martes, 10 de marzo de 2009

Mark Rothko (Daugavpils, Letonia, 1903 – Estados Unidos, 1970)


“Pienso mis cuadros como dramas; las formas de los cuadros son los intérpretes. Han sido creados por la necesidad de un grupo de actores que son capaces de moverse dramáticamente sin embarazo alguno y de ejecutar gestos sin vergüenza. Ni la acción ni los actores se pueden anticipar o describir por adelantado”

Nacido en Rusia y criado en los Estados Unidos, a donde se había trasladado su familia en los años 10 del siglo XX, Mark Rothko se convertiría, a pesar de no llegar al mundo del arte hasta que no cumplió la veintena, en una de las figuras más destacadas del expresionismo abstracto, junto con Barnett Newman y Jackson Pollock con una obra que fue evolucionando desde unos postulados más vinculados al expresionismo y el surrealismo, hasta llegar a una abstracción lírica. 


En todos esos pasos artísticos la motivación de fondo es un sentimiento trágico de la vida, la necesidad de plasmar en el lienzo el pathos que ya se ve desde sus primeras obras en las que aparecen figuras humanas, aisladas, perdidas, sin rumbo, que vienen de ninguna parte y que tienen su destino en un lugar ignoto. Figuras que con el tiempo se van desfigurando. Como escribió Ángel González en su poema Para que yo me llame Ángel González: Un escombro tenaz, que se resiste / a su ruina, que lucha contra el viento, / que avanza por caminos que no llevan / a ningún sitio. El éxito/ de todos los fracasos.

Esas figuras terminarán por perder totalmente la forma. Estamos en los inicios de los años 40 e inmersos en el segundo conflicto bélico mundial. La idea, que comparte con la llamada Escuela de Nueva York, era la de lograr llegar al espectador apelando directamente a la parcela sensitiva, ir de frente al inconsciente, al sentimiento, y Rothko empieza a tocar los temas relacionados con la mitología y la religión, el nacimiento y la muerte, dejando que su inconsciente guíe su pincel en un paso más hacia la abstracción de finales de esa década de los 40.


“Carne y huesos, vulnerabilidad al placer y al dolor; el espectador diluido en grandes campos de color que conducen a la esfera interior, al cosmos y a la nada. Ocres, rojos y negros enfrentan al espectador a sí mismo, le sumen en un estado de contemplación hasta el abismo del vacío y de vuelta a la existencia.” (Sara Rivera en el artículo Mark Rothko: La intensidad del drama) Entra así en su época clásica, en la que intenta hacer visible el espacio a través del color, y llena el lienzo con rectángulos bidimensionales de color, de contornos borrosos que parecen flotar en medio de la nada.

Colores a los que dota de un contenido simbólico, que traen a su obra los paisajes inmensos de Oregón ante los que era consciente de su propia insignificancia ante la grandeza del paisaje recortado contra el cielo. Cuadros en los que saca a la luz sus sensaciones más profundas, sus emociones que nos llegan de una manera igualmente profunda a través de unos cuadros que parecen prolongarse más allá de la tela, al menos desde un punto de vista mental. Son obras que ocultan más que muestran y que paulatinamente fueron oscureciendo su paleta, lo que conecta con el estado físico y mental que acabaría llevando a Rothko por el camino del suicidio. Era 1970.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Es como si él te diera la sartén, unos cuántos ingredientes. Y tú fueras el que prepara la comida. Creo que esto es lo que aporta ese impacto visual. Porque te implica en su personalidad, pero la experiencia la aportas tú. Al final se establece un cierto diálogo mudo.

CASANDRA dijo...

Pollock me gusta muchísimo. Angel González, lo leería constantemente (y oiría su voz, ahora solo grabada, en forma permanente) y el artistas que hoy nos trae, bueno también lo agrego dentro de los que me gusta ver, para entender, y entenderme, para sentir y sentirme. Sobre todo cuando pinta en rojo y negro. La ultima imagen que aportas, trasmite una emoción particular. Me gusta mucho. Gracias, como siempre, y besos.

Alfredo dijo...

SO: Tienes toda la razón en la metáfora culinaria. A dos personas nos dan los mismos ingredientes para hacer la misma receta y seguro que no tienen idéntico sabor. Con el arte pasa algo similar, colocados ante una obra cada uno reacciona de una manera diferente, y ahí empieza el diálogo, como tú dices.

Saludos!!

********

CASANDRA: Comparto contigo el gusto por Pollock y, por supuesto, por el maestro Ángel González. Personalmente, me gusta enfrentarme a este tipo de obras y dejar que me abran las puertas a un más allá que no se sabe dónde está ni que se va a encontrar detrás de ellas.

Besos!!

Meri Pas Blanquer (Carmen Pascual) dijo...

Que trabajo tan excelente nos traes, con Mark Rothko, me encanta...es cierto, pura lírica visual!!!!

Gracias, como siempre, por tu implicación!!!

Alfredo dijo...

Tiene una capacidad evocadora muy grande, y es una obra que exige que el espectador se implique de verdad.

Abrazos!!

Anónimo dijo...

Me produce una satisfacción muy bonita el que de una manera tan sencilla, llegues a comprender plenamente mis palabras.
Gracias!

Anónimo dijo...

Hola Alfredo,
Sólo comentarte que ya acabamos las "obras" del nuevo blog, al que te invitamos a conocer.
Como vamos fatal de tiempo, discúlpame que hoy no pueda responder a esta entrada que parece interesante.
Te mandamos besos multicolores.

calamanda dijo...

¡Hola! Llevo una semana casi
perdida y me encuentro con Kiki
Smith que me ha gustado mucho y Mark Rothko,un bonito trabajo y
bonitas fotos de los cuadros,expresionismo abstracto hasta llegar a la abstacción,pero
que me resulta un poco difícil hacer comentarios propios sobre este tipo de pintura.

Tengo algún problema por ahí suelto
con las fotos de mi nuevo trabajo
pero espero pasarlo posiblemente
el domingo,casi seguro que para
ese día ya me encontraré algo nuevo
otra vez en tu blog...la semana que
viene estaré otra vez unos días
perdida porque salgo fuera.

Un abrazo.

CALAMANDA

Alfredo dijo...

MILA Y LAURA: Ya me he pasado y os ha quedado muy chulo. Me seguiré pasando, por supuesto.

Besos chicas!!

*******

CALAMANDA: La tecnología es así, y no siempre hace lo que nosotros queremos que haga, pero seguro que al final lo vas a conseguir y te va a quedar un artículo estupendo. Así que el domingo me pasaré por tu lugar para leer con enorme interés el artículo.

Que tengas un buen viaje y un mejor regreso.

Un abrazo!!