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Serge Lafat. Ballet La Chatte, 1927. |
Una vida de esas de cine terminó desembocando en una pasión
por la fotografía, especialmente por lo que toca a la moda y el cine,
convirtiéndose en uno de los fotógrafos de referencia de Vogue Francia en unos
años, los 20 y los 30, en los que la creatividad que se vivía en la capital
francesa no se vivía en ningún otro lugar del mundo. El salto a Estados Unidos
le permitirá trabajar para Harper’s Bazaar y en el mundo del cine, y será en la
ciudad de Los Ángeles en la que fallecerá de un ataque al corazón.
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Art in fashion. Dress by Balenciaga, 1939. |
Resumiendo la agitada vida del barón
George Hoyningen-Huene
(1900-1968), diremos que nació San Petersburgo en el seno de una familia
formada por un aristócrata alemán al servicio del Zar de Rusia y por una madre
hija del ministro plenipotenciario de los Estados Unidos en la Rusia de los
zares. Eso le permitió llevar una vida de lujo, con vacaciones en Estonia y
comidas habituales en la corte del zar Alejandro III. El Museo del Hermitage
será el lugar en el que adquiera una formación, gracias a uno de los
trabajadores del mismo, sobre el mundo clásico grecorromano que luego se verá
en sus fotografías.
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Jeanne Salmond and Mile Boecler.
Evening Wear by Lanvin, 1934 |
Eso se vino abajo con la Revolución Rusa y la familia vio como
todas sus propiedades y dinero eran confiscados por las nuevas autoridades
comunistas, y, como consecuencia, exilio obligado en Londres. En 1918, el joven
Hoyningen se enroló en la expedición militar británica que intentó detener el
avance de la Revolución Rusa, con el objetivo de intentar recuperar lo que
pudiera del patrimonio familiar. Como es sabido, la aventura militar terminó en
completo desastre, situación que convenció a Hoyningen de la inutilidad de
luchar contra el reloj de la historia.
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Marlene Dietrich. |
Camarero, revisor de tren en Polonia, entre otros trabajos ocasionales,
se asienta en París en los años 20 donde tendrá empleo como extra de
producciones cinematográficas, algo que le pondrá en contacto con la forma de
iluminar y de montar las escenografías de las películas obteniendo un
aprendizaje muy valioso para su carrera posterior.
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Evening Dress. |
Con Man Ray intenta realizar un libro de fotografías en el que
aparecieran las mujeres más hermosas de París, obra que si bien no tuvo éxito
sí llamó la atención del editor de moda de Vogue, Main Bocher, quien le dará
trabajo como ayudante de fotógrafo encargado de montar las escenografías y
preparar la iluminación de las sesiones. Hasta que un día de 1926, el fotógrafo
titular no se presentó a la sesión, Hoyningen tomó su puesto y ahí empezó su
carrera.
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Josephine Baker, 1929. |
Poco amigo de las poses estáticas a las que obligaban las
cámaras de la época, aprendió de
Edward Steichen la importancia de captar la
psicología del modelo, de dar fuerza a imágenes estáticas y de ahí que hiciera
que sus modelos se posicionaran en ese momento intermedio en el que un
movimiento va a pasar a convertirse en otro distinto, ese instante en el que
gesto va a dejar su lugar a uno nuevo, y con referencias clásicas muy evidentes
tanto en las poses como en unas escenografías en las que cobran protagonismo
grandes vasijas o referencias a templos o la estatuaria de la Grecia clásica.
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Moslems for a Night. Costume Ball, 1929. |
En 1935 cruza el charco para conocer los Estados Unidos, país
en el que se habían casado sus padres, para trabajar para Harper’s Bazzar antes
de iniciar una escapada a Oriente Medio y hacer algunos viajes por África y
Arabia. A mediados de los años 40 abandonó la fotografía de moda, dio clases y
trabajó con directores de cine como Jean Negulesco, Michael Kidd, Michael
Curtiz y George Cukor.
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Toto Koopman. Evening Dress
by Augusta Bernard, 1933 |
El legado fotográfico que dejó Hoyningen es incuestionable, un
legado basado en un “corpus muy coherente de imágenes, sobre todo relacionadas
con la moda y los retratos de estudio, que destacan por su precisión, economía
de medios, armonía, elegancia y agudeza psicológica” (William Ewing)