miércoles, 19 de marzo de 2014

Helen Frankenthaler: Paisajes y emociones.


A Green Thought In A Green Shade, 1981.

A pesar de haber sido una pintora que no tuvo que sufrir que se utilizara su condición de mujer como elemento definitorio de su pintura y generalmente usado como elemento de connotación negativa, no pudo escapar a valoraciones muy negativas de su pintura con calificativos como “carente de sustancia”, “estilo incontrolado”, o de ser “demasiado poética”. Calificativos que podríamos calificar de “generosos” si tenemos en cuenta que no faltó quien afirmara que su pintura únicamente trataba acerca de “la menstruación y el mundo líquido de la femenino”.

Basque Beach, 1958.

Críticas aparte, lo que hoy está meridianamente claro es que Helen Frankenthaler (1928-2011) ocupa por derecho propio un lugar destacado en la pintura norteamericana. Nacida en Manhattan en el seno de una familia sin problemas económicos, supo desarrollar un estilo que llevó el expresionismo abstracto a un nuevo nivel que los crºicos﷽﷽﷽﷽﷽ionismo abstracto a un nuevo nivel que los cr de una familiaio un lugar destacado en laíticos definen como abstracción post pictórica.

Madame Butterfly, 2000.

Su compatriota Barbara Rose ha definido su pintura como expresión de “la libertad, la espontaneidad, la franqueza y la complejidad de la imagen, no exclusivamente producida por el estudio o la mente, pero explícita e íntimamente ligada a la naturaleza y a las emociones humanas”.

Tahiti, 1989.

Frankenthaler introdujo la técnica de pintar directamente sobre el lienzo sin preparación previa, lo que causa la sensación de que los colores salen directamente de la tela, a lo que une un dibujo sutil, una libertad compositiva total, y una figuración ambigua casi convertida en algo simbólico, a la vez que niega a la pintura su capacidad para crear ilusión de profundidad.

Mounts and Sea, 1952.

Sus cuadros son campos de color que emergen de forma orgánica y natural del lienzo, y que dan la sensación de que se prolongan más allá de los límites de la tela. Frankenthaler explicó alguna vez que en su proceso de creación “no hay reglas. Hay que dejar que la pintura te lleve a dónde te quiera llevar.”

What REd Lines Can Do, 1970.

El lugar es el tema general de la obra de Frankenthaler, una obra que reproduce las impresiones que la pintora recibía del paisaje, las sensaciones nacidas de su experiencia personal, en un grupo de obras visualmente muy distintas entre sí huyendo de la producción de series, algo que era habitual entre otros pintores del mismo movimiento artístico.

Más información: Gagosian [en], The Art Story [en], New York Times [en], Vulture [en].

1 comentario:

Unknown dijo...

Indudablemente su pintura riega , siembra el lienzo no con ls predisposición de pollock sino sin voluntad alguna como regando las plantas,cada pintor recogera lo que ella sembro