lunes, 30 de julio de 2012

Miquel Navarro: “Lo que hago en mi obra es retomar los juegos de la infancia”


Fluido en la urbe. 2003.
Oteando.

“[En relación al discurso que hizo en el ingreso en la Academia de Bellas Artes de San Fernando] Hablo de cómo, en una época del franquismo donde la información era nula, a partir del juego de la infancia se va conformado una personalidad artística en un entorno entre agrícola e industrial de una pequeña población cercana a Valencia. Trato de cómo me impresionaba todo aquel mundo que iba impregnándome y definiendo la sensibilidad de un niño delicado. También hablo de artistas como De Chirico, Julio González y Joseph Beuys, que son los que mejor conectan con el paisaje de mi infancia.”
“Creo que se puede hablar de la propia experiencia, tanto técnica como conceptual. En realidad, el arte no se puede enseñar. Se puede enseñar el oficio, eso sí.”

“Lo totémico es, para mí, lo sagrado, el deseo sexual, la vida y la pena, la tensión de los poderes, la soledad de lo humano. En las ciudades en concreto, es también el espíritu del colectivo, esa suma de personas que componen el grupo de los ciudadanos.”

“[Sobre su fascinación por la ciudad] Nace al vivir en un pueblo muy próximo a Valencia, a la que, en los cincuenta, me acercaba en un tranvía. El encuentro con ella era fascinante. Toda una máquina humana habitada, documentada y equipada para que el hombre pueda aprender su historia, reflexionar y hacerla presente.”

Vestigio industrial. 2005.
“Por supuesto están llenas de símbolos masculinos, y también abundan, aunque no de manera predominante, los femeninos. Son reconocidos mis trabajos vulvares en cuerpos que forman parte de mis ciudades, realizados en terracota o en goma. La ciudad en sí es como un útero que abriga al individuo. La ciudad, como su nombre indica, es femenina y su discurso horizontal es como un hueco que se llena de corrientes y flujos. La ciudad es una gruta con manantial.”

“Mis ciudades son metafóricas, y en esa medida también estoy construyendo un poema, y no de corte realista.”

Soto la lluna.
“(…) no me defino como un hombre de izquierdas o de derechas, sino como librepensador. Me resisto a que el discurso político de cada momento, tan variable según territorios y épocas, invada mi trabajo y mi cotidianidad. Lo más profundo de mi ideología está en mi obra.”

Fragmentos de la entrevista concedida al diario El País el 23 de noviembre de 2009. La firma Ángeles García.

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La ciudad roja. 1994-1995.
“Me he dado cuenta últimamente de que lo que hago en mi obra es retomar los juegos de la infancia. Y mis juegos infantiles eran ya escultóricos. Cogía, por ejemplo, la arcilla que se depositaba en las acequias y con ella modelaba mis figuritas. Tendría yo como 10 años y era un apasionado por el objeto encontrado. Vivía en una zona que era semiindustrial y agrícola a la vez, con muchos solares, que eran como campos arqueológicos en los que podías encontrar cosas curiosas. Todo aquello era motivo para que un niño se sintiera incitado a la creatividad.”

Libro de herramientas.
“Me matriculé en Bellas Artes como escultor, pero, en privado, pintaba. Estaba más inclinado hacia la pintura. A partir de 1972 cambio, porque necesito del mundo físico, de lo tridimensional, de aquello de tocar y creer, que es lo que tiene la escultura, que, por muy abstracta que sea, siempre es concreta, es tangible.”

Solar II
Parotet.
“Si hay un falo, hay un falo, porque formará parte de mi deseo. Pero también porque el falo, el elemento totémico, es una imagen de la soledad, una imagen metafísica o sagrada. Cuando uno pinta un faro, no sólo hace un faro, un símbolo fálico, sino que habla de la soledad, porque es un elemento aislado, en medio de la nada. Y a la vez es una arquitectura fantástica, que emite luz sobre las zonas oscuras.”

“En el exterior siempre utilizo el elemento geométrico, porque, si estuviera pasando un modelado personal, hecho por mis manos, a un tamaño mayor, la intervención de otras manos me desvirtuaría el concepto escultórico. Cuando hago una forma para la industria, la hago tal cual y sólo cambia el tamaño, que es el que he elegido yo. El tamaño es una de las cosas que yo estudio cuando hago una escultura exterior, porque tengo que relacionar la escultura con el entorno en que va situada.”

“Mis ciudades son como pretextos para reunir un cosmos variado, un bosque de cosas, en el que aparece todo: los tótems, las cuevas, los discursos horizontales y los verticales, lo mínimo.”

Fragmentos de la entrevista publicada en El País el 30 de marzo de 2008.

3 comentarios:

balamgo dijo...

Seguimos atesorando información de tus buenos post.
Espero que estés pasando un buen verano.
Abrazos.

calamanda dijo...

Alfredo,hola!

Estupenda entrada sobre Miguel Navarro, me ha parecido magnífica.

Me encantan sus obras en aluminio, sus tótems aislados y fascinantes que representan una unidad independiente, que representan a una persona...y claro que no es la escultura de un niño, es mucho más!

Magnífico el vídeo.

Saludos,
un beso!.-

Alfredo dijo...

BALAMGO: Gracias, por aquí estamos, con dos días de sol y tres de lluvia.

Un abrazo!!

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CALAMANDA: Yo encuentro muy sugerentes sus ciudades, esos universos casi jibarizados en una comunión de formas y espacios.

Disfruta del verano!

Un beso!