El pasado sábado 29, el Teatro
Filarmónica de Oviedo acogió, dentro de la XIV Jornada Europea de Cultura Judía,
un concierto del trío aragonés Trivium Klezmer, que a buen seguro que será
recordado por todos los que llenamos el aforo del teatro durante mucho tiempo.
Manuel Franco (acordeón), Jorge
Ramón (clarinete bajo) y Juan Luis Royo (clarinete soprano y requinto), son los
integrantes de este grupo que hunde sus referencias musicales en el klezmer, la
música folclórica de los judíos centroeuropeas, tratadas con un estilo
absolutamente personal dejando un concierto lleno de ritmos vivos, de alegría,
de pasión, de virtuosismo.
Y de mezcla también, porque los
ritmos klezmer conviven en los instrumentos de Trivium Klezmer con el jazz, con
el folclore aragonés, con el tango,
con ritmos balcánicos, todo empastado de una forma en la que todo fluye,
todo convive y se enriquece uno a otro. Bandas sonoras del Violinista en el
tejado, de La lista de Schindler (magnífico el tema con el que cerraron el
concierto inspirado en esa película), adaptaciones de temas de Goran Bregovic o
de las películas de Emir Kusturica, e incluso algún tema me recordó a Kroke, un grupo
klezmer polaco del que me reconozco amante rendido.
Toda la buena música que nos regalaron a los asistentes
estuvo salpicada de mucho sentido del humor, para dejar el ambiente cargado de alegría, de una pizca de melancolía y un montón de sentimiento
para llenar un equipaje imprescindible para adentrarse en un viaje sonoro por
el brillante Mediterráneo, por los bosques profundos de Centroeuropa y las
estepas interminables de Rusia.
Entusiasmo y pasión contagiada al
público que supo responder con idéntico entusiasmo a la propuesta que Trivium
Klezmer puso encima del escenario. Esta fue su primera visita musical a
Asturias, esperemos que haya más.
Nota el pie: Ya sólo faltan tres.