jueves, 7 de junio de 2007

¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? (Philip K. Dick, 1968) (I)

“Los androides también se sienten solos”. Esa frase puesta en boca de la andrilla Pris, creo que resume muy bien el elemento que está presente desde la primera página hasta la última de esta novela escrita por Philip K. Dick en 1968 y que sirvió de base a la película Blade Runner (Ridley Scott, 1982), como es la soledad.

Un sentimiento que comparten todos los personajes, humanos y andrillos (replicantes en la película), obligados a moverse en un mundo postbélico en ruina, contaminado, con la naturaleza arrasada y donde se invita a los habitantes de la Tierra a buscar tierras de promisión en otros planetas. Edificios ruinosos, abandonados, silenciosos, habitados por unos seres desorientados que se esfuerzan por mantener una apariencia humana siquiera lejana en la que poder reconocerse.

Un mundo sin afecto, donde los sentimientos se pueden regular a voluntad gracias a una máquina que permite escoger el estado de ánimo, incluida la depresión, que ayude a pasar el día mientras el proceso de degradación continúa imparable en una espiral de lo absurdo en una existencia que está llamada a la desaparición sin huella, sin posibilidad de trascendencia. Una vida sin pasado, sin futuro y con un presente que no conduce a parte alguna.

Al escritor alemán Heinrich Böll se le atribuye la frase: “el soldado que empieza a pensar, casi ha dejado de serlo.” Algo de eso le ocurre al protagonista principal de la novela y de la película, Deckard, cuyo trabajo consiste en “retirar” a aquellos andrillos (criaturas artificiales hechas a imagen y semejanza del hombre del que únicamente se diferencian por su falta de empatía) que entran en el planeta Tierra. Cuando empiece a sentir empatía hacia esas criaturas entrará en crisis, en un proceso de deshumanización marcado por su instinto de cazador.

Por su parte, los andrillos ocupan el papel de víctimas, de perseguidos injustamente por querer vivir y hacer lo mismo que los humanos, a los que superan en capacidades intelectivas. Seres perseguidos de una forma inhumana por unos cazadores de bonificaciones (así se les llama en la novela) que hace que el lector no se quede indiferente ante esa persecución despiadada a la que se les somete.

Antes eran simples objetos a “retirar”, y ahora se da cuenta de que son seres vivos que lo único que intentan es sobrevivir como lo haría cualquier humano. Entonces las fronteras que diferencian a unos de otros se difuminan y sólo el amor (o casi se podría decir, la parodia de sentimiento) hacia los animales, sean estos reales o artificiales, parece la última frontera.

¿Podríamos considerar humana a una criatura creada por el hombre de forma artificial siguiendo todos los parámetros humanos? ¿Qué es lo que nos convierte en específicamente humanos?

En http://nataliabook.blogspot.com están colgando una serie de artículos muy interesantes sobre diferentes aspectos de esta novela.

4 comentarios:

Natalia Book dijo...

Sin duda alguna haces un gran comentario sobre el libro. Ciertamente la soledad es uno de sus grandes temas.
Me parece muy interesante que introduzcas a H. Böll. Es una gran frase y muy adecuada.
En cuanto a la pregunta final. Ese es el tema de los libros de Dick ¿Qué es la realidad? Quizás la respuesta sea demasiado personal y cada uno tengamos un concepto diferente.
Graias por el enlace.
Saludo,

Corazón Coraza dijo...

¡Cuanto que me perdí! ¡Cuanto para leer!!.....Me gusta tu blog!...si, si..je....pasé a saludarte.....mi salud..me jugó un malapasada....un gripe que arrastro desde hace algun tiempo....y bueno dse detonó en otras cosas...sumadas a otras cosas....je...y desde hace una semana estoy en cama...después de estar una semana de vieja....mi cuerpo está algo debil...pero ya me estoy recuperando aunque mis blogs..siguen en stand by...por ahora...jejr...sólo decirte..que volveré para seguir leyéndote....:)!!
Esperoq ue sigas bien... cuidate mucho..Besoosss!!

Luna Agua dijo...

Me haces preguntar qué pasa con los seres que cuidan a muerte y con lujo las cosasmateriales y dejan a los seres humanos cercanos a el sin cariños.
Aquellos que son capaces de matar si rayan su automóvil última generación y en casa desprecian al hijo a traves de la frialdad.

Saludos alfredo

Alfredo dijo...

Probabablemente tengamos que aprender a movernos en un mundo donde las certezas serán cda cez más difíciles de encontrar, con perfiles de realidad que amenazan con difuminarse cuando no con borrarse del todo. Creo que por ahí viene el resurgimiento de movimientos filosóficos o religiosos con sus derivaciones perversas en sectas y similares, porque en general el mundo se mueve mal en el terreno de la duda y eso es algo que también veo en la novela de Dick.

Un saludo!

Corazón Coraza, me alegra volver a tener noticias tuyas porque eso significa que estás recuperando tu salud. Ánimo, recupérate bien y vuelve siempre que quieras.

Cuídate mucho!

Hola Luna. Para mí las personas que se preocupan más por un rayonazo en el coche que por sus hijos, por ejemplo, tienen totalmente perdido el sentido de la vida. Las cosas no te pueden dar un abrazo cuando lo necesitas, ni te apoyan cuando estás abatido o se alegran contigo cuando estás bien.

Aunque también hay momentos en los que no puedes evitar pensar en aquella frase que dice: "Cuanto más conozco a las personas, más quiero a mi perro" Pero los buenos momentos pueden con eso.

Un abrazo!