domingo, 25 de diciembre de 2011

The Killing: Lágrimas en la lluvia



Los que pensábamos que Twin Peaks era una serie que anticipaba lo que iba a ser la televisión del siglo XXI, hemos tenido que esperar alrededor de dos décadas para empezar a ver materializada esa idea. Primero fue The Wire la serie que dinamitó los conceptos básicos de las series de policías y ahora es The Killing, transposición americana de la serie danesa Forbrydelsen, la que lleva al género policiaco a una dimensión ya apuntada por la genial serie de David Lynch, dejando de lado, claro está toda la fantasía, todo el surrealismo del genial Lynch.


The Killing transcurre por el medio de una Seattle siempre lluviosa, siempre gris, por callejones y penumbras, mientras la madeja del asesinato de Rosie Larsen (una asesinada que va camino de ser tan famosa como Laura Palmer), una buena chica adolescente, se va desenredando o enredando, según se mire, a lo largo de 13 capítulos, uno por cada día de la investigación.


Una serie con poca acción, donde no hay persecuciones vertiginosas, nada de alta tecnología capaz de coger al malo por sí sola, no hay sexo, sin tiroteos ni muertos a destajo pero que, sin embargo, consigue atrapar a un espectador que llega al final de cada capítulo, al menos es lo que me ha pasado a mí, con un nivel de angustia realmente elevado.


Y eso es así porque la historia no solo abarca el asesinado de Rosie Larsen, sino que nos lleva de la mano a ver la disolución de una familia hasta ese momento feliz, nos muestra los recovecos de unos detectives con vidas personales difíciles, todo eso en medio de una pugna política por la alcaldía de Seattle.


Mimbres todos ellos que se van entretejiendo para dar forma a un drama duro, real sin espacio para la fantasía, en medio de una lluvia constante que difumina los contornos de la misma manera en que lo están los perfiles de unos personajes con múltiples aristas y a los que da vida una nómina de actores y actrices realmente espléndidos.


Es una historia oscura, gris, de bajas pasiones y deseos ocultos, de recovecos psicológicos, de sueños que se rompen, de secretos, del precio que hay que pagar por el pasado y que deja en el aire una pregunta inquietante acerca de si es posible llegar a conocerse realmente a uno mismo y no digamos ya a los demás.


Como si de una danza ambientada en una atmósfera densa, espesa, un ir y venir entre la convicción y la duda siguiendo un camino para reflexionar acerca de la facilidad con la que condenamos las actitudes de otros sin tener toda la información en la mano, porque peor que el castigo de la justicia es el castigo social fundamentado únicamente en la sombra de la sospecha, mientras el verdadero culpable sigue en la oscuridad.

2 comentarios:

PACO HIDALGO dijo...

Yo me quedé en Twin Peeks, Alfredo, y creo que no se ha hecho nada igual, aunque tengo que reconocer que no he visto The Killing; así, que tendré que hacerlo, sobre todo si la recomiendas tú.
Aprovecho para desearte un feliz final de año y mejor entrada del nuevo. Abrazos.

Alfredo dijo...

PACO: Pienso que a todos los que nos gustó Twin Peaks no podemos dejar de encontrar puntos en común entre las dos series, aunque también es cierto que no estamos ante un nuevo Twin Peaks ni mucho menos como algunos han querido vender. Parece que un nuevo concepto en la series policiacas se va abriendo camino y para bien.

Espero que los hados educativos te sean propicios y que tengamos un 2012 con mucho arte!!!

Un abrazo!!