miércoles, 12 de noviembre de 2008

Inland Empire (David Lynch, 2006)



Dentro del original (otros dicen que desquiciado) universo del inclasificable David Lynch, capaz tanto de hacer películas a la manera canónica y también de un modo absolutamente personal, y en ambos casos consigue obras inolvidables, Inland Empire se lleva la palma por lo que se refiere a lo personal de una propuesta que unos califican de ejercicio genial y otros de fantástica tomadura de pelo.

Sea como fuere, lo que está claro es que Lynch no deja indiferente a nadie, y e Inland Empire firma su trabajo, hasta la fecha, más difícil de ver, y no sólo por el desarrollo visual de la historia, sino también por las 3 horas de duración que se llegan a hacer un poco largas. Lynch mete al espectador en un enrevesado mundo en el que realidad y ficción son dos conceptos que pierden totalmente su sentido, tanto se mezclan el uno con el otro, y lo que empieza como un rodaje de una simple película se termina adentrando por callejones tenebrosos, por ambientes surrealistas en los que impera la confusión, el miedo, la angustia. Caminos que el espectador tiene que recorrer sin mapa ni brújula que le sirvan de orientación, por unos caminos por lo que sólo el instinto nos puede llevar a encontrar la salida al laberinto.


Una absolutamente fantástica Laura Dern, interpreta a una actriz a la que contratan para hacer una película a las órdenes de un director, al que da vida Jeremy Irons, y con un antagonista interpretado por Justin Theroux. Rodaje de una historia que se había frustrado en intentos anteriores por las misteriosas muertes de sus protagonistas. Esa que podría ser una línea narrativa clara, se superpone, entremezcla, con lo que parecen ser sueños, pesadillas, hasta crear un camino que Lynch alfombra de minas antipersona, de trampas que nos desconciertan, que nos llevan a caminos sin salida, y que obligan a mantener todos los sentidos alerta para encajarlo todo como se pueda. El propio director ha dicho alguna vez que la película la había rodado sin guión previo, y que la historia se iba desarrollando por medio de escenas improvisadas.


Ante nuestros ojos se va desarrollando un misterio que tiene mucho que ver con los recovecos de la menta humana, en una bajada a los infiernos personales casi de una forma catárquica, como si el director quisiera conjurar por medio de la película los demonios personales. El crítico Julio Rodríguez Chico ha escrito: “El cine se convierte en medio catárquico por el que aflora todo un mundo soterrado en el subconsciente, con sentimientos ocultados por la hipocresía social, el orgullo personal o la superficialidad imperante, y que necesitan el aire fresco de la autenticidad y valentía, de la confrontación con la verdad de uno mismo”

5 comentarios:

Sonrisa de luna dijo...

yo ultimanente no veo cine ni na de na, las pelis que salen hoy en dia, muy pocas son las que me gustan jejejejejejjeje
me gustaban mas las de antes, cualquiera que me oyese diria que tengo 80 años, jajajajajajajj no no eh, que yo me remonto como 10 o 15 años atras na mas eh, jaajajajajjaj
besitos que tengas un buen dia, muack

Alfredo dijo...

Tampoco yo encuentro demasiadas cosas en los cines que me interesen, así que me tiro a programaciones alternativas y luego el DVD.

Besotes!!

Fuga dijo...

Puessssssssssss me temo que no está en mi idea de cine, me gustan las pelis que cuentan historias y acaben bien a ser posible, me descolocan cuando ponen aquello de the end y yo sigo esperando encontrar algo, me ha pasado con muchas, me quedo en la butaca con cara de póker.
Tengo que dosificar mi tiempo, no me da para nada.
Saludos agradecidos.

Alfredo dijo...

Es una película difícil de ver, y yo creo que mejor en casa, porque así puedes volver sobre tus pasos cuando te pierdes, algo que muy fácilmente puede ocurrir.

Abrazos!!

Anónimo dijo...

Buenos días, recibido :-)intenté borrarlo y subirlo sin dire pero no me deja, no sé que pasa con blogger va fatal.
Te cuento, cuando editas un comentario, "normalmente"mandan un email, razón por la cual puedes decir algo y nada más editar borras, de esa manera sólo lees tú y el/la destinatario/a. No me fío un pelo de la red, por eso no me gusta dejar datos personales a la vista.Intenta borrarlo plissssssss.
Saludos anónimos ;-)