jueves, 12 de abril de 2007

Blade Runner (Ridley Scott, 1982)

"A comienzos del siglo XXI, la Corporación Tyrell llegó a la fase Nexus en la fabricación de robots, con un ser casi idéntico al hombre, conocido como replicante. Los replicantes Nexus 6 eran superiores en fuerza y agilidad, y al menos iguales en inteligencia, a los ingenieros genéticos que los crearon.
Los replicantes fueron utilizados fuera de la Tierra como esclavos en la peligrosa exploración y colonización de otros planetas.
Tras el sangriento motín de un grupo de combate de Nexus 6 en una colonia, los replicantes se declararon proscritos en la Tierra bajo pena de muerte.
Brigadas especiales de policía, las unidades de Blade Runners, debían disparar a matar a cualquier replicante que encontraran en la Tierra. A esto no se le llamaba ejecución, sino retiro."

Así comienza esta película dirigida por Ridley Scott, que el próximo mes de junio cumplirá sus primeros 25 años, ya que fue estrenada en más de 1.200 salas un 25 de junio de 1982. Ese prólogo de la película ya nos acerca, siquiera de lejos, a la enorme complejidad que se esconde bajo una historia que se podría definir como un thriller futurista, basado en la novela Do androids dream of electric sheeps? (¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?) de Philip K. Dick, quien falleció antes de poder ver la película terminada. Una década más tarde, Scott estrenaría su versión, en la que con pequeñísimos cambios modificó sustancialmente la historia.

Un guión que se desarrolla en una ciudad de Los Ángeles que nada tiene que ver con la que aparece reflejada en otras películas, en las que vemos una ciudad radiante, luminosa, de espacios abiertos, y aparentemente idílica. Aquí es sustituida por una mole de metal, de calles opresivas en las que siempre está lloviendo, triste, gris, por las que se mueven unos seres que apenas si son sombras de seres humanos, en un universo hostil que mantiene la libertad en unos límites de control difícilmente soportables.

Ciudad de calles tenebrosas, edificios ruinosos, en los que las sombras cobran una corporeidad casi hipnótica, reflejo de un planeta en completa descomposición que anima a sus habitantes a irse a las colonias exteriores, en un mundo sin futuro y sin identidad.

Precisamente el problema de la identidad, es uno de los aspectos abiertos a la reflexión que ofrece esta inquietante película. Una identidad que se construye de recuerdos, propios o ajenos, adquiridos o aprendidos a lo largo de una vida y que es lo que se supone que diferencia a los humanos de sus replicantes, de esos seres más humanos que el hombre, siempre aferrados a sus fotografías en un intento de autoafirmación y de aferrarse a unos recuerdos que saben que no les pertenecen pero que les permiten mantener a ficción de su humanidad.
Seres creados por otros seres, los autodefinidos como humanos, por medio de una tecnología puesta al servicio del egoísmo, capaz de crear seres vivos para enviarlos a la muerte, a lugares extremos, a los confines más alejados del universo y que cuando plantean sus derechos se les "retira". El debate entre biotecnología y ética está servido, en un mundo, el de la película, en el que todos los límites se han superado y el hombre, representado en la figura de Tyrell, asume el papel de Creador, de Gran Artífice dueño de la vida y de la muerte, porque también dota a sus criaturas de un reloj biológico que corre con enorme rapidez.

Una película que obliga a reflexionar, en definitiva, sobre la necesidad de trascendencia que tenemos los humanos, y la de encontrar un sentido a nuestra esencia y a nuestra existencia, acerca de qué es lo que nos hace humanos. En resumen las tres eternas preguntas: ¿quiénes somos? ¿de dónde venimos? ¿a dónde vamos?

2 comentarios:

Alfredo dijo...

film absolutamente fundamental, creo que con eso lo digo todo, cuando entre a estudiar arquitectura lo vimos en clases e hizimos un analisis de esa y otras peliculas bajo el concepto de la arquitectura, interesante...
gran pelicula!!!
saludos

Alfredo dijo...

También se puede ver la película desde el punto de vista de la arquitectura, otro interés más que añadirle a los muchos que tiene.

Un saludo y buen fin de semana.