lunes, 5 de noviembre de 2007

Fora de xogo (Fuera de juego, Nove Dous Teatro)



Los gallegos de Nove Dous Teatro trajeron hasta Oviedo, dentro del programa Encuentros de Asturias que patrocina la firma bancaria Cajastur, el montaje Fora de xogo (Fuera de juego) original del dramaturgo de Ujo, Maxi Rodríguez, quien, a su vez, es el director del espectáculo.

Una obra en la que se cuenta algo de las miserias por las que tienen que atravesar las gentes que se dedican a este arte milenario, y que han encontrado en el fútbol un enemigo que todo lo arrasa, hasta erigirse en presencia hegemónica en las vidas de infinidad de individuos, mientras que la cultura prácticamente ya no le interesa a nadie.

El cuarteto de actores que salieron al escenario ovetense, representaban a una compañía (Felpudo Teatro) que acude a una localidad para actuar en la Casa de Cultura, con la sana intención de ofrecer al respetable una obra titulada Edipo 2007. Mala suerte, el día de la función coincide con el partido que el equipo local está jugando con la intención de subir a la Tercera División. Resultado: nadie acude a abrir la Casa de Cultura, y todo el pueblo está en las gradas del campo de fútbol para gozar del espectáculo de masas por excelencia.

A partir de ahí se genera un juego dramático, en el que los actores y el director del grupo, van confundiendo sus vidas con la historia de Edipo, y siempre con un balón entremedias, ese elemento esférico que se ha convertido en el centro de todas las conversaciones, casi en el centro del universo (de hecho en España el periódico de mayor lectura es un diario deportivo).

Son 80 minutos de un espectáculo que resulta entretenido, aunque la principio cuesta un poco engancharse a la historia (a los mismos actores les costó un poquito engancharse al castellano y no hablar en gallego), que empezó con los actores ligeramente precipitados, lo que les llevó a "pisarse" en algunas de las réplicas iniciales, pero que una vez que se consiguió el ritmo en general alto, que era imprescindible para mantener la historia en pie, la cosa cogió su velocidad de crucero para llevarnos hasta el final sin sobresaltos (no es una obra en la que ocurran grandes cosas).

Una obra de sonrisa más que de carcajada (como sí lo fue la primera incursión del autor en el mundo del fútbol con la aclamadísima Oé, Oé, Oé que tuvo un largo y exitoso recorrido por toda la península, e incluso dio el salto a iberoamérica), para pasar un rato sin pretensiones, que utiliza el humor como elemento para poner de manifiesto que la batalla contra el llamado "deporte rey" (otros prefieren llamarlo el "vil deporte de la coz"), está totalmente perdida en un mundo en el que cuando se habla de clásicos se piensa en un Madrid-Barça o en cualquier otro de esos muchos partidos del siglo que se juegan cada temporada, y ya no en los auténticos clásicos de la cultura universal como puede ser el drama de Edipo (aquel en el que el protagonista se casa, sin saberlo, con su propia madre, después de matar a su padre, y cuando se da cuenta de lo que ha hecho, se saca los ojos).

Al final queda la resistencia, el seguir haciendo teatro, como se dice en el texto, "por huevos y sin subvención", mantener la "mala salud de hierro" de la que goza el teatro y gritar desde los escenarios y desde los patios de butacas, lo mismo que los aficionados al cuero esférico, aquello de: ¡A por ellos, oé, a por ellos, eoe!

Sin embargo, la sensación que nos queda a los aficionados al arte de Talía es la de estar en un permanente fuera de juego.

5 comentarios:

Blog de la Revista Calma dijo...

Pero el futbol, ya esta empezando a ser una forma de arte. Yo porque le tengo manía, pero debe ser un gran espectaculo

Jesus

Sonrisa de luna dijo...

pos na que yo me uno contigo a donde haga falta, jajajajajajaj si hay que ir a por ellos, a por ellos que voy, por cierto cuantos son?, es que tengo un limite eh, ajajajajajajaj
besitos cielo y que tengas un estupendo dia, muack

Alfredo dijo...

JESÚS: Yo no elevaría al fútbol a la categoría de arte, por más que haya sido objeto de atención por el arte, la poesía o la literatura (con algunos ejemplos muy destacados), sino que es más una manifestación cultural, y claro que es un espectáculo que mueve cifras económicas absolutamente indecentes, por lo menos por esta parte del mundo.

Un saludo!

SONRISA: Si tú te unes a la cruzada no importa el número de los que estén enfrente, porque podemos tirar de arrogancia y decir aquello de que somos pocos, pero somos los mejores, sin menospreciar en absoluto a los futboleros.

¿Qué pasaría si en vez de un carrusel deportivo, se hiciera uno cultural con conexiones en directo con los teatros, las salas de concierto, y demás espectáculos?

Un beso para una semana radiante!

Anónimo dijo...

Te entiendo cuando explicas al final el desengaño tan grande que tienes o tenemos (porque el teatro siempre me ha apasionado, de hecho también tuve mis pinitos) acerca de lo difícil que resulta hoy en día, mantener el interés por la cultura, a nivel general o de masa, en cambio, el dichoso deporte de pegar patadas a un balón o correr enfurecidos detrás del esférico ES COMO PARA PEGARSE UN TIRO!!!

Supongo que este grupo gallego de teatro tiene de sobra ganado su mérito, porque sobrevivir dentro del mundillo teatral ya es una hazaña hoy en día, por desgracia ¡claro!
En general los únicos espectáculos rentables que funcionan ahora son los musicales y claro el éxito radica en la moda impuesta por los yanquis ¡como siempre, para no variar!
Un abrazo grande!!

Alfredo dijo...

Hola Mila.

Los teatreros en general, viven de milagro, pues eso, como dicen en la obra por huevos y sin subvención. También se preguntan qué pasaría si se dedicara a la cultura el 1% del tiempo que se dedica al deporte en los medios de comunicación.

Aunque yo entiendo que deporte y cultura no son incompatibles el absoluto, la balanza está totalmente desequilibrada. Nada, a seguir luchando.

Un abrazo!