miércoles, 20 de agosto de 2008

Frutos de agosto

Mediados de agosto es tiempo raro. La amenaza del otoño y la rentrée está ahí, con su pinchazo de angustia, pero a la vez se han relajado al fin los tensores del curso pasado. En una reunión de verano un amigo pregunta, a bocajarro, qué es para mí la felicidad. Otra persona, a la que espanta el otoño en el Norte, pide que le explique las ventajas de la melancolía. No son gente banal, a la que contentar con una frase, y opto por retrasar la jugada. A la primera le digo que la felicidad, como concepto, es una horterada; a la segunda, que la melancolía es la energía que mueve el mundo, y nos mueve. Aunque, en realidad, pienso que la felicidad está en la melancolía y que en el esfuerzo de sobrenadar ésta, para no perecer en sus aguas, hay una fuente de entusiasmo, esto me lo callo. Además, como los autores de las preguntas se han ido cada uno por su lado tampoco hay caso para juntar las respuestas.

(Artículo firmado por Pedro de Silva, en el periódico La Nueva España el 20 de agosto de 2008)

5 comentarios:

Jesús dijo...

Al final todo es melacolicamente vanal, hasta la felicidad.

Monik dijo...

La melancolía mueve al mundo? Déjame que siga pensando que es el amor el que lo maneja...;)

Besotes!!

Alfredo dijo...

DIVIESOFF: Es posible que no te falte razón en esa afirmación.

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MONIK: ¿Y si nos enamoramos para evitar la melancolía que produce la soledad? De todos modos tu idea no es mala.

Abrazos!!

Anónimo dijo...

Con el permiso de Pedro, -me suelen gustar sus artículos-, creo que la Felicidad es un estado mental.En cuanto a la Melancolía, yo creo que más bien paraliza, es el amor quien mueve el mundo, "lojuroporSnopy"

Besín insomne.

Alfredo dijo...

Pero la melancolía también es algo contra lo que luchar, y entonces se convierte en una fuerza motora. Por supuesto, el amor es, probablemente, la fuerza motriz por excelencia.

Ciao!!