lunes, 13 de enero de 2014

Yusef Lateef (1920-2013): “Yo no toco jazz, toco música autofisicopsíquica”


El pasado mes de diciembre fallecía una de esas figuras a contracorriente, con la personalidad suficiente como para desarrollar una carrera muy personal marcada por la fusión del jazz occidental con instrumentos y formas musicales orientales en un momento en el que a prácticamente nadie se le pasaba por la cabeza hacer algo similar. De hecho, en las necrológicas publicadas en la prensa anglosajona se destacó que Lateef hizo eso que hoy se conoce como música del mundo antes de que esa etiqueta tomara cuerpo.

Nacido en Tennessee, con cinco años la familia se mudó a Detroit y dentro de la corriente de bebop de la ciudad empezará su andadura musical. Un poco antes, se convertiría al Islam y adquiriría el nombre con el que fue conocido a partir de entonces, y que no fue otro que el de Yusef Abdul Lateef.


Por esos años 50, Lateef trabajaba en una factoría automovilística de la ciudad y un compañero sirio le empezó a hablar de un instrumento de unos 5.000 años de antigüedad y del que el rey David era un intérprete devoto: el rabab. Ese descubrimiento le abrirá caminos nuevos a un músico que hasta ese momento tocaba el saxo y la flauta, incluyendo ese instrumento oriental para mezclar su sonido con el del saxo tenor.

A partir de ahí comenzará un viaje musical que le llevará a estar constantemente cruzando todo tipo de fronteras musicales entre oriente y occidente, dando cabida en sus composiciones a instrumentos exóticos como el shenai, el shofar, el argol, el koto, además del oboe y el fagot, un arsenal musical que muy poco tenía que ver con los conjuntos instrumentales propios del jazz.


Base de blues con jazz, bebop, música de cine y, claro está, todo lo que fue tomando de las diferentes tradiciones musicales orientales primero y, más tarde, también africanas, van dando forma a una forma de entender la música que le llevó a evolucionar por caminos de una gran profundidad con una música que llegó a ser muy difícil de apreciar por el gran público.

Al mismo tiempo, decidió colocarse fuera de la corriente musical mayoritaria, apartarse un tanto de la industria hasta llegar a tomar la decisión de no tocar en locales en los que se permitiera beber alcohol, al considerar que la música era algo demasiado importante como para compartirla con un público más interesado en las bebidas alcohólicas, el tabaco y la charla que en la música.


Eso no impidió que muchas de las grandes figuras del jazz norteamericano tuvieran en Lateef una figura de referencia caso de John Coltrane y de tocar con algunos de los más grandes convirtiéndose en el gigante amable del título de su autobiografía.



Más información: Wikipedia [en], New York Times, El País.

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