martes, 5 de agosto de 2008

Sonia Delaunay (Ucrania, 1885 – París, 1979)


Cuando se habla de las vanguardias históricas, esto es, las que se desarrollan en las primeras décadas del siglo XX, pocas veces aparece el nombre de Sonia Delaunay ocupando el lugar que merece, y esto es así por varias cuestiones. Una es por haber sido la mujer de Robert Delaunay, un talentoso pintor junto con el cual desarrollará una pintura en la que es difícil distinguir si la obra es de uno o de otro; por otro lado, Sonia desarrollará una carrera también vinculada a la moda, lo que hace que se ponga un mayor énfasis en esa faceta que en la de pintora, olvidando que fue la primera mujer que vio en vida su obra colgada en el Louvre.

En las décadas finales del siglo XIX, Sonia Terk nacía en el seno de una familia judía ucraniana, que a los cinco años la entregó en adopción a unos tíos, algo que será fundamental en su trayectoria artística, ya que gracias a eso pudo viajar a San Petersburgo y seguir estudios de arte que luego ampliaría en Alemania, antes de instalarse definitivamente en París, ciudad que por aquellos inicios del siglo XX, y hasta la Segunda Guerra Mundial, era la auténtica capital mundial del arte.

En la capital francesa empieza una carrera artística que tendrá su primer horizonte en una mezcla entre las formas cubistas y la aplicación del color de los postimpresionistas como Gaugin o van Gogh, sin olvidarse de los fauvistas, y sus toques “salvajes” de color. De ahí, la utilización del color para plasmar sentimientos, para crear formas que entran en el terreno de la abstracción, y en las que el dibujo queda relegado a la conjunción de unas tonalidades vivas, alegres, optimistas.

Junto a su marido, será una de las impulsoras del Orfismo, un movimiento que surgió a raíz de una exposición que hizo el grupo cubista La Sección Áurea en 1912, y que el poeta Apollinaire bautizó de esa manera tomando como punto de referencia la figura de Orfeo. En esencia, fue un movimiento caracterizado por el alejamiento de la realidad física, para entrar en el terreno de la representación abstracta por medio de formas y colores, y utilizarlos como vehículos para transmitir emociones.

Antes de que la denominación de Orfismo alcanzara el éxito, a esa forma nueva de hacer los Delaunay la llamaron Simultaneismo, y parece que la inventora fue Sonia, quien tuvo la inspiración mientras estaba haciendo una colcha para la cuna de su hijo con retales de distintos colores, a la manera tradicional rusa. La combinación de formas y colores hizo que le saltara la chispa de la inspiración y pusiera la primera piedra de un camino que luego recorrería junto con su marido.

La Primera Guerra Mundial, coge al matrimonio Delaunay en España, y aquí abrirá una tienda en Madrid, para vender la ropa diseñada por ella misma y que tuvo un gran éxito entre las élites aristocráticas de la capital. En esas telas siguió con su tónica colorista, que también debe mucho a su tierra rusa, y que fueron una auténtica revolución en el mundo de la moda del momento. También realizó vestuarios para la compañía de ballet rusa de Diaghilev.


En los años 30, volverá a implicarse con la pintura, con las características formas geométricas, en las que el círculo tendrá una especial importancia, y siempre colores de una viveza extraordinaria, estilo que se irá volviendo más sencillo y delicado con los años, algo que se ve muy bien en sus gouaches. Después de la muerte de su marido, se dedicará a difundir la obra de áquel, para ver su obra reconocida con la exposición que se le hizo en el Louvre en 1964, y en 1979 se hace la primera retrospectiva del matrimonio, en el mismo año de su muerte.

5 comentarios:

CASANDRA dijo...

estuve un poco ausente y me perdí bastante. Estoy haciendo un breve curso de diseño de interiores y tuve que estudiar al finalizar el primer semestre, historia de los estilos. Lo de Wright y su casa de la cascada, me hubiera venido muy bien!!! En cuanto al actual post.. me gustó todo (mucho color!! a mi que hasta hace poco me gustaba la pintura más apagada, más triste) principalmente la pintura que aparece encabezando el post (me la llevo robada clickeando botón derecho del mouse, copiar, guardacomo. Puedo? bueno, si me lo permitís ya no es un robo....) un beso.

Alfredo dijo...

Lo primero es lo primero. Una de las escuelas más importantes por lo que al diseño de todo tipo se refiere, es la alemana Bauhaus, a la que también le dediqué un artículo. Lástima que el de Wright te llegara un poco tarde.

La pintura de Sonia destaca mucho por ese colorido tan rico, brillante, alegre, tan conectado con las colchas que las abuelas de todas las partes del mundo cosían a mano con infinita paciencia. Y no hay robo, sólo algo compartido.

Besos!!

CASANDRA dijo...

estimadisimo:si por supuesto que sabía lo de la Bauhaus, y ya había leído tu post al respecto. Solo utilicé el comentario de Wright, como excusa para contarte que aunque muy liviano, estoy en un curso de diseño. Solo para compartir como con el cuadro de Sonia. un beso y gracias (me siento tan en confianza que yo también la llamo por su nombre, jaja)

Monik dijo...

No me va mucho este tipo de arte... aunque hay que apreciarlo igualmente ;)

Besotes!!

Alfredo dijo...

CASANDRA: Cosas livianas pueden tener una gran importancia para alguien, así que supongo que tu curso de interiorismo es importante para tí, así que gracias por compartirlo.

Abrazos!!

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MONIK: El gusto es subjetivo, por supuesto. Sonia tiene su importancia como mujer artista, y por haber sido reconocida como tal cosa que no siempre ocurre. A mí esta mujer me transmite optimismo y alegría.

Besos!!