miércoles, 4 de julio de 2007

Río profundo (Shusaku Endo, 1923-1996)

Hoy toca recordar esta novela novela del japonés Shusaku Endo, considerado como uno de los novelistas contemporáneos más relevantes de aquel archipiélago asiático, y al que Graham Green colocaba en la lista de los escritores más importantes del siglo XX.

La novela podemos dividirla en dos partes. En la primera nos presenta a cuatro de los personajes, tres hombres y una mujer, para que sepamos de donde vienen y que es lo que les obsesiona a cada uno de ellos, mientras que en la segunda, el autor los hace coincidir, con un quinto hombre, en un viaje organizado a la India, lugar que, por lo que nos cuenta Endo, parece un lugar frecuentado por los turistas japoneses.

Allí, concretamente a las orillas del Ganges, río de vida y de muerte, los personajes se enfrentarán a sus miedos y obsesiones, pero con el denominador común de búsqueda de algo que la vida les arrebató.

El amor, la muerte, la religión y la guerra, son los elementos motivadores de los distintos personajes, cuyo viaje coincide con el magnicidio de la primera ministra de la India, Indira Gandhi, a manos de dos de sus guardaespaldas de etnia sijh. En ese panorama convulso, cada personaje irá conjurando sus fantasmas en la medida de sus posibilidades, emprendiendo el viaje más difícil de cuantos son posibles: el viaje hacia los infiernos particulares de cada uno.

Endo fue un escritor con una visión peculiar al compaginar el hecho de ser japonés con el de ser católico, algo realmente difícil de encontrar en un país en el que menos del 1% de la población practica esa religión. En los años 50, se traslada a Francia para estudiar literatura cristiana. En su obra se pueden encontrar temas recurrentes que tienen que ver con su experiencia vital, con el sentimiento de sentirse extrajero, sus estancias en el hospital y su lucha contra la tuberculosis, experiencias que marcaron el devenir vital de Endo.

Enfrenta con cierta frecuencia a sus personajes con problemas morales de difícil solución, enfrentados a complejas decisiones que suelen provocar resultados totalmente inesperados y que les marcaran de una forma profunda y, a veces, dramática.

Su primera gran novela, Silencio, tiene como argumento la llegada de los jesuitas a las islas del Japón en los siglos XVI y XVII.

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