lunes, 3 de agosto de 2015

Birgit Jürgenssen: “Quiero llamar la atención acerca de los prejuicios y roles que se le asignan a las mujeres en la sociedad”


Quiero salir de aquí (1976-2006).

Nacida en la Viena de postguerra en 1949 y fallecida en 2003, esta artista austriaca ha pasado a la historia del arte como una de las más poderosas artistas feministas de la vanguardia europea.

Unicornio (1991).

“Quiero llamar la atención acerca de los prejuicios y roles que se le asignan a las mujeres en la sociedad, algo con lo que siempre he confrontado mi obra”, en palabras de la propia artista. Para ello se valió del dibujo, de la pintura, la fotografía, la escultura y la performance, utilizando en muchas ocasiones su propio cuerpo como campo sobre el que volcar toda su filosofía combativa del arte.

Zapato embarazado (1976).

Desde un paso por la cultura pop psicodélica de los 60, a la libertad de ataduras del surrealismo, Jürgenssen se caracterizó por desarrollar un discurso artístico muy crítico con la sociedad, especialmente en lo que tiene que ver con la asignación de roles a las mujeres, con el cuerpo como campo expresivo con la ironía y la paradoja como dos elementos recurrentes.

Sin título (1978-1979).

Caminos para llegar a proyectar los códigos culturales de una sociedad que en muchas ocasiones ignora a las mujeres, y ponerlos en solfa o en abierta crítica mostrando lo que Jürgenssen veía como la prevalencia de una dominación cultural y social de la mujer, por medio de unos mecanismos sociales que entiende diseñados únicamente para mantener la separación de roles masculino/femenino, y perpetuar la dominación masculina sobre la mujer.

Sin título (1995).

De ahí que Jürgenssen muestre algunos escenarios cotidianos como escenarios más propios de una película de terror, caso, por ejemplo, de la cocina, unos espacios en los cuales las mujeres nunca son dueñas de sí mismas, sino que se ven atadas, casi como si de una nueva forma de esclavitud se tratara, sin posibilidad de salir del bucle determinado por inmemoriales prácticas sociales, en lo que la artista ve como una suerte de domesticación de la mujer.

Catarata (1978).

La parte más surrealista de la obra de esta austriaca, tiene que ver con la aparición en sus obras de máscaras, juegos de cambio de identidad, de denuncia de los estereotipos culturales, entre ellos, la erotización del cuerpo femenino convertida en una categoría de género por ese dominio masculino que hace que la percepción que tiene la mujer de su cuerpo tenga más que ver con los esquemas desarrollados por los hombres, que con el propio sentimiento femenino acerca de su propio cuerpo.


Zapatos cama (1976).

Una cosificación de los roles femeninos, en la cual Jürgenssen ve, en consonancia con la teoría marxista, un desarrollo perverso del sistema capitalista y su división tradicional de roles entre los hombres y las mujeres, que además convierte al cuerpo de la mujer en una suerte de territorio sujeto a la hegemonía masculina, en un territorio colonizado por el hombre a través de lo que considera una dictadura de lo masculino desarrollada y mantenida a lo largo de los siglos.
Más información: Hatje Cantz [en], Guía de Viena, Multitudes [en], Fergus McCaffrey [en], Kuntshalle [en].

1 comentario:

Recomenzar dijo...

Sinceramente, llegué por casualidad, pero veo que tenemos varios amigos en común.
El escrito me atrapó, con tiempo voy a leer textos anteriores, creo que hay muy buen material.
Un abrazo