lunes, 2 de junio de 2008

La caída de los dioses (The Damned, Luchino Visconti, 1969)

"No existen explicaciones ni soluciones de los estados del alma, de los conflictos psicológicos, fuera de el contexto social. A mi juicio, las pasiones humanas y los conflictos sociales son los que animan y conmocionan la Historia".

En esta película el genial director italiano con obras en su filmografía como La terra trema, El Gatopardo, o Muerte en Venecia, nos presenta una monumental ópera dramática, de pasiones desatadas, de vicios ocultos que afloran sin que se pueda hacer nada por remediarlo, en la que se hace buena la frase aquella de que el hombre es un lobo para el hombre, con los personajes destrozándose unos a otros con una ferocidad muy alejada del ambiente refinado en el que se mueve la historia.

La historia se inicia con la familia von Essenbeck, propietaria de importantes empresas siderúrgicas que van a ser fundamentales para sostener la política belicista de Hitler, que se reúne para celebrar el cumpleaños del patriarca familiar, justo el día en el que se produce el incendio del Reichstag (Parlamento), lo que será utilizado como una disculpa para iniciar la persecución de los grupos de izquierda y abrir el camino al triunfo electoral de los nazis.


A través de la degradación que va sufriendo la familia por las luchas intestinas por hacerse con la dirección del emporio familiar, el director nos va narrando el proceso de descomposición por el que se fue deslizando la Alemania hitleriana hasta llegar a la devastación de la Segunda Guerra Mundial. Una familia en la que se reúnen todos los vicios, y donde la virtud que representan Herbert, su esposa y sus hijas, tendrá necesariamente que sucumbir ante las enormes fuerzas que el mal pondrá en juego para conseguir sus objetivos.


Una fábula de la decadencia, sobre la codicia desmedida, hasta llegar a un final en el que la racionalidad ha desaparecido por completo, y en el que una boda se convierte en un espectáculo dantesco, y en el que los personajes ya se han quitado totalmente la máscara social y se muestran como son: despiadados, aturdidos por las fuerzas que han desencadenado y que se les han ido totalmente de las manos, con todos los valores considerados como esenciales en nuestras sociedades desplomándose como un castillo de naipes ante la mirada estupefacta del espectador, a pesar de que ya ha visto a los personajes asomarse a todos los abismos posibles.

Destaca con una enorme luz propia el actor austriaco Helmut Berger, quien interpreta a Martin, un personaje aficionado al travestismo (excepcional la escena en la que imita a Marlene Dietrich en El Ángel Azul), pederasta de niñas, y que muestra una compleja relación de amor-odio-erotismo hacia su madre que dará lugar a dos de las escenas más inquietantes de la película. Un personaje de gran complejidad, al que Berger dota de debilidad o de fuerza según convenga, que marca una actuación realmente fantástica.

La parte más floja de la película es, sin duda ninguna, la música del compositor Maurice Jarre, que aquí parece limitarse a cumplir con el encargo sin poner demasiado de su parte en el empeño. Hay que decir que el compositor le fue impuesto a Visconti, quien prefería utilizar la música de Mahler, lo que hubiera contribuido a reflejar mucho mejor la atmósfera opresiva y excesiva, propia del Macbeth de Shakespeare, en la que se mueven las marionetas de esta historia que está, por derecho propio, entre las obras maestras de la historia del cine.

6 comentarios:

Monik dijo...

Interesante post!! Siempre con tanto contenido... Gracias!!

Besos!!

Alfredo dijo...

MONIK: Una película que si no has visto, merece la pena. Como si la hubiera escrito el mismo Shakespeare. Odios, asesinatos, incesto, pederastia, drogas, alcohol... Todo un catálogo de vicios ocultos debajo de la fachada de respetabilidad de una familia de rancio abolengo.

Abrazos!!

Laura dijo...

Para mi es una muestra de lo que es el cine de autor, de lo que es el neorrealismo propio de Visconti. Mucho más cercano a Brecht,por ejemplo en la puesta en escena de los personajes.
La Fotografia es impecable y los colores nacar dan esa atmosfera barroca, que producen cierto rechazo en el aspectador.
Los planos, algunos casi dantescos son perfectos, como el guion...
Una película que hoy en día nadie se atrevería a hacer.

Te mandamos besos felices.

Alfredo dijo...

BONSAI: Totalmente de acuerdo contigo. Nada más que añadir.

Besos!!

MARIANA dijo...

mirando tus archivos, me encuentro con esta película que en su momento me resultó sencillamente genial. Voy a tratar de "ubicarla" y volverla a ver. Cariños.Casandra

Alfredo dijo...

Una gran película que admite múltiples visionados, porque siempre acaba uno por encontrar algo en lo que no se había fijado en los anteriores. Una obra maestra.

Besos!!