lunes, 8 de junio de 2009

Kazimir Malevich (Kiev, Ucrania, 1878 – Leningrado, Rusia, 1935)


“Para mí se hizo evidente que había que crear nuevos marcos para la pintura en colores puros, construidos por exigencia de los colores; y, en segundo lugar, que el color debería abandonar la mezcla pictórica y convertirse en un factor independiente, que se incorpora a la construcción como un individuo de un sistema colectivo y de la independencia individual”

Esa afirmación del ucraniano Kazimir Malevich, padre del suprematismo, nos ayuda a empezar a adentrarnos en el interior de una de las obras de arte más revolucionarias de la historia como es su Cuadrado blanco sobre fondo blanco. Un título que nos dice abiertamente que es lo que estamos viendo: una pintura blanca sobre la que aparece un cuadrado ligeramente ladeado del mismo color. Una obra a la que incluso se ha calificado de “asesinato de la pintura”, pero que oculta un mensaje complejo, y que supone una aportación fundamental en el camino de la abstracción pictórica.

Una pintura que nos ofrece un espacio para la reflexión, un instrumento para relacionarse con el misterio del universo, más allá de los límites de la razón. En Malevich hay una dimensión cósmica, la búsqueda de una verdad espiritual y nuestro Cuadrado blanco sobre fondo blanco es el espacio de esta revelación, pura energía, puro espíritu, una experiencia metafísica.” (Jaume Vidal Oliveras)


Antes de llegar al año 1915, donde está fijado el inicio del suprematismo, la carrera artística de este pintor fundamental para entender las vanguardias rusas, había pasado por varios “ismos”, desde unos inicios en los que entra en contacto con las obras de destacados impresionistas, pasando por influencias del fauvismo y del expresionismo, hasta llegar al futurismo (él prefirió definirse como cubofuturista) y el suprematismo, en un camino que le llevó a exponer sus obras con las de otras relevantes figuras del arte ruso contemporáneo como Natalia Goncharova, Mijail Larionov, Kandinski, Tatlin Chagall y otros.

En ese año de 1915, Malevich publica un texto (Del cubismo al suprematismo: el nuevo realismo pictórico) que supone le punto de arranque del suprematismo, con el que explica las obras que expuso en la segunda exposición futurista que se tituló “0.10: última exposición futurista”. Allí se pudieron ver 39 obras abstractas entre las que presenta el famoso Cuadrado negro, una obra que podríamos decir que fue recibida con división de opiniones, ya que, por un lado, provocó desconcierto entre los espectadores, y entusiasmo entre otros colegas pintores que no dudaron en sumarse a las propuestas de Malevich, quien “ha pasado a la historia del arte como el iniciador del suprematismo. Este extraño neologismo quería expresar un objetivo muy simple: el de dar la supremacía a los medios básicos del arte, el color y la forma, sobre la mera representación de fenómenos del mundo visible”. (Arte del siglo XX, Taschen)

El pintor dotaba a cada color de un contenido particular. Así, el blanco transmite idea de realidad; el negro sería el vehículo para hacer llegar al espectador el efecto que aquella produce en el artista; mientras que el rojo sería un color general. Con esos elementos, además de las formas, el artista aspira a crear un código que pudiera ser entendido por todas las personas, independientemente de su formación cultural.

En definitiva el artista buscaba “una nueva realidad de color, entendida como una realidad pictórica no objetiva. Las formas del suprematismo tienen la misma vida que las de a naturaleza. Éste es un nuevo realismo puramente pictórico porque las realidad de las montañas, el cielo y el agua ausente. Toda forma real es un mundo, y toda superficie pictórica pura está más viva que un rostro pintado desde el cual miran fijamente un par de ojos y un sonrisa.” (Citado en Arte del siglo XX)

El suprematismo tiene su punto de finalización en el año 1920, y en 1935 fallecerá en la ciudad de Leningrado.

4 comentarios:

Fuga dijo...

Ya te comenté en alguna ocasión que no me dice nada lo abstracto, ya lo siento...El cuadro del punto blanco me pareció una provocación, una tomadura de pelo, es lamentable que la firma sea el indicador de lo que vale y lo que no.
Abrazo musical.

Alfredo dijo...

La realidad objetiva ya no cabe en la obra de este artista, y la sustituye por una visión que tiene bastante de metafísica. En la obra de este artista hay mucho más que una firma, lo que no quiere decir que nos tenga que gustar, faltaría más.

Un beso sin abstracción!!

calamanda dijo...

Bonito post de Kazimir Malevich...
me ha gustado mucho...tiene obras
muy interesantes.

¡Fantástico Philp Glass!...No sabes
cuánto me hubiera gustado verlo!.El
video me encanta...las fotos son
maravillosas...¿Cómo las consigues?
Siempre he pensado que tenía que
haber aprendido a tocar el piano...

"El diablo ataca de noche"¿No es
una película buena?...cuando estuve
en Berlín y alrededores no hace
mucho vi lugares concretos con
mucha historia que realmente me
impactaron.

Es muy difícil,pero creo que yo ya
he decidido...si te regalaran un
cuadro de un genio del impresionismo...y pudieras elegir
¿Qué artista sería tu elegido?...

Una vez más...gracias...

UN FUERTE ABRAZO.

Alfredo dijo...

Malevic nos ha dejado un conjunto de obras fundamentales para entender algo del arte contemporáneo y fue un auténtico pionero en algunos caminos.

En las fotos de Glass no tengo ningún mérito. Cosas que encuentras en el Google. El concierto realmente fue magnífico, aunque los tres solos de cello se me hicieron un poco largos, pero eso no mermó en nada mi disfrute del concierto.

La película no es una obra maestra, y ni siquiera me parece la mejor de ese director, pero sí tiene el interés de ver cómo los alemanes prácticamente una década después de finalizar la Segunda Guerra Mundial, empiezan a mirar su pasado más reciente con una cierta intención de lavarse la cara. Tengo alguna película más de esos años que iré asomando por aquí. Esta además tiene el interés de que está contando un hecho real de la Alemania nazi.

La pregunta que me haces sobre el impresionismo es realmente complicada, pero si tuviera que elegir a uno me quedaría con Monet por el conjunto de su obra. Las bailarinas de Degas son maravillosas y los paisajes de Sisley, por ejemplo, son magníficos.

Un abrazo de primavera!!