Robert Frank fue el motivo
principal por el que Joel Meyerowitz se decidió a dejar su puesto como director
artístico de una revista de moda para pasar a ser un fotógrafo de la calle. Eso
fue el día que Meyerowitz, por razón de su trabajo, acudió a ver una sesión
fotográfica de Frank, y verlo moviéndose alrededor de las dos modelos y
disparando fotografías sin parar le produjo tal impacto que cuando regresó a su
oficina no dudó en ir a su jefe a decirle que lo dejaba todo para dedicarse en
cuerpo y alma a la fotografía.
Meyerowitz reconoce que el
impacto que recibió no fue tanto del propio trabajo de Robert Frank, como de su
forma de trabajar, de ese movimiento constante, de esa lucha por atrapar el
instante preciso. Eso fue en el año 1962, y Meyerowitz, al revés que Frank, se
centró en el color en un momento en el que lo que se consideraba artístico era
hacer fotos en blanco y negro, con lo que se convertiría en uno de los pioneros
de la fotografía en color.
Como dice el propio fotógrafo,
“el mundo es en color, eso es algo que para mí es muy evidente, y no tengo ni
idea de por qué la gente tiene esa actitud snob hacia el color. Para mí, la
fotografía en blanco y negro es algo para la historia”.
Las calles de Nueva York, con
todo su ajetreo, su colorido, su ritmo enloquecido, fueron el primer escenario
de la obra de Meyerowitz, siempre a la búsqueda de la poesía retenida en el
instante inesperado, en ese momento fugaz convertido en inmortal gracias a la
cámara del fotógrafo.
Los paisajes fuertemente urbanos
se unieron después a los retratos y a los paisajes naturales, bien de la propia
ciudad o de lugares alejados de ella en los que los horizontes de rascacielos
son sustituidos por cielos iluminados por estrellas, y siempre con el color
como gran protagonista.
Meyerowitz fue el único fotógrafo
autorizado para documentar el proceso de desescombro y rehabilitación de la
llamada Zona Cero, la que ocupaban las Torres Gemelas antes de los atentados
del 11 de septiembre. Son miles de fotografías que reproducen todo el proceso y
que se han convertido en un testimonio histórico de primer orden que ya ha
recorrido todo el mundo, y todo un símbolo del renacer de una ciudad que se
había sumido en el shock más profundo.
“Lo fotografié todo durante 14
horas al día: los equipos de demolición, las cuadrillas de construcción, los
equipos de primeros auxilios, los grupos de retirada de escombros, los miembros
de los servicios de inteligencia, incluso los tipos de seguridad que al
principio intentaban mantenerme alejado del sitio”.
4 comentarios:
Nuevamente magistral entrada. Aunque difera un poco con él con respecto al B/N. En todo lo demás es impresionante.
Un abrazo.
Como suele ser habitual otra gran entrada que muestra belleza y nos culturiza un poquillo, es imposible conocerlo todo, pero se agradecen las pinceladas del conocimiento, como una forma de entender y comprender lo que nos rodea y lo mas difícil, a nosotros mismos!!. Aunque me encante el color quizá por la experiencia con los revelados manuales mantengo un gran amor por el blanco y negro, es cierto que puntualmente, antes alguna vez he salido con dos cámaras uno con carrete en color y otra en B/N, ahora con las digitales, es otra historia, y es cierto que el B/N es un poco para la historia, pero ocasionalmente ayuda a ver otra faceta del mundo
Un saludo
Fotos muy actuales, impactantes, directas. Gran trabajo el de este fotógrafo que nos traes, Alfredo. Buen fin de semana.
BALAMGO: Yo también soy de los que prefiero el blanco y el negro, una técnica que permite dar a la realidad en color nuevos matices y resaltar matices diferentes.
Buena semana!
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JESÚS: La magia del b/n nunca nos va a dejar de atrapar, tiene ese algo indefinible que convierte a cada foto en algo único, a pesar de que vivimos en un mundo en color.
Un abrazo!
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PACO: La actualidad a pie de calle y a pie de desastre. Me gusta mucho la forma que tiene de atrapar el instante, el momento justo en el que ocurre ese algo que rompe la monotonía diaria.
Saludos!
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