lunes, 18 de agosto de 2008

Edward Steichen (Luxemburgo, 1879, Connecticut, 1973)


A lo largo de su vida fueron muchos los adjetivos que cosecharía este fotógrafo luxemburgués, buena muestra de la influencia que ejerció en el mundo de la fotografía a todo lo largo y ancho de su carrera, en la que siempre se mostró como un espíritu inquiete, capaza de reinventarse en sucesivas ocasiones y en dejar tras de sí un legado de enorme importancia en todos los géneros que tocó: paisajes, moda, retratos, desnudos, fotografía bélica, organización de exposiciones, publicidad. Incluso se le considera el inventor del glamour, a través de los trabajos que hizo para Vogue y Vanity Fair.

Unos dicen que tenía dos años, otros que tres, cuando la familia de Edward Steichen se vio obligada a emigrar, como siempre por causas económicas a los Estados Unidos. Lo de la edad es un dato irrelevante, al lado del hecho de que sería en ese país en el que desarrollaría la parte fundamental de su carrera artística. Con 15 años entró de aprendiz en una litográfica, la Fine Art Company de Milwaukee, y en 1895 entraría en contacto con al fotografía, y cuatro años después cuatro de sus fotografías se expusieron en el Second Philadelphia Salon, donde las pudo ver Alfred Stieglitz (uno de los introductores del arte de la vanguardia europea en los Estados Unidos), en lo que fue la primera piedra de una carrera exitosa.


Con Stieglitz y otros, Steichen formaría el Photosecession Group. Estamos en la primera etapa de la evolución artística de Steichen, a la que se suele denominar pictorialista, porque todavía los postulados pictóricos tienen un gran peso en los fotógrafos, en unos momentos en los que la fotografía empieza a luchar por hacerse un hueco entre las bellas artes. Steichen viaja por Europa y se lleva de regreso el trabajo de los mejores fotógrafos europeos para ser expuestos en la Internacional Exhibition of Pictorial Photography. Era 1910.

Poco después estalla la Primera Guerra Mundial, y Steichen se incorpora a la naciente arma de aviación como fotógrafo, lo que le pondrá en contacto con la fotografía aérea y con el horror de la guerra. Esto último le llevará al convencimiento de que debía de abandonar el pictorialismo para entrar de lleno en el terreno del realismo, lo que llevará a dejar de lado aquellos primeros paisajes dotados de una gran fuerza simbólica para volcarse en las personas.

Al finalizar la contienda bélica, Steichen empezará su relación con la fotografía comercial, lo que le provocó fuertes críticas de aquellos que defendían el contenido artístico de la fotografía y rechazaban que los fotógrafos publicitarios pudieran alcanzar el estatus de artista. Así, sus trabajos empezaron a publicarse con regularidad en las revistas Vogue y Vanity Fair, las auténticas modeladoras de la moda y el gusto de las clases acomodadas norteamericanas, lo que hizo que pasaran por el objetivo de su cámara todos los miembros del star-system de Hollywood, grandes músicos de jazz, estadistas mundiales, miembros de la high society americana, boxeadores…

Estamos en los años iniciales del consumismo, y Steichen logrará compaginar esos dos aspectos que algunos consideraban incompatibles, como son lo comercial y lo artístico, convencido como estaba de la importancia creciente de la imagen publicitaria. Importancia que Steichen ratificó cuando en 1923 empezó a firmar sus fotos publicitarias, incluso después de que le hubieran ofrecido mantener el anonimato para poder proteger su reputación como artista. Estas fotografías, auténticos retratos de un estilo de vida, dejarían marcado el camino que luego seguiría la fotografía de moda y publicitaria posterior.

En 1938 dejará esta faceta comercial, se mudó a una granja que había comprado y allí se dedicó a capturar imágenes de sus plantas y flores, que luego expondría en el MoMA de Nueva York, en lo que fue la primera exposición fotográfica íntegramente dedicada al mundo de las flores que se hacía en los Estados Unidos. Luego llegará la Segunda Guerra Mundial, lo que le llevará a integrarse en el Servicio Fotográfico de la Armada, y conocerá el escenario bélico del Pacífico.

A su fin, fue nombrado director de fotografía del MoMA para el que organizará una exposición absolutamente fundamental a la que tituló The Family of Man (La familia del hombre), resultado de tres años de búsqueda de material por los Estados Unidos y por Europa, con el fin de plantear una muestra que promoviera la solidaridad entre las personas enseñando imágenes de todas las esquinas del mundo. La exposición tenía una estructura casi laberíntica, en la que se sucedían imágenes de distintos tamaños y que fue un éxito total de público. Se inauguró en 1955 y recorrió 38 países.

7 comentarios:

CASANDRA dijo...

Gusto en visitarte, gusto en leerte, gusto dejarte mi reconocimiento afectuoso a tu labor de investigación. Buen comienzo de semana amigo. Un beso.

Alfredo dijo...

Agradecido. Que la semana te vaya bien bonita.

Besos.

Anónimo dijo...

Gracias por tan bello post.
Adoro las fotos antiguas, tienen alma...
La fotografía me apasiona, me queda tantoooo por aprender.

Viste la Expo de Salgado en Oviedo?, fue espectacular, lástima que aún no tenía mi reflex y las tomas que hice no valen gran cosa.

Saludos fiesteros.

Monik dijo...

Increíble este gran fotógrafo...aunque no me digas que teniendo a actrices tan glamurosas de aquella época y el blanco y negro y sepia de las fotos...ufff...¿como no van a salir tan espectaculares? ;)

Besotes!!

La Gata Coqueta dijo...

Es un post muy educativo con unas fotografías o poses fuera de lo normal como quien las hizo, no hay nada más que ver la señora pelando unas simples patatas y con hoyuelos para más y que bonita esta.

Besos amigo y hasta pronto, se me olvidó he tomado sidra a tu salud cuando subí a Asturias y con llamparas o lapas, no importa el hcho es tomarlas.

Alfredo dijo...

FUGA: La fotografía en blanco y negro, y también en el cine, da un aire muy especial a las imágenes que el color no consigue, aunque es más difícil técnicamente. La exposición que me dices de Salgado no la vi, aunque si pude ver fotos suyas hace unos años, y son realmente impresionantes.

Ahora hay un sitio muy interesante en Gijón, se llama Mediadvanced, y hasta el 31 de agosto tiene una exposición de fondos propios que tiene muy buena pinta, y a ver si puedo ir a verla la próxima semana. Está en la calle Ezcurdia 8 bajo.

Saludos currantes!!

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MONIK: Cierto, y el blanco y negro aumenta aún más la belleza, con esos fantásticos contrastes de luces y sombras. Es impresionante la obra de este luxemburgués.

Besos!!

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GATA: Muchas gracias por tomarte una sidra a mi salud con llámpares. Y es verdad que lo importante es beber sidra, que va bien con cualquier cosa. Este fin de semana, en una feria ecológica yo también estuve catando sidra ecológica. Una delicia.

La foto de las manos a mí me impacta mucho, porque en algo tan sencillo se esconde una tremenda dignidad. Es genial.

Abrazos!!

Anónimo dijo...

Todo fotografo qeu consigue vivir de la fotografía es admirable y si encima le reconocen un sentido artistico....