lunes, 3 de septiembre de 2012

El postrealismo mítico de Gianluigi Colin



Por una curiosa analogía los antiguos romanos asimilaban a Mercurio como la figura a protectora tanto por los comerciantes como por los ladrones, una situación que en estos tiempos que corren a los ciudadanos no deja de parecernos un reflejo irónicamente cruel de la realidad de un crisis globalizada para una inmensa mayoría provocada por una inmensa minoría.


Viene esto a cuento (o no) de la obra del italiano Gianluigi Colin (Pordenone, Italia, 1956), y su serie Mitografías en la que recurre a las figuras de Mercurio, Venus, Marte y Saturno para retratar a través del mito nuestra realidad más inmediata en una suerte de discurso que va un poco más allá de esa realidad, casi en terrenos de lo que podríamos llamar postrealidad.


Y es que para Colin el mito sigue siendo válido para entender lo que nos rodea, o sería mejor decir, que el mito es inmortal y ahí sigue, adoptando una forma contemporánea, conviviendo con nosotros a pesar de que no seamos capaces de verlo a simple vista, agobiados como estamos por una realidad fragmentada, difusa, rota, pretendidamente uniforme y clara, donde la comunicación llega cargada de un ruido insoportable.


Si la figura de Mercurio le sirve para hablar de esa deidad absolutamente poderosa como es el dinero (poderoso caballero es don dinero que escribiera uno de nuestros grandes clásicos del Siglo de Oro), la de Saturno le conduce hacia los terrenos de la barbarie, la guerra, las atrocidades de las que el siglo XX sabe mucho y de las que el XXI está aprendiendo demasiado.


Un mundo en el que sigue habiendo Venus, sigue vivo el prototipo de mujer florero a la que a través del cine o la publicidad se le bombardea con el mensaje de la eterna juventud y la belleza a cualquier precio. Y como no, Marte y la guerra y todas sus fatales consecuencias.


Esa suerte de recorrido arqueológico contemporáneo, utilizando elementos perfectamente asimilados en nuestro cotidiano devenir vital, es el que hace Colin a partir de una reelaboración de elementos tomados a partir de páginas de periódicos o revistas que arruga con sus propias manos en una especie de desahogo; luego toma fotos de esas páginas arrugadas y la imagen luego la imprime en papel de periódico que, a su vez, pega sobre un soporte realizado también a base de papel de periódico, y termina escribiendo o pintando sobre ello.


Es, en fin, una investigación artística alrededor del lenguaje y de la comunicación, para dar forma a unas obras de fuerte compromiso ético creando una suerte de puente entre el presente y la memoria, la suya pero también la de cada uno de nosotros capaces como somos de identificar símbolos, imágenes, escenas que dan un nuevo sentido, un significado o un valor nuevo a esa realidad de partida.

Más información: IVAM, La Vanguardia, Artecreha,

3 comentarios:

Natàlia Tàrraco dijo...

Mitos clásicos, eternos, mitos romanos que perviven en esta secuencia de papeles rasgados, cada mito su papel como de noticia pasajera en un periódico, cualquiera.
Besito vuelta a lo montañoso. Alfredo

Alfredo dijo...

Por eso son mitos porque son inmortales y sirven para cualquier época y momento. Efectivamente, ahí están ahora asomándose, con otro nombre, en las páginas de los periódicos y revistas. Cambian las formas, los nombres, pero todo sigue igual, seguimos rindiendo culto a las mismas cosas.

Un abrazo!!

Mimí- Ana Rico dijo...

Las imágenes que has elegido ilustran muy bien su proceso creativo, he disfrutado del viaje, gracias.

Abrazo, Alfredo.