viernes, 20 de junio de 2008

La chaqueta metálica (Full metal jacket, Stanley Kubrick, 1987)


Veinte años más tarde esta película ambientada en la guerra de Vietnam, muy bien podría trasladarse a cualquier otro conflicto de los que asolan el mundo, donde los teóricamente más débiles plantean un tipo de resistencia muy similar a la que nos cuenta Kubrick especialmente en la parte final de la película. Casi como si el fallecido director estuviera ejerciendo de visionario y conociendo la historia estuviera adelantando el futuro, y es que, seguramente, todas las guerras se terminan pareciendo.

Como explica Jan Harlan, productor ejecutivo de la película en el documental La chaqueta metálica: entre el bien y el mal, Kubrick "siempre quiso hacer una película estilizada sobre la guerra, no necesariamente la de Vietnam, pero sí sobre el fenómeno de la guerra". Sobre como unos jóvenes corrientes, de diferentes procedencias pierden todo aquello que los individualiza, lo que los distingue de otros seres humanos, para convertirse en una masa anónima (incluso llegan a perder sus nombres y sólo se les conoce por su apodo) primero, y después de máquinas para matar capaces de justificar su presencia en Vietnam por el interés en "relacionarse con gente interesante de una antiquísima cultura, y matarlos". Todo un resumen del sinsentido general que rodea a los conflictos bélicos.


El director coloca al espectador en una situación incómoda en la que no tiene claros los sentimientos que despiertan en él los personajes, no está claro si tiene que sentir lástima o si los tiene que odiar profundamente. Por un lado, son chicos a los que se les coloca en situaciones límite y a los que se les hace perder la humanidad que podrían haber tenido antes, pero, por otro, son capaces de ejercer la violencia y la crueldad sin medida ninguna.

Dualidad que se pone de manifiesto en Joker, un personaje que lleva escrito en el casco Born to kill (Nacido para matar) y que, al mismo tiempo, lleva prendido en su pecho el símbolo de la paz, mostrando una dualidad difícilmente conciliable, como lo es el propio de hecho de tener que combatir en una guerra y conservar la humanidad. La forma de salir indemne, no ya en el aspecto físico, sino más bien en el psicológico, es mantener una coraza protectora, olvidar la diferencia entre el bien y el mal, y buscar la forma de salir del infierno.


El final de la película es desconcertante, con los soldados transitando por una ciudad destruida (en realidad una vieja ruina industrial al este de Londres) mientras van cantando la sintonía del programa infantil el Club de Mickey Mouse. Soldados que vuelven a recuperar el territorio fértil de la infancia, ese en el que refugiarse y recordar que una vez fueron criaturas inocentes que todavía tenían sueños e ilusiones. Ahora ya sólo queda desolación y ruinas de edificios y de hombres.

4 comentarios:

Gonzalo Vicente dijo...

Hola.
En la guerra del Vietnam se produjo un hecho que no se había producido anteriormente en ninguna guerra; la media de edad de los combatientes de lo Estados Unidos fue de 19 años: Toda una carnicería.
Un saludo.

Monik dijo...

Brutal esta película...Cuando la ví me sentí bastante desconcertada y sentí lástima de cada uno de los chicos y de como iban perdiendo como bien dices su identidad y su integridad como persona...Y lo más triste es que aún sigue pasando así. No sólo en soldados americanos, sino en paises donde los niños, desde muy jóvenes, son instados a matar y a perder toda humanidad posible...

Besos!!

Corazón Coraza dijo...

Hola Asturiano....:).... tanto tiempo... sin pasarme, no? je.....je..... hemmm....
Quería decirte MUCHAS GRACIASS MUCHAS MUCHAS GRACIASS... por tanta calidez... por tu paciencia.... por tanta enseñanza que me lleno el alma... esas pequeñas grandes cosas que quedan para siemrpe en nosotros... música...pelis... libros.... y esos versos tuyos que me "apropicué" ...jeje...
decirte... que... llego la parte en que se pone punto final... a mis blogs... quizás....como una manera de cerrar un capítulo que aunque sea cibernético.. mucho tiene que ver con mi vida misma... duele... me pone triste.... pero tengo que volver a mí... renovarme... por dentro...vovler a creer y confiar... estos blogs llegaron a su fin... pero quién sabe? ... quizás... en otro tiempo...otro latido...otro piel...otro sentir... a la vuelta de la luna.....volvamos a encontrarnos-ree-encontrarnos.... no?... je...

Asturiano querido.....desde y con mi corazón te abrazo fuerte.... fuertee.....te me cuidas mucho si?... Gracias por el tiempo compartido...

Alfredo dijo...

HARRY-O: Tienes toda la razón, y ese dato de la edad contrasta por ejemplo con el de la Segunda Guerra Mundial. No es de extrañar que muchos jóvenes se fueran del país para no servir en el ejército.

Saludos.

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MILA-MORES: Película que refleja fielmente el proceso de destrucción del individuo para convertirlo en un arma de guerra más, como puede ser un fusil o un tanque. Espero que te guste cuando la veas.
Ya me dirás.

Abrazos!!

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MONIK: Y no sólo niños, también niñas soldado, o peor, obligadas a seguir a los combatientes para luego ser violadas de forma sistemática. Y es que de la guerra nunca salió nada bueno.

Besos!!

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CORAZÓN CORAZA: Toda despedida guarda dentro de ella una esperanza de reencuentro. Yo seguiré por aquí mientras le siga encontrando el gusto a esto, así que ya sabes donde encontrarme.

Gracias por estos meses de visitas y comentarios intensos. Se te echará de menos.

Espero que te vaya bien bonito por ese nuevo camino que van a recorrer.

Un abrazo bien grande!!