domingo, 1 de marzo de 2009

Isabella’s room (Jan Lauwers & Needcompany)



Estrenada en el Festival de Avignon (Francia) en el 2004, el pasado fin de semana de 27 y 28 de febrero, se pudo ver en el Teatro de la Laboral de Gijón, el espectáculo Isabella’s room, un montaje que combina el teatro, con la danza, la música en directo, narrado en inglés y francés y subtitulado en castellano, que tuvo una gran acogida por parte del público, al menos en la función del sábado que fue en la que estuve presente.

Un montaje que nace a partir de una excelente colección etnográfica y de arte procedente de diferentes tribus del África negra y del Egipto faraónico, que el padre de Lauwers le dejó a su fallecimiento, y alrededor de la cual se va tejiendo la historia de Isabella (interpretada por la excelsa Viviane de Muynck), una historia que parte de la mentira acerca de sus orígenes (sus padres adoptivos la convencen de que su padre real era un príncipe del desierto, con el que Isabella fantasea).


Una historia que nos va contando una nonagenaria y ciega Isabella, ayudada por el resto de personajes. Una historia en la que son fundamentales dos de sus 74 amantes, especialmente Alexander, un padre de familia celoso porque su amante no le pide que abandone a su mujer, quien le terminará abandonando a él después de la II Guerra Mundial. Amores trágicos, ya que todas las personas que son importantes en la vida de Isabella se van muriendo de formas más o menos trágicas.

Eso transcurre en un espacio en el que predomina el blanco, incluso en muchas de las vestimentas que portan los actores, y en la que son los objetos los que ponen el color. Un trabajo escénico que nos propone múltiples puntos de atención, con un empaste extraordinariamente bien planteado entre la palabra, las canciones (la mayoría cantadas en directo), la danza, y que ayuda muy bien a aligerar un espectáculo de dos horas de duración en el que también el humor ocupa un lugar fundamental.


Los actores dan vida tanto a personajes reales como simbólicos, creando un juego de una enorme riqueza plástica y que abre la posibilidad al espectador para encajar las piezas de una manera que no tienen porqué coincidir con el encaje diseñado por un director que ha dicho de este montaje que es uno de sus obras “más convencional”.

Una obra que se mueve en un terreno indefinido, como ese faro levantado en una isla en la que transcurre la infancia de Isabella, una zona entre la tierra y el mar, que se asienta en tierra firme pero que proyecta su luz sobre la oscuridad del océano. Isabella pugna durante toda su vida, que se inicia en los principios del siglo XX, por mantener su independencia, su libertad, por vivir al margen de los convencionalismos sociales, y que lo vive todo con sinceridad, sin secretos, sin máscaras.

¿Es posible que las personas que guardan secretos se mueran antes que las que no los tienen?

4 comentarios:

Laura dijo...

Me gusta que una mujer de 90 años nos cuente su vida y hagan falta dos de sus 74 amantes para dar realismo a su historia personal/sexual. Ya va siendo hora de que las mujeres nos vean como seres sexuales. Le dedico una ovación a esta obra de teatro. Me sale del alma.

Y en cuanto a la pregunta.No sé...Quizá eso ocurra porque la/el que guarda el secreto tiene tantas ganas de guardarselo que se muere "antes" que contarlo.

Te mandamos besos felices.

Alfredo dijo...

Hola Laura. La verdad es que el sexo está presente, de una manera o de otra, a lo largo de las dos horas de función, incluso con momentos con mucho humor. Es, entre otras cosas, la historia de una mujer valiente a cargo de una actriz que está inconmensurable.

Besos chicas!!

CASANDRA dijo...

quiero ir este sábado mismo!!!!! me parece un planteo sensacional y atrayente y menos mál que este es el más convencional....en la foto de la pareja: están bailando un tango? Querido amigo asturiano, lo has contado desde el disfrute que te ha provocado esta obra, y eso despierta nuestro interés sin dudas.( trataré de no guardar secretos, pero igual me sobrará tiempo de vida porque 74 amantes...es mucho, jajaja) besos.

Alfredo dijo...

La obra es fantástica, de las que se quedan en el recuerdo especialmente gracias a la protagonista que es maravillosa, y acompañada por un grupo más que bueno. Y no, no están bailando un tango aunque es verdad que lo parece. No recuerdo exactamente que música sonaba en ese momento, porque sonaron varias, pero un tango no era.

Aunque la protagonista hubiera tenido 74 amantes a lo largo de su vida, sólo dos le dejaron huella, y eso es algo que nos pasa en la vida constantemente, conocemos a muchas personas pero sólo unas pocas nos marcan de verdad.

Abrazos!!