domingo, 25 de marzo de 2012

Norman Rockwell, el ilustrador de una nación


Girl with black eye (1953)
“Rockwell pintó el sueño americano mejor que nadie” (Steven Spilberg). Seguramente por eso Norman Rockwell (Nueva York, 1894 – Stockbridge, 1978), todavía es hoy en día el artista estadounidense más conocido por sus compatriotas y más apreciado. Porque supo retratar la psique colectiva del país como nadie, de un modo ameno, divertido, irónico, pero también crítico en el reflejo de esa otra cara del país relacionada con el racismo y la desigualdad.

The runaway (1958)
Freedom from want (1943)
Rockwell creció en contacto con la naturaleza, con un padre al que le gustaba salir a pintar al aire libre los domingos, siguiendo un poco la estela del abuelo de Rockwell al que parece que también le gustaba pintar. Padre e hijo compartían el dibujo de portadas de revistas, y mientras el padre leía a la familia las obras de Dickens, el joven Rockwell iba dibujando a los protagonistas de las mismas, según se cuenta en este artículo.

Así las cosas parece que el joven no iba a tener otra vocación que la de ilustrador, como así fue. De hecho dejó la secundaria para aprender en serio la técnica que le haría famoso, y muy pronto despertó la atención del director de una revista de los Boy Scouts, pero lo que quería Rockwell era trabajar para el Saturday Evenig Post. Sin pensárselo gran cosa se presentó en las oficinas de la revista y el director se quedó impresionado por el talento de aquel joven ilustrador y en 1916 dio comienzo una relación que se mantendría hasta 1963, dejando para la historia más de 300 portadas.

Durante el periodo de la Primera Guerra Mundial, se alistó en la Armada y allí trabajará en publicaciones de la Marina estadounidense, dando muestras de un compromiso con su país que volverá a ponerse de manifiesto durante la Segunda Guerra Mundial, con la confección de algunos carteles animando al pueblo estadounidense a contribuir al esfuerzo de guerra.

The art critic (1955)
Con breves paréntesis, Rockwell puso su talento al servicio de unas imágenes tiernas, cotidianas, de esas que uno ve y siente inmediatamente que le suenan de algo, y eso sin ser siquiera estadounidense o saber quien es el autor de las mismas. Imágenes de niños que salen corriendo de un lugar en el que está prohibido bañarse, una niña de aspecto travieso y con un ojo amoratado espera en el pasillo de su colegio una probable reprimenda, o un crío con aspecto de haberse fugado de su casa está desayunando en un bar mientras habla con el camarero y un policía.

The connoisseur (1962)
Son algunas de las escenas cotidianas, la mayor parte de ellas construidas a partir de fotografías compuestas por el propio Rockwell o de historias de su propia infancia o adolescencia o relatadas por otras personas. En ese poso de realidad está la esencia de una escenas que si algo son es eso, reales, pero no por ello tienen menos valor artístico.

The problem we all live with (1964)
No fue ajeno a lo que estaba aconteciendo en su país en las décadas de los 50 y 60 en relación al racismo y a los conflictos entre blancos y negros, situación que criticó poniéndose del lado del débil lo que le valió, como no, algunas críticas airadas de sectores reaccionarios. Especialmente llamativa es esa obra en la que se ve a una niña negra, vestida de un blanco luminoso, acompañada por cuatro adultos, podríamos decir que guardaespaldas, mientras pasa por delante de una pared en la que se lee la palabra despectiva “nigger", u otra en la que un blanco está ayudando a un negro que parece haber recibido una paliza.

Southern justice (1965)
Imágenes en general optimistas, llenas de vitalidad que no hacen sospechar la travesía del desierto particular de un hombre que sufrió depresiones y una baja autoestima acerca de su propia obra.

Fuentes consultadas:






4 comentarios:

Jesus dijo...

Muy interesante la entrada y se agradecen los enlces, pues he empezado a abrirlos y dan mucha información o abran muchas puertas para seguir curioseando sobre este pintor
Un abrazo y feliz semana, previa a las S. Santa

Alfredo dijo...

Gracias Jesús. Voy a empezar a poner los enlaces de las páginas que consulto para mis artículos, precisamente por si alguien quiere más información.

Buena semana!!

Joaquinitopez dijo...

Soberbia entrada y magnifica serie de contactos.
El fue el pintor de la America autocomplaciente de Capra y "¡Que bello es vivir!"
Hooper es el pintor de la America cerrada, hostil y hasta siniestra de "La sombra de una duda", "Psícosis" y toda la novela negra. Por eso es menos apreciado en Estados Unidos.
Un abrazo

Alfredo dijo...

Buena la comparación que haces entre los dos artistas y sus relaciones con las dos caras de los Estados Unidos. Ambos son imprescindibles y los dos son grandes artistas cada uno en su mundo.

Abrazos!!