lunes, 3 de septiembre de 2007

Pat Garrett y Billy The Kid (Sam Peckinpah, 1973) (I)


Después de rodar en 1969 Grupo Salvaje, Peckinpah retoma algunos de los temas de aquella película para volver a ponerlos de manifiesto en este otro western crepuscular. De nuevo los protagonistas se enfrentan de distinta manera al cambio de los tiempos, ya que mientras Pat Garrett (James Coburn) decide dejar el lado salvaje para pasarse al de la ley, un joven Billy (Kris Kristofferson) se mantiene del otro lado de la raya en un empeño suicida por seguir manteniendo su estilo de vida.

Una frontera entre ley y delito más que difusa como reconoce el propio Billy en uno de los diálogos de la película, en el que dice que antes él era la ley, cuando trabajaba para el poderoso ganadero Chisum, y Pat era el forajido; papeles ahora cambiados, y es que la ley es una cosa muy curiosa y dependiendo desde donde se mire puede serlo o no, haciendo buena aquella frase, cuyo autor no recuerdo, que dice que el Estado llama ley a su propia violencia y crimen a la del individuo.

Esas nuevas circunstancias, en las que las praderas empiezan a llenarse de alambre de espino, no hay sitio para las ovejas, la política lo invade todo y el capitalismo se empeña en imponer la ley que más le conviene, hace inviable la continuidad de tipos como Billy, convertidos ahora en granos de arena que impiden que la maquinaria funcione a pleno rendimiento y a los que, por tanto, hay que eliminar.

A lo largo de la película se produce un más que interesante contraste entre Pat y Billy, dos personajes a los que no sabríamos colocar la etiqueta de “bueno” y “forajido” si no nos lo explicaran, ya que sus comportamientos no terminan de ajustarse a la definición. Mientras Pat va dejando de muerte y de humillaciones tras de sí (prácticamente lleva a la muerte a otro sheriff y a un ayudante forzado a serlo, además de los compañeros de Billy), no duda en pegar a mujeres, en hacer un uso constante de la brutalidad porque para él el fin (matar a Billy) justifica los medios. Incluso su mujer desea que Pat no consiga su objetivo y le advierte que cuando regrese a casa ella ya no estará esperándole.

Por su parte, a Billy lo quieren las mujeres, a quien le aconsejan los amigos que se ponga a salvo, le ofrecen su casa y su comida, y ve como un amigo suyo mexicano pastor de ovejas, muere en sus brazos después de haber sido brutalmente torturado por los hombres de Chisum mientras violan a su mujer. Eso convencerá a Billy de que irse no es la solución, y que si se quieren cambiar las cosas hay que quedarse aunque sea para morir pegado al revólver.


Pero en lo más profundo, ambos comparten la sensación de ser dos seres muestra de un mundo que se acaba, desplazados, acosados y perdedores. Los dos van a perder algo en esta especie de viaje fatal, de ruta que tiene una única estación de término porque su hora ya ha pasado. Ambos pierden y el espectador no sabe con quien quedarse, si con el difunto Billy o con el muerto viviente Pat, condenado a llevar consigo la negra sombra de haber matado a alguien a quien había llegado a considerar como si fuera hijo suyo.

“Pat Garrett & Billy the Kid es también una obra desconcertante, frustrante por su propia naturaleza: no existe narración, ni casi acción, y muy poca verosimilitud: todo es comentario, reflexión, mito; en una palabra, forma, porque del western lo único que pervive ya son las formas, los signos, la imaginería” (Miguel Marías)

Todo aderezado por una magnífica banda sonora firmada por Bob Dylan, quien también interpreta a Alias, con una presencia apabullante del Knockin’ on heaven’s door.

7 comentarios:

Sonrisa de luna dijo...

ainsssssssss que me gusta a mi las peliculas del oeste y de indios, pero tengo que decir que yo siempre queria que ganaran los indios, ajajajajaja
que pases un buenisisisisisismo dia, tanto o mejor que yo , jajaajjaaj aunque pa superar el mio te va a costar sangre y sudor, ajajajajaajajajaj, que no que no que seguro que lo pasas mejor que yo, ainsssssssssss que vuelvo con las pilas cargadisimas, ajajajajajjaaj muackkkkkkk cientos de besos, miles de abrazos y millones de sonrisas, ajajajajaj

Alfredo dijo...

Hola, bienvenida de nuevo. No sé como será tu día hoy, pero el mío, por lo menos laboralmente está para terminar. Se ve que vuelves pletórica. También yo tenía simpatías por los indios, aunque a veces los pintaran de malos malísimos.

Un abrazo!

Corazón Coraza dijo...

ASturiano...todo mal con vos! GRRRR....no aceptas los premios??...buaaaa!! es una tontera??...buaaa!! todo mal!..bueno...como queiras....je...
Y siii!! es que sos re famosoo por eso aparecés en el googleee!!! jaja....=)=) Chiste!
Besotess!!

Natalia Book dijo...

Ciertamente es una gran película y la banda sonora genial (todo el mundo conoce mi debilidad Dylaniana desde la más tierna infancia).
A pesar de todo he de reconocer que el trabajo de Bobby Zimmerman como actor deja "un poco" que desear. Es una pena que sea lo más flojo de esta gran película
Saludos

Alfredo dijo...

Hola Natalia!

Ciertamente no hay nada tan perfecto que no se le pueda encontrar alguna pega, pero en este caso priman más los aciertos, al menos para mi gusto totalmente subjetivo y discutible. La banda sonora es fantástica.

Saludos!!

Alfredo dijo...

debo reconocer que no soy un conocedor muy profundo del cine de peckinpah, se de el, pero sin duda tus coments me han informado bastante, buscare la forma de conocerlo mas.

saludos

Alfredo dijo...

Alfredo, si te gusta Tarantino en películas de este director verás cosas que luego se pueden ver en las de Tarantino. Él mismo ha reconocido que Peckinpah ha tenido una influencia importante sobre su tratamiento de la violencia.

La Cruz de Hierro y Perros de paja son las próximas pelis de Peckinpah que comentaré aquí.

Saludos!!