lunes, 16 de junio de 2008

El enemigo de las rubias (The lodger, Alfred Hitchcock, 1927)


Tercera película del mago del suspense y primera en ser un éxito comercial, a pesar de tener que introducir modificaciones en ella para recibir el visto bueno de los productores para su exhibición. Antes de llegar a The lodger, el genio británico había rodado El jardín de la alegría y El águila de la montaña, dos películas que le sirvieron para iniciar el camino de un aprendizaje que tendría en El enemigo de las rubias (de todos es sabido que el director tenía una cierta fijación con las mujeres rubias), la primera piedra sobre la que se cimentó una carrera realmente destacada.

En la película que utilizamos de referencia, ya aparecen algunos de los elementos que serán característicos en la filmografía de Hitchcock, como el tema del falso culpable, aunque en este caso más debido a las exigencias de los productores que por gusto suyo. El caso es que el actor principal fue Igor Novello, un reputado actor de la escena teatral londinense, es decir, que no podía aparecer en el papel de malo, algo que sería inaceptable para el público de la época. Así que el director tuvo que modificar su idea de convertirlo en el asesino del que se enamora una chica rubia, hija de los dueños de la pensión en la que se aloja, para convertirlo en una persona a la que se considera culpable de una serie de asesinatos en serie.

El guión, tomado de una obra de teatro titulada ¿Quién es?, a su vez basada en la novela The lodger de Marie Belloc Lowndes, cuenta la historia de un asesino en serie que sólo mata a mujeres rubias, sólo los martes, y que firma sus crímenes con un papel en el que escribe, dentro de un triángulo, "El vengador". Triángulo que también hace referencia a los tres lados del triángulo amoroso que forman Novello, la chica, y el policía encargado de atrapar al asesino y que también está enamorado de la chica.

Película muda en la que, como era habitual, los actores tienen esa gestualidad exagerada que ahora nos parece hasta divertida, y con unos maquillajes totalmente deudores del teatro, en la que el director ya muestra una gran maestría para manejar las claves del suspense y poner al espectador en vilo, especialmente en aquellos momentos en los que se ve hablar a los actores sin que ningún rótulo venga en nuestro auxilio, lo que nos obliga a estar pendientes de la acción.

Una acción que se desarrolla en medio de la típica niebla londinense, de calles inciertas y luces trémulas sobre las que se recortan sombras anónimas. Memorable es el momento en el que la señora de la casa abre la puerta y aparece, recortada entre la niebla, la figura de Novello protegido con una bufanda. Un Novello que mantendrá una actitud equívoca a lo largo de toda la película, que sólo al final tendrá la debida justificación. Película en la que Alfred Hitchcock demuestra el gusto que tenía por conocer todos los detalles de los crímenes más truculentos acontecidos en el Londres de su adolescencia y que él seguía con enorme fruición a través de los periódicos.

La actuación de Novello destaca por encima de todas las demás, con una gestualidad algo más contenida, enormemente precisa y eficaz, que denota la calidad de un actor que venía de foguearse en las tablas de los escenarios británicos, de las que han salido, y siguen saliendo, algunos de los mejores actores de la historia del cine.

En El enemigo de las rubias se inicia la costumbre más original del director británico, como es su aparición en algún momento de la película, en este caso en dos ocasiones (una de espaldas en la redacción de un periódico, y otra en medio de la multitud que asiste a la captura del personaje de Novello), y que se convertirá en una constante en su filmografía. Según él mismo reconoce, esa costumbre nació por la necesidad de contar con un figurante que llenara la escena, para pasar luego a ser una superstición y, finalmente, un gag.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Thanks to the blog owner. What a blog! nice idea.

Alfredo dijo...

Thanks a lot. You're welcome.

Monik dijo...

Igual me matas..pero no me gusta demasiado Hitchkot...:P Prefiero Bertolucci por ejemplo ;)

Besotes!!

Jesús dijo...

Esta película no la conocía, pero por lo que cuentas es como Hitchcock siempre la hubiera rehecho en todas las demas.

Alfredo dijo...

MONIK: Matarte, lo que se dice matarte, no; ahora, dejarte en coma, igual. No te preocupes, es broma. No tiene porque gustarte el amigo "jicho", le pasa a mucha gente. Y Bertolucci también está bien.

Abrazotesss!!

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JESÚS: en esta pelíula ya se ven muchos elementos que luego estilizará y formarán su sello personal. Es cierto que repite claves pero el envoltorio es inmejorable. Hay que verlo.

Un saludo.

Mafalda dijo...

me encanta Hitchcock, me recuerda a mi infancia, cuando veía las pelis de la 2 con mi madre y mi hermana, también fanáticas!! muy chulo el blog. Me lo ha recomendado monik en un post de mi blog!! te lo digo por si le tienes que dar algún tipo de comisión, regalo, incentivo, no sé.... saludos!!

Alfredo dijo...

Yo también tengo a Hichtcock entre mis favoritos. Yo recuerdo un ciclo que le dedicaron precisamente en la 2 que fue fantástico, seguramente es el mismo al que tú te refieres.

Gracias por la visita, que espero que no sea la última, y ahora me paso a pagarle la comisión a Monik.

Un abrazo!

Monik dijo...

No hace falta comisión Alfredo...lo hago con mucho gusto!!

Besotes!!

Alfredo dijo...

Muchas gracias por la generosidad.

Besos de colores!!