Un auténtico lujo. Así se podría definir en pocas palabras la posibilidad que nos dio a los aficionados al buen cine la entidad bancaria Cajastur, con la proyección de El expreso de Shanghai, una más que aclamada película del dúo que formaron Dietrich y von Sternberg, y del que saldrían un puñado de películas absolutamente memorables.
La relación artística entre el director y la diva, porque la Dietrich siempre fue algo más que una actriz, se había iniciado un par de años antes con El ángel azul, película con la que von Sternberg descubre para el cine a Marlene, un film que arrolló en Alemania y después de la cual el director de origen austriaco volvería para continuar su carrera en Hollywood llevándose bajo el brazo a la que se convertiría en la estrella más rutilante del director.
El expreso de Shanghai se desarrolla en el ambiente agitado de una China en plena guerra civil, y en un tren que tarda cuatro días en hacer el recorrido entre la capital del país y la localidad costera cuyo nombre se refleja en el título. En ese tren se dan cita toda clase de personajes variopintos, de unos tipos similares a los que John Ford reuniría en esa obra absolutamente maestra que es La diligencia (1939). Personajes en fuga que buscan ponerse a salvo en el puerto de Shanghai donde les presumimos mayores facilidades para huir del país.
Aventureros que no son lo que parecen, adalides de la moral, apostadores natos, ancianitas que bajo su apariencia respetable no terminan de ser de fiar, militares con uniformes que no les pertenecen, espías, soldados, cocineros charlatanes y dos mujeres de belleza extraordinaria, son algunos de los personajes que coinciden en el ambiente opresivo de un tren que nadie tiene la certeza de que vaya a poder rendir viaje en la estación de Shanghai.
La casualidad hace que coincidan como pasajeros el doctor militar británico Donald Harvey (Clive Brook) y Shanghai Lily (Marlene Dietrich), quienes habían estado prometidos cinco años atrás y que por un malentendido y un exceso de orgullo por las dos partes, vieron como su relación se rompía. El reencuentro reavivará el antiguo fuego, no sin tener que pasar antes por todo tipo de vicisitudes hechas de rencores, reproches mutuos, desconfianza, pero siempre con la fuerza del amor palpitando debajo de cada palabra, cada mirada, cada silencio, cada gesto.
Recordamos el momento en el que Magdalen, auténtico nombre de Shanghai Lily y por el que siempre la llama Donald por lo menos en los momentos de tregua entre ellos, le pide que le diga la hora, dato que no le importa lo más mínimo, pero que le sirve para comprobar como él sigue conservando el reloj que ella le regaló con su fotografía cinco años atrás. Ahora ella sabe que él no la ha podido olvidar, pero ella a él tampoco. Se han intentado olvidar mutuamente, pero ha sido imposible, ni los largos viajes de él, ni los hombres que ha conocido ella han podido borrar el recuerdo de aquella pasión.
Todo el dominio que von Sternberg tenía de la fotografía y de la iluminación, los pone aquí al servicio de su diva, que aparece en todo momento rodeada de un halo de glamour imborrable. Eso se ve muy claramente en un momento determinado en el que Shanghai Lily, después de una discusión con Donald, está en su compartimiento y con la cabeza ligeramente hacia arriba, fuma un cigarrillo, mientras la luz ilumina su rostro entre las veladuras del humo, lo que genera un instante de enorme belleza, acentuada por lo efímero del plano.
Esta película fue el mayor éxito cosechado por el tandem director-actriz, y se llevaría el Oscar a la mejor fotografía, además de estar nominada en los apartados de mejor película y mejor director.
"Hizo falta más de un hombre para que cambiara mi nombre por el de… Shanghai Lily".
6 comentarios:
que interesante comentario, me gustaria ver esta pelicula, habia escuchado de ella, ahora tratare de conseguirla, vamos a ver que se puede hacer.
saludos
Yo la busqué en la FNAC aquí en Asturias pero no la tenían, así que estoy esperando. La que si tienen es El ángel azul, a la que también dedicaré comentario enseguida. El expreso... es maravillosa, y con la fuerza de la Dietrich eclipsando a todo el que se le pone por delante, porque nadie se acuerda del resto del reparto.
vaya envidia (no se si sana o no)maravillosa pelicula e imagino que sobre pantalla grande mucho mas, una lástima que Von Stenberg no se adaptara como su musa al sistema de Hollywood, sería la que tuvieron estos dos una relación seguro que al menos tan interesante como la de Audrey y el agente Cooper, enhorabuena por el blog, hablamos
Hola Javi. Sternberg llegó a decir una vez que después de hacer El Ángel Azul no quería volver a saber nada de Marlene pero que ella le siguió hasta los Estados Unidos como hacían todas las mujeres.
Pelín bocazas si que era a veces, porque es verdad que la relación entre ellos dos también es digna de análisis en profundidad.
La película en pantalla grande simplemente maravillosa.
Gracias por el comentario. Nos vemos.
tu descripción y sinopsis de la película es genial. tengo el honor de hacer una presentación en el 150 aniversario del ferrocarril y si me permites trabajare dicha presentación sobre tu texto. un saludo http://www.reyes-caballero.com
No hay ningún problema para que utilices mi texto en tu presentación, sólo te pido el favor de que, si te es posible, cites la fuente.
Espero que la presentación te quede genial. Gracias por valorar este comentario sobre una película que me fascina.
Un saludo cordial!
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