domingo, 27 de mayo de 2012

Robert Ryman, la pintura de la pintura

Untitled, 1965.
“Nací en Nashville, Tennessee. Nunca antes había visto pintura alguna antes de mudarme a Nueva York, excepto pinturas de flores pero nada remotamente de alta calidad. Allí no había nada de eso”.

“Pero tenía la música… Eso era lo que me interesaba y por lo que me trasladé a Nueva York. Allí empecé a visitar galerías y museos… Era una especie de turista pero poco a poco empecé a interesarme más por la pintura”.

“Era músico de jazz, saxofonista. Eso era en 1952, y la música de entretenimiento nunca me interesó, nunca compuse pop o música de baile, y tampoco me preocupaba por actuar en público. Ahora quiero componer, componer con mis instrumentos, improvisar, explorar todas las posibilidades de los instrumentos. En ese aspecto está muy relacionado con mi pintura. Lo importante en la composición son los descubrimiento que haces mientras trabajas…”

Untitled, 1968-1987.
“[A pintar] aprendí observando. No conocía a ningún artista porque todos mis amigos eran músicos… Desde el principio nunca estuve interesado en la pintura que se supone que representa algo. Yo sabía que era capaz de hacer eso si quería y practicaba, pero eso no era lo que quería. Por ese camino no iba a encontrar ningún descubrimiento para mí. Lo que me intrigaba eran las posibilidades de la pintura misma. Tenía que estudiar las bases de la pintura, evidentemente, cómo se puede combinar y como hacer obras de arte”.

Untitled, 2007.
“Ahora conozco a muchos pintores… como Bill Sharf. A él le preguntó como trabajaba sus lienzos, me lo mostró pero la mayor parte lo aprendí de forma autodidacta”.

“Estudié el color, la composición y el formato y empecé a experimentar con la pintura y las acuarelas, exploré los efectos de la luz en las obras. Mi único objetivo era crear algo que me interesara y me ayudara a tener el sentimiento de que había conseguido algo, pero nunca quise pintar o crear una abstracción de la naturaleza”.

“En 1957 hice un par de obras en color. El blanco significa un camino más allá, la eliminación. No se trata de pintar cuadros blancos. Es más una cuestión de uso del pigmento blanco. Por supuesto, lo uso de una manera diferente hoy porque las cosas han continuado evolucionando. Nunca pensé que en una pintura podía haber un montón de cosas que no tenían porque pertenecer a ella de forma necesaria. Después de todo nunca he querido hacer una pintura decorativa o pintar una acumulación de cosas para ver cuáles funcionan bien. Mi interés se centra en desarrollar las estructuras de unas pinturas que contienen lo esencial y todo lo superfluo ha sido eliminado… la composición se extiende por el muro y se convierte en una parte de la pared… cuando quitas mis pinturas de la pared pierden su existencia. La pintura necesita una pared para existir, ya que de otro modo, no tienen sentido”.


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Classico 5, 1968.
“Después de esto, con el color blanco puedes hacer cosas que no puedes hacer con otros colores. Cuando miro los paneles blancos que tengo en el estudio, veo el blanco pero no soy consciente de que son blancos. Interaccionan con la madera, el color, la luz y con la pared. Esa es la manera en la que pienso en ellos…”

Pace, 1984
“Hace años leí bastante acerca del existencialismo y me gustó. Estaba de acuerdo con ello, pero no creo que eso tenga mucho que ver con mi pintura. No tiene mucho sentido mirar atrás. Quiero decir que yo estoy involucrado en el mañana y en el hoy y no con el ayer. Yo siempre estoy pensando en el mañana”.


“En pintura siempre tienes una estructura. Tienes un orden que desarrollar, unir los distintos elementos. Mis obras no se limitan a eso. Tengo múltiples posibilidades en términos de aproximación a la obra, y la razón por las que las tengo es porque no estoy limitado a una cierta narrativa y puedo ir más allá. No hay un simbolismo o una historia que necesite contar o algún tipo de proyecto político que quiera hacer. No estoy limitado por ninguna de esas cosas. Ninguno de esos elementos detienen mi experimentación y puedo ir más lejos”.

“Estoy muy influido por Matisse. En la pintura todo tiene que parecer fácil aunque no lo sea. [En el trabajo de Matisse] todo parece fácil y natural y eso es lo que trato de hacer yo. Puede ser que no siempre lo consiga, pero esa es una parte muy importante de la pintura, que tienes que tener ese sentimiento. Como Pollock, por ejemplo, que parece que todo lo hace fácil cuando no lo es, pero ese es el sentimiento que produce”.

2 comentarios:

Natàlia Tàrraco dijo...

Y en el blanco (?) todas las sugerencias son posibles, contando con el muro.
Besitos muchos.

Alfredo dijo...

Desde Malevich para acá la armonía en blanco puede ser muy sugerente.

Un beso!!