martes, 8 de mayo de 2012

Saul Leiter: "Mis obras son fragmentos con posibilidades infinitas"


Llamada telefónica, circa 1957.

“Pasé gran parte de mi vida siendo ignorado, pero fui feliz así. Ser ignorado es un gran privilegio. Así aprendí a ver que los otros no ven y a reaccionar de manera diferente. Simplemente contemplaba el mundo sin esperar nada en concreto.” Esa actitud puede ser lo que esté detrás del desconocimiento general, especialmente en Europa, sobre la obra de este fotógrafo y pintor de nombre Saul Leiter (Pittsburgh, Estados Unidos, 1923), que iba para rabino siguiendo los pasos de su padre y terminó convertido, para gran disgusto de sus progenitores, en fotógrafo de renombre.

Nueva York, circa 1958.
Siguiendo únicamente su propio camino, Leiter fue uno de los primeros fotógrafos en introducir el color en las fotografías urbanas, auténtico ámbito de actuación de este artista. Su trabajo para prestigiosas revistas de moda también ayudó a ocultar las fotos que seguía tomando al mismo tiempo. De hecho, a pesar de que Edward Steichen incluyó algunas de sus fotografías en blanco y negro en la exposición Always the Young Stranger en 1953, en Europa no se empezará a reconocer su aportación hasta este siglo XXI con diversas exposiciones en varias capitales continentales y ciudades españolas.

Nueva York, circa 1950.
Su contacto con el color empezó muy pronto ya que en 1948 empezó a hacer fotos con esa técnica, aunque el peso del blanco y negro siempre ha sido muy importante en sus instantáneas. Unas fotografías por las que vemos pasar fragmentos de realidad, personas difuminadas vistas por detrás de escaparates o cristaleras empañadas, siempre manteniendo la distancia con esa realidad de paisajes urbanos, taxis, calles, escaparates fundamentalmente de Nueva York y París.

Nueva York, circa 1955.
Como reconoce el propio fotógrafo, su contacto con el mundo de la moda le vino bien para poder pagar sus facturas, ganarse la vida y, por otro lado, poder seguir haciendo sus propias fotografías “y solo a partir de los años 90 vuelve su mirada hacia sus fotografías en color y las empieza a imprimir. Su sentido del color y su profunda comprensión de la vida urbana las convierten en una visión única de aquellos años”, escribe Jim Casper.

Taxi, Nueva York, 1957.
La crítica Roberta Smith, citada por Casper, destaca que las obras de Leiter “son menos acerca de las personas que sobre la percepción misma. Su instinto pictórico le sirve para poner énfasis en la superficie, la ambigüedad espacial y una exuberante pero calibrada paleta de color”, y añade luego que Leiter captura “las ilusiones fugaces de la vida cotidiana con una precisión que pudiera parecer científica, si no tuvieran una gran resonancia poética y una visualización fragmentada”.

Reflection, 1958.
En esta entrevista, Leiter reconoce que “es posible que mi trabajo represente una búsqueda de la belleza en los lugares más prosaicos y ordinarios”, teniendo en cuenta que “no tengo ninguna filosofía. Tengo una cámara. Miro a través de ella y hago fotografías. Mis instantáneas son una pequeña parte de lo que veo y de lo que pudiera ser fotografiado. Son fragmentos con posibilidades infinitas”.


Fuentes consultadas:




2 comentarios:

Natàlia Tàrraco dijo...

Me encantan estas imágenes superpuestas, o borrosas, o casi en movimiento, tema urbano, una ve muchas cosas en una sola foto, muy intuitivo y sensible, este artista Saul Leiter cazador de instantáneas.
Gracias Alfredo por este nuevo hallazgo, besitos.

Alfredo dijo...

Tengo la misma sensación que tú. Son imágenes sorprendentes y muy sugerentes, muy particulares.

Un abrazo!!