miércoles, 23 de mayo de 2007

Otto Dix (Gera, Alemania, 1891 – Singen 1969)

"No he pintado la guerra para evitarla, la he pintado para execrarla"

Aunque desde un punto de vista iconográfico existen evidentes diferencias, Otto Dix y George Grosz, son los dos principales representantes de una derivación del expresionismo que se llamó Nueva objetividad. Grosz era un pintor fundamentalmente de agitación política, mientras que Dix ponía un mayor acento en la parcela humanística, poniendo su pintura al servicio de las víctimas, y él mismo se consideraba un cronista que transmite sus experiencias y los sentimientos que éstas le provocan.

“Yo estudié detalladamente la guerra. Hay que describirla de forma realista para que pueda ser entendida. El artista quiere trabajar para que los otros vean cómo fue […] Yo escogí el reportaje verídico de la guerra”. Dix se alista como voluntario en 1914, y le tocó combatir en el frente ruso y en la famosa y sangrienta batalla del Somme, en Francia, para terminar la guerra de nuevo en Rusia. Esa será una experiencia fundamental para su pintura posterior en la que reflejará como nadie todo el horror y el sufrimiento de la guerra.


Las influencias del color de van Gogh y la descomposición formal cubista del futurismo, las pondrá al servicio de un profundo realismo marcado por la guerra que vivió en carne propia, de ahí que los soldados horriblemente mutilados o desfigurados, cuerpos rotos por la metralla o las balas, tirados en las trincheras o en los campos de nadie, van a ser una constante en su obra de este periodo y que luego fueron calificadas por los nazis como “arte degenerado”. Las pinturas La trinchera y Mutilados de guerra fueron quemadas por ello.

Dix fue un artista para el que las categorías de lo “bello” y lo “feo” no tenían sentido, y eso genera una pintura que no deja indiferente, en la que se traspasan los límites de lo humanamente soportable para llevarnos, aunque nos resistamos a ello, a adentrarnos en un mundo en el que reina la fealdad, lo repulsivo, la decrepitud, todo ello a través de un lenguaje muy deudor del futurismo italiano, que se revela como la forma ideal para mostrar las explosiones de las granadas, los cuerpos de los soldados destrozados en medio de un paisaje violento y violentado por la guerra, por la violencia irracional.



Es una naturaleza que llora, que sufre, que está en silencio, en la que la vida parece que ya no es posible, en la que la ausencia de sonidos da un aire sobrenatural, casi de fin del mundo, de Apocalipsis, casi como si su autor se sintiera fascinado por el horror.

Recién iniciados los años 20, influido por las aportaciones del movimiento dadaísta, empezará a incluir la técnica del collage en sus obras, en un proceso de introducción de la realidad, de fragmentos de ésta, en sus cuadros, lo que aumentará el verismo de sus escenas de lisiados de guerra jugando a las cartas, por ejemplo.
Hablaríamos en su obra de una “estética de la guerra”, de una “estética de lo terrible” y hasta de una “estética de la miseria”, una pintura cruda que recoge el grito de los millones de muertos de las guerras mundiales, que, por extensión, son los gritos de todos esos olvidados (muertos, mutilados, mujeres violadas…) de los conflictos del mundo. “Durante muchos años –dijo Dix-, por lo menos diez años, tuve una y otra vez esos sueños en los que me tenía que arrastrar por casas destruidas, atravesando pasillos por los que apenas cabía. Las ruinas siempre estaban en mis sueños.” Porque en el paroxismo de la violencia no queda nada de humano, sólo queda la expresión atroz de la bestia, de la bestia herida que lanza sus gemidos al viento hasta que se agotan y sólo queda un silencio de muerte.

El dolor y la guerra son los temas que atraviesan de parte a parte la producción de Dix, quien después de la Segunda Guerra Mundial regresaría a una devastada ciudad de Dresde, para seguir pintando los sufrimientos de la segunda postguerra que conoció, junto con alegorías religiosas.

6 comentarios:

. dijo...

3cosas: 1,buenísima la foto...de "hoy"!!
2, quiero ver algo de est señor...Otto Dix...me parece..que me gustan...sus pinturas...je....y
3, Ojalá los Hados se pongan de mi lado....alguna vez! jeje...y hay ora peli...que dejó un compa..mío..que parece que está buena..La cérémonie......vos..la viste?
bueno...besotessss!! Y cuidate mucho!

Alfredo dijo...

La película que menciones ni la he visto ni tengo ninguna noticia sobre ella, a no ser que en España le hayan puesto otro título, pero ahora mismo no me doy cuenta de conocerla.

La foto es un fotograma de Cartas de una mujer desconocida, la película china a la que dediqué un par de entradas.

Y no desesperarse porque los Hados, si les echamos una mano, terminan por soplarnos a favor.

Ciao!!

Natalia Book dijo...

interesantísimo post. No conocía nada de lo que mencionas. Me presta mucho descubrir todo esto. Seguiré investigando,
Saludos

Natalia Book dijo...

interesantísimo post. No conocía nada de lo que mencionas. Me presta mucho descubrir todo esto. Seguiré investigando,
Saludos

Alfredo dijo...

El expresionismo alemán y lo que está a su alrededor, con grupos como EL Puente, la Nueva objetividad y pintores digamos precursores como Munch, Ensor y otros, son una de las partes de la historia del arte que más me atraen.

Expresionismo que también dio grandes resultados en el cine y otros campos de las artes.

Un beso!!

Alfredo dijo...

Se me olvidaba decirte que está siendo muy interesante los posts que estais colgando sobre la novela que dio origen a Blade Runner, a ver si me da tiempo a terminarla para añadiros algo en los comentarios.

Ciao.