lunes, 21 de enero de 2008

2046 (Wong Kar-wai, 2004)

- En el año 2046, una vasta red de ferrocarril se extiende sobre el globo. Un misterioso tren parte hacia el 2046 de vez en cuando. Todos los pasajeros que van al 2046 tienen la misma intención: quieren revivir recuerdos perdidos. Porque nada cambia nunca en el 2046. Nadie sabe si es realmente cierto porque nadie regresa, excepto yo. Si alguien quiere salir del 2046, ¿cuánto tardará? Algunos salen con bastante facilidad, a otros les cuesta mucho más. Yo he olvidado cuánto tiempo llevo en este tren. Estoy empezando a sentirme muy solo.

- Todos los recuerdos son rastros de lágrimas.

- ¿Por qué quieres quedarte encerrada en tu cuarto?
- No estoy de buen humor. Podrían emborracharme y abofetearte otra vez.
- No pasa nada. Estoy acostumbrado. Si te hace feliz abofetearme será mi regalo de Navidad.

- No lo entiendo ¿A dónde te lleva toda esa diversión? Si encuentras a tu media naranja, ¿para qué perder el tiempo?
- Si la encuentro. Un hombre como yo no tiene gran cosa, sólo tiempo libre. Por eso necesito compañía.
- ¿Nos usas para rellenar tu tiempo?
- Yo no diría eso. Yo también presto mi tiempo a otros.
- ¿Y esta noche? ¿Me lo estás prestando tú a mí o yo a ti?
- No hay diferencia. Quizás tú a mí, y ahora yo a ti.
- ¡Ridículo!

- Vuelve a tu habitación, tengo trabajo.
- ¡No! Esta noche dormiré aquí.
- Pasar la noche es caro.
- No pasa nada. Di tu precio. Pagaría lo que fuera por estar contigo todos los días.
- Nada de venta al por mayor, prefiero al por menos.
- ¿Por qué?
- No me gusta.
- ¿No harías una excepción por mí?
- No.
- ¿Tratas así a todas las mujeres?
- Excepto a una.
- ¿A quién?
- A mi madre.
- Hablo en serio. No me importa que tengas otra mujer, pero no me tratarás igual que a ellas. Me da igual si me quieres o no, yo te querré de todas formas. Desde que estuvimos juntos no he traído a otros hombres. Ojalá tú pensaras igual. ¿Me lo prometes?
- No.
- Entiendo. Entonces hemos acabado. No te molestaré. Y no quiero que vuelvas a mi habitación.

-El amor requiere el momento oportuno. No es bueno conocer a la persona ni demasiado pronto ni demasiado tarde.

- Me impactó que su pasado fuera como su mano enguantada: un misterio sin solución.
- De todos los hombres que he conocido has sido el mejor para mí. Ya te echo de menos.
- ¿Por qué no vienes conmigo?
- Prometiste… no preguntar. Abrázame. Quizá pasemos años sin vernos.
- Cuídate. Tal vez un día escapes a tu pasado. Si lo haces, búscame. (…) Ahora veo con asombro que lo que le dije iba dirigido a mí mismo. En el amor no puedes usar sustitutos. Yo buscaba lo que había sentido con la otra Su Lizhen. No me di cuenta, pero seguro que ella sí.


3 comentarios:

Anónimo dijo...

al hilo de tu artículo quería invitarte a que leyeras un texto que habla sobre la música (escrito por Mara Torres)y que casualmente habla de esta película y director.

MARA TORRES blog

SALUDOS

Alfredo dijo...

Gracias por la invitación. Ahora mismo me paso.

Anónimo dijo...

Sí Alfredo,a veces las palabras se hacen pequeñas.
Hablan más los silencios,la voz,los cuerpos..

Saludos

MARA TORRES blog