domingo, 18 de marzo de 2012

Miriam Schapiro, conciencia de mujer artista

The Twinning of Adam and Eve in the Garden of Eden (1989)
Connection (1978)
Aunque nacida en Canadá en 1923, se la conoce como una artista genuinamente norteamericana ya que en Estados Unidos hizo sus aprendizajes artísticos y sigue desarrollando su carrera. Animada por su padre, también artista, desde muy joven empezó a estudiar arte y ya no dejará de explorar ese mundo, a pesar de que tardará unas tres décadas en dedicarse al arte a jornada completa.

En 1946 contrae matrimonio con el también artista y profesor Paul Branch y el primer destino de la pareja será la ciudad de Nueva York. Por esos años, Schapiro estaba realizando cuadros dentro de la órbita del expresionismo abstracto aunque con un mayor contenido lírico, sin embargo, su condición de mujer va a ser un impedimento para que el grupo expresionista a reconozca como a una igual a pesar de que alcanza un buen nivel de éxito.

La toma de conciencia definitiva le llegará en California, estado al que se habían trasladado por una oferta laboral que había recibido su marido. Estamos hablando de los años 70, y del momento en el que Schapiro toma conciencia feminista y junto con Judy Chicago pondrá en marcha el Programa de Arte Feminista en el California Institute of Arts, dirigido exclusivamente a mujeres y en el que tomaron parte 21 alumnas en la primera edición.

Fanfare (1958)
High Stepping. Strutter I (1985)
De ese programa saldrá uno de los proyectos de mayor relevancia posterior para el arte etiquetado como feminista. Fue la muestra Womanhouse (1972). El grupo “ocupó” una casa antigua y en cada habitación cada una de las alumnas o un grupo de ellas desarrolló una intervención con absoluta libertad creativa, que trascendió el puro ámbito universitario hasta conseguir un amplio eco incluso internacional.

La propia Schapiro cuenta en una entrevista con Ruth Bowman, como después del trabajo se reunían todas para poner en común sus sensaciones: “En esa mansión abandonada, nos sentábamos en el suelo, teníamos nuestro tiempo para hablar, y después pasábamos la mopa y lo dejábamos todo limpio. Pero cuando hablábamos en la cocina aparecía el drama, al menos yo lo recuerdo así. Todas contaban cómo habían crecido al lado de su madre y las experiencias que habían tenido en la cocina (…) En última instancia daban una descripción de cómo habían sido sus relaciones con su madre”.

“Cuando entrabas en la Womanhouse para ver las performances o para caminar por las habitaciones, inmediatamente te dabas cuenta de que estabas viendo algo que nunca se había visto antes en el arte mundial”, cuenta Schapiro en la misma entrevista.

Costume for Mother Earth.
Desde un punto de vista artístico, Schapiro, una vez dejada atrás la fase expresionista, desarrollará una serie de obras en las que el collage y el ensamblaje son las técnicas fundamentales y a las que bautiza como “femmages”. Bajo ese nombre se incluyen obras coloristas formadas a través de lazos, botones, tapetes de te, lentejuelas para crear unas composiciones que remiten a los trabajos asociados tradicionalmente a las mujeres.

Otras veces dará forma de vestido o de abanico a sus obras, siempre con el color como protagonista fundamental y con un sentido de la búsqueda de la identidad femenina.

“Schapiro fija el término femmage para referirse al trabajo de mujeres anónimas, esas que han sido excluidas del arte con mayúsculas. La obra de Schapiro desde los setenta hasta hoy es una carrera por rescatar esas imágenes marginalizadas de la cultura femenina y a las mujeres artistas de la invisibilidad”, tal y como se afirma en el artículo Mariam Schapiro: Works on Paper, a Thirty Year Retrospective.

4 comentarios:

Jesus dijo...

Precioso
desconocia a esta pintora y sus cuadros me han encantado, con tu permiso reenvio la entrada al post desde reader a mis amigos
Un saludo

casss dijo...

Una experiencia alucinante. Da ganas de repetir un proceso creativo tan especial, mutuamente enriquecedor.
El mensaje a través de la abundancia de objetos representativos y el color, me gusta por lo llamativo y removedor.

Un fuerte abrazo

Alfredo dijo...

JESÚS: Por supuesto que no hay ningún problema en que lo difundas, es más, te lo agradezco mucho.

Un abrazo!!

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CAS: Las obras de Schapiro efectivamente son muy llamativas por el color que utiliza, y adentrándose en el mensaje que hay detrás lo son aún más.

Un beso!!

PACO HIDALGO dijo...

Me gusta su obra: es atrevida, pero el color es el protagonista sin duda. Está bastante bien. Buena semana para tí, Alfredo.