de butacas presentó el mejor aspecto de los tres días.
El dramaturgo y poeta Fernando Mansilla, transmutado para la ocasión en Sr. Mansilla, salió al escenario acompañado por un dúo minimalista, de trompeta y contrabajo, escondido bajo el nombre de Mr. Master, y que fueron un eficaz acompañamiento a la historia del entierro de un grillo de los montes de Toledo, fallecido por el pie de un asesino infantil equipado con unos zapatos de charol negro en los que se reflejaba la luna y la muerte, en lo que fue un juego de inteligencia brillante, divertido, y plagado de originalidad.
Mansilla, vestido con traje gris, narró, cantó y casi rapeó una historia en la que brilló con luz propia un lenguaje de asociaciones insólitas, dentro de un estilo que unos denomina rap-teatro, y otros literatura de baile. El nombre es lo de menos cuando uno se encuentra con un espectáculo que se mueve en esa tierra ignota en el que sólo de adentran los valientes, y en la que la música y el teatro se fusionan para dar frutos exóticos y cargados de vitaminas, en este caso para el intelecto.
En los finales de los 70 este poeta se erigió como una de las figuras de culto dentro de los poetas asociados al movimiento punk, con una fuerte relación con grupos de la época como The Sex Pistols o The Buzzcocks. Como muchas personas por aquellos años se enganchó a la heroína, adicción que logró superar, y en los 90 volvió a las andadas literarias.
A pesar de la pésima traducción simultánea del discurso que iba desgranando entre poema y poema, el público pudo disfrutar de un recitado a una velocidad increíble, casi de tableteo de ametralladora, para unos textos, la mayoría de ellos ya de cierta antigüedad (de hecho preguntó si había británicos entre el público, y al recibir respuesta afirmativa se disculpó con ellos, porque los textos que iba a recitar ya los habrían escuchado cientos de veces), aderezados con mucho fuck y fucking, claro reflejo del ambiente contra cultural en el que nacieron. Como él mismo dice, más que recitar poesía lo que pretende es divertir a la gente y eso sí lo consiguió.
La combinación del escritor italiano y el grupo liderado por Leonor Watling, fue el broche de oro a los tres días de Spoken World, en lo que fue una simbiosis perfecta, en la que la música cedió protagonismo a la palabra, limitándose, que no es poco, a apoyar de forma perfecta las palabras que iban saliendo de las bocas del escritor y de la cantante.
Baricco explicó que venía de una región del norte de Italia donde llueve mucho, tanto que esa lluvia llega a calar por dentro a las personas, generando un tipo especial de persona, un tanto reacia a la hora de mostrar sus sentimientos. Ejemplo de ello fueron las lecturas que escogió de algunos de sus autores italianos favoritos, especialmente la historia del niño que se da cuenta de que su padre se va a suicidar y es el único de la familia que se da cuenta. Una historia de gran sensibilidad que revela los pasadizos más recónditos del alma humana.
Fue Leonor Watling (quien está en el reparto de la primera película del italiano que lleva por título Twenty one) la encargada de leer un fragmente de la obra de Baricco titulada Oceano Mare, un ejemplo más de la riqueza expresiva y de la profundidad que se esconde bajo las palabras del aclamado autor de Seda y admirador de Borges o de Alice Monroe.
Momentos especialmente intensos se vivieron cuando Baricco y Watling recitaron juntos El penal más largo del mundo, narración breve del argentino Osvaldo Soriano, una historia de una belleza extraordinaria que puso el colofón perfecto a tres días de gran intensidad narrativa y musical, que dejaron en el ánimo en la necesidad de que el año próximo se vuelva a repetir.
3 comentarios:
Jo! Alfredo no te pierdes ni un evento.
Jesús
Hay espectáculos que te envuelven con una patina de ideas dificiles de olvidar. Por lo que desvelas del Spoken ha debido de ser "algo grande". Gracias por compartirlo. A mi me derrite la voz susurrante de Leonor Watling.
Te mandamos besos felices.
Es que la Laboral se ha convertido en el epicentro de mi vida cultural, y voy a todo lo que puedo. Tango un problema y es que soy "adicto" a la cultura.
Saludos!!
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Es cierto que el Spoken fue fantástico, y el cierre con Baricco y Marlango, fue lo más grande, y con una Leonor recitando maravillosamente. Espectacular.
Besos chicas!!
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