“Creo que se puede hacer volar muy alto cualquier cosa; incluso toneladas de metal, si están unidas a un principio. Si permaneces unido a un principio, harás que todo vuele”. Esa sentencia del dibujante italiano Moebius está detrás de una de las obras de arte más singulares de las producidas por el oscense Ximo Lizana, quien está considerado como el artista español vivo más importante, según la Asociación Española de Críticos de Arte (AECA).
La obra a la que hacemos referencia, y que es la que se puede ver en la fotografía que abre este artículo se titula Mid Air Shark. Una escultura que abre un camino absolutamente nuevo dentro del terreno de la escultura, ya que se trata de un tiburón hecho totalmente de luz, es decir, para el que no ha utilizado una materia tangible. Es la representación de un tiburón nadando en medio de la nada, una imagen tridimensional que se nos aparece de ningún sitio y que no va a ninguna parte, sólo nos impone su presencia casi fantasmal, y donde todo queda abierto, nada se cierra. La obra se presentó en la edición de 2007 de la feria ARCO.
Ximo Lizana, además de profesor en la Universidad Europea de Madrid, también puede presumir de ser el primer artista español que recibe un premio por parte de los críticos de arte alemanes, gracias a una trayectoria artística que le está llevando a investigar las posibilidades que ofrece la tecnología puesta al servicio del arte. Un osado explorador que ha sido el primer español en incluir obra robótica en las colecciones de un museo de arte contemporáneo del país, concretamente en el IVAM (Instituto Valenciano de Arte Moderno)
Investigador infatigable, su obra navega por los mares de la escultura robótica, el láser, y otros, siempre con la preocupación de lograr una obra que sea interactiva, que se comunique con el espectador dispuesto a ello, aunque la primera sensación que éste reciba, en algunas ocasiones, sea de choque, de sorpresa de la que hay que reponerse para empezar a vislumbrar el mensaje que puede tener que ver con análisis estéticos relacionados con la biotecnología, y la relación que se plantea entre máquinas y seres humanos.
Otra de sus obras más comentadas es la que parte de la imagen de un Cristo crucificado, ahora convertido en una mujer envuelta en látex o plástico, con la que pretende llamar la atención sobre “como las instituciones están utilizando las imágenes religiosas como producto comercial desde una especie de merchandising”, según él mismo ha afirmado alguna vez. “Se trata de embalar imágenes para protegerlas de un mundo corrupto. Antes había moralidad e inmoralidad; ahora existe algo que es amoral. No existe respeto por la cultura”. Para hacer esta obra primero tuvo que tomar 400 fotografías, de las que seleccionó sólo una, aunque la cabeza y los brazos proceden de fotografías distintas combinadas en realidad virtual para componer la imagen que vemos, que tiene unas dimensiones de 3 por 1,80 metros.
Al final consigue unas imágenes que nos remiten a toda la historia de seres extraños a los que el hombre da vida, desde el Golem o Frankenstein, hasta los replicantes de Blade Runner, o los diversos tipos de robots o ciborgs que conocemos por el cine y la literatura, y que en un futuro tal vez no tan lejano como podemos suponer, van a convertirse en nuestros compañeros de viaje.
5 comentarios:
no es que termine de gustar a mi sensibilidad quizá demasiado tradicional o romanticona, este tipo de arte, pero es impactante y despierta mi interés. Su inspiración, a partir de los principios que la rigen, está clara y en eso puedo concordar con el artista quien me remite un poco al hombre como un todo: artista, científico, humanista, aplicando conceptos en forma conjunta en un mundo que ha ido fraccionando su sensibilidad y muchas veces despegandola de su inteligencia. Podría ser un Da Vinci de estos tiempos, salvando las distancias... sobre todo la que me separa a mi de él. un abrazo.
Está bien eso de que a pesar de que no te guste, te abra la curiosidad. Yo creo que esa es la actitud adecuada. Este tipo de arte pide salir de los esquemas habituales, luego ya lo del gusto es otra historia.
Besos!!
Me gusta mucho la composición de las diferentes partes de la cara de la mujer, que a mí me llevan directamente a los labios rojos...
Me recuerda el Robot a las películas de George Lucas: El Imperio Contraataca, Alien...que utlizó los diseños de Giraud.
Me gusta tu blog porque aprendo cosas nuevas.
Un abrazo.
CALAMANDA
Me alegra que encuentres cosas interesantes en este lugar. Es cierto que el aire futurista es una seña de identidad de la obra de este artista cuya obra descubrí hace muy poco.
Abrazos!!
un fraude
Publicar un comentario