lunes, 25 de agosto de 2008

Hugo Fontela (Grado, Asturias, España, 1986)



Hasta el próximo 21 de septiembre está abierta una exposición titulada New York, New York, que recorre la trayectoria artística que Hugo Fontela ha venido desarrollando en la ciudad de los rascacielos en la que lleva desde el año 2004, cundo se traslada a estudiar a la escuela The Art Students League, y donde recibe, al año siguiente, la concesión del Premio BMW de pintura que fue un espaldarazo muy importante a su carrera.

Antes de llegar hasta ahí, el moscón tendrá un encuentro fundamental con Amado Hevia “Favila”, que fue el primero en apreciar el talento que se adivinaba en aquel chaval de 14 años, y de su mano ingresará en la Escuela de Artes y Oficios de Avilés. La deja con 16 para pasar a la Escuela de Artes de Oviedo y en 2004 decide cruzar el “charco” para afincarse en la zona de Manhattan.



La muestra que está abierta en Gijón, es una excelente oportunidad para apreciar la evolución de este artista, que ya está por derecho propio entre los más importantes de nuestro país, y para acumular una serie de sensaciones muy impactantes todas ellas. Allí se pueden ver obras de su serie de Back Yards (Patios Traseros), esos pequeños espacios que se ocultan detrás de las fachadas de las viviendas, y que se convierten en reductos de paisaje en medio de la jungla de asfalto. Espacios en los que apenas si sobreviven algunos esqueletos de árboles, y que Fontela pone ante nuestros ojos de forma fragmentaria, sólo nos muestra rincones aprisionados por muros, y en los que el cielo apenas se adivina y que proyecta una luz crepuscular sobre la sinfonía de colores terrosos que predominan en estas pinturas. Esos patios son lugares privados, silenciosos, ante los que nos sentimos extraños merodeadores, sombras que se recortan y proyectan su negrura sobre espacios sin esperanza, lóbregos, de los que la esperanza parece desterrada, y eso si alguna vez hubiera pasado por allí.


Los paisajes de Fontela, ya sean estos patios, ya sean vistas de los muelles, son lugares nostálgicos, marcados a fuego por la ausencia, la soledad, amnésicos dentro de una devastación que los convierte en macabros espejos de un esplendor que no pudo ser. Paisajes contaminados, rotos por el caos y la destrucción de una naturaleza ya convertida en recuerdo de una ausencia. Eso lo marca con una pintura monocromática, con ausencia de volúmenes, y donde todo se hace volátil, nada parece contener esa solidez tranquilizadora mientras sentimos que todo está a punto de moverse, como si entráramos en un terreno de arenas movedizas. Y siempre el silencio.

El agua es otro de los elementos que podemos ver en esta muestra, y con el que crea espacios insondables, infinitas, en el que las formas pierden la materialidad que las tendría que caracterizar, y aparecen como elementos de nuevo fantasmales, salidos del agua y de la niebla, como en el caso de Old Pier (2006), donde unos pilotes sobresalen a duras penas por encima de una superficie sobre la que se multiplican en reflejos capaces de suscitar en el espectador atento, ecos emocionales muy profundos.

Fontela también sumerge en el agua elementos que ya han perdido su conexión con formas reconocibles, que rozan la abstracción, y que no sabemos muy bien si se trata de objetos sumergidos, reflejos de la superficie o qué hacen ahí. En medio de la duda nos imponen su presencia de una forma rotunda, clara y profundamente misteriosa.

También hay sitio para obras que tienen que ver con la estética japonesa, aquella que tanto asombró a los artistas del siglo XIX europeo. Son obras extremadamente sintéticas, en las que el espacio apenas si está atravesado por trazos o manchas de puro gesto, y en las que se adivinan presencias terrosas, vegetales o inciertos horizontes.

La obra de este asturiano, y cito a Fernando Castro Flórez, “nos deja, en todos los sentidos, sin palabras: es la presencia, con su oscuridad, lujo y silencio lo que nos invita a detenernos”.

6 comentarios:

La Gata Coqueta dijo...

Me has dejado anonadadaaaaaaaaaaaaa.
Ahora estoy en Madrid en estos momentos pero me has puesto a cien, te comento.

Yo moscona y con familia bastante alli.
Luego pasamos a hablar de Favila, padre madre mujer todo, yo vivo en la villa que el habita...

Siempre mantuvimos una relación muy cordial.

Y por otro lado los apellidos del otro chico son de gente importante de alli también los Florez y los Castros, estoy casi segura que se quienes son y que hemos tenido relación con ellos el los tiempos de los tiempos, no yo pero si mis antepasados...

La pena es que no estoy por ahi para ir a ver la esposición a Gijon, cuando tengo tiempo voy a ver todas las esposiciones abiertas en ese momento.

Solo hacia falta que fueses moscon como yo, entonces te comia a besos de alegría a traves del portatil.

Que emociones sin vuscarlas, se encuentran a nuestro lado y no nos damos cuenta hasta que llegan.

Ya me entraste por el ojo derecho el primer dia que te conoci, y eso es muy buena señal.

Soy una moscona rara, como que naci encima de un Castro y eso no es muy normal...

Recibe un cálido abrazo de esta que escribe y hasta pronto...

Ya me diras, lo decible...

Alfredo dijo...

Lamento decir que no soy moscón, aunque no vivo demasiado lejos, y en mi adolescencia alguna vez me iba de marcha por la villa. Efectivamente, Favila es convecino tuyo, no estoy seguro de que Fernando Castro lo sea, aunque si viene mucho por Asturias.

La exposición es una gozada, y me parece que está preparando algo por Madrid, así que es posible que tengas la oportunidad de ver algo de este artista llamado a hacer grandes cosas.

Gracias por las buenas vibraciones que me mandas, es muy gratificante tener lectoras así. Muchas gracias.

Un abrazo moscona!!

CASANDRA dijo...

nostalgia, soledad, pedacitos de cielo desde patios traseros y escondidos..Me reconciliaría mucho ver la obra de este artista, con mi propio estado de ánimo.(en Por boca de otros, dejé un cuento de otro uruguayo) afectuosos saludos.

Alfredo dijo...

Sin duda un obra más que interesante, formada por paisajes de la memoria y con la nostalgia siempre presente. Un artista al que hay que seguir.

Abrazos!!

Anónimo dijo...

Intentaré acercarme por ahí aunque no suelo ir por la villa de Jovellanos.
Vi un reportaje en Tv sobre el chavalín, menudo futuro, si es queeeeeee, no voy a presumir peeeero ;-)

Por cierto aunque me "nacieron" en otro lado, empecé a "ser" en Grado, "Grao pa la familia" en el mismo centro frente a un famoso baile que hubo hace muuuuchos años, El Maijeco, te suena?.Uno de mis hermanos es "moscón", menudo cachondeo de "guajes"

Por cierto muy buenos pasteles y tartas "moscones"

Saludos "moscones"

Alfredo dijo...

Merece la pena acercarse a ver esta exposición, y disfrutar de la ciudad.

Claro, para todos nosotros es Grao de siempre, y nos suena extraño cuando alguien pronunicia Grado, que es el nombre oficial, y todos conocemos La Flor de Grao, y el sitio ese que mencionas si sé donde estaba. Y ahora que lo pienso, hace mucho tiempo que no me coincide ir a nada por allí. Voy a tener que ponerle remedio.

Un beso "moscón"