Puerta de la Ilustración. |
La noticia del fallecimiento de
Andreu Alfaro (Valencia, 1929) que saltó a los medios de comunicación el pasado
mes de diciembre de 2012, no tuvo en mi opinión, el eco que debería de haber
tenido, toda vez que supuso la pérdida de una figura clave de la escultura
contemporánea española, además de ser un artista de proyección internacional.
Supongo, y lo digo así porque no lo puedo corroborar, que en el Comunidad
Valenciana si haya tenido el tratamiento adecuado, por haber sido, además, el
impulsor del Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM).
Dos rombos. |
Un artista del cual es posible
encontrar obra en las principales ciudades de España y en algunas de las
europeas, especialmente en Alemania. Unas obras sutiles, de líneas claras,
ligeras, casi como si quisieran pasar desapercibidas y quizás por eso, su
presencia es mucho más evidente.
Generatrices. |
Una presencia perfectamente
integrada en el paisaje, en el espacio que las rodea incluso diría que en el
aire que las acoge, porque todos ellos son elementos que terminan formando
parte de la obra, de una escultura que se fija en el suelo al mismo tiempo que
se proyecta hacia lo alto.
Homenaje a Jacinto Verdaguer. |
Obras que parten del dibujo,
disciplina con la que se introdujo en el mundo del arte, concretamente en el
del diseño publicitario, una vez que logró convencer a su padre de que iba a
ganarse la vida con el arte en lugar de seguir con el negocio carnicero
familiar. Alguna vez Alfaro dijo que su Universidad había sido el matadero del
que su familia traía la carne, y aquellos matarifes perfectos conocedores de la
anatomía animal, fueron sus primeros maestros.
Ones. |
Los andares escultóricos los
empezó con pequeñas obras de alambre y latón, unas obras rápidas, casi
inmediatas, que terminaron por dar paso al trabajo con planchas de metal. Eran
los años 50 cuando se integró en el Grupo Parpalló, de raigambre
constructivista.
Velas y vientos. |
En los setenta fueron los
desarrollos metálicos a través de la estructura de la generatriz, los que
conformaron una parte muy sustancial de su obra con una serie de piezas
desarrolladas a partir de barras metálicas ensambladas. En los años 80,
ampliará la gama de materiales con la incorporación del hierro y de la piedra,
para obras en las que se empieza a introducir la figuración y un contexto de
reflexión acerca de elementos muy diversos como “el cuerpo humano, el Barroco,
la figura de Goethe, el tiempo y la memoria, los kuroi”, tal y como se destaca
en la necrológica publicada en el periódico La Vanguardia.