lunes, 7 de julio de 2008

Lost in translation (Sofía Coppola, 2004)


Tokio como metáfora y como realidad. Sobre ese escenario de la hípertecnológica capital nipona, tiene el acierto Sofía Coppola, de sitúar la historia de dos naúfragos sentimentales, de dos personas que a pesar de estar muy separados por la edad, tienen una actitud de hastío hacia la vida y las relaciones, bastante similar y que les convierte en almas gemelas, en personas condenadas a encontrarse y a comunicarse en un lenguaje que va más allá de las palabras, hecho de miradas, de gestos.

Bob Harris es una estrella de cine de luz menguante que viaja a Tokio, a cambio de una considerable cantidad de dinero, para hacer un anuncio de whisky. Oferta que le sirve de disculpa para salir de una vida anclada en la rutina, en la que lo más emocionante que puede vivir en su matrimonio es la elección de la moqueta o del tipo de armario que quiere para una habitación de su casa. Da vida a este personaje un excelente Bill Murray, quien consigue darle a su personaje ese toque justo entre la melancolía y la ironía (porque la película tiene un humor subterráneo absolutamente fantástico).

Otra no menos increíble Scarlett Johansson, le da la réplica desde una veinteañera, graduada en Filosofía, que viaja a Tokio acompañando a su marido fotógrafo, y que tiene en la soledad y el desconcierto dos incómodos compañeros de viaje, mientras se pregunta por el sentido de su matrimonio (acaso no lo tenga en absoluto), y por el camino que tiene que seguir en la vida. Durante su soledad en la habitación de un hotel despersonalizado, mira la ciudad desde la ventana de su habitación y la soledad viene a estar a su lado, mientras la ciudad bulle de vida y de personas extrañas.

Un Murray insomne, y una Scarlett perdida, se encuentran en la barra del bar del hotel para iniciar una historia profundamente humana, de esas que calan hasta los huesos, de "gran vuelo lírico y poderoso calado irónico", como escribió Ángel Fernández Santos en el periódico El País. Una historia que nos habla de amor, de la necesidad que tenemos todos los seres humanos de compartir nuestra perenne soledad, ese vacío emocional que no encuentra palabras y del que sólo los gestos nos pueden rescatar. David Garrido escribió refiriéndose a esta película: "No existe aspiración más humana y universal que esa necesidad de compartir, de crear, de sentir y abandonarse en el que está a tu lado, más allá de la condición de pareja, amante, esposo, objeto de deseo o casual coincidencia en tu vida".


En medio de la vorágine de una ciudad plagada de luces de neón, de ruido, Sofía busca el silencio de dos personajes que se ven inmersos en un mundo extraño, en una cultura muy alejada de la suya. Eso, y el saberse habitantes del país de la soledad y del hastío, es lo que servirá de cemento para edificar una relación que crece desde la intimidad más profunda y que se va definiendo en cosas ínfimas, casi imperceptibles, pero no por ello menos fuertes y que escapa a cualquier definición al uso.

Todo ello apoyado en una música excelente y una más que talentosa fotografía, y un final apoteósico, de esos que nos golpean ahí donde anidan las mariposas que revolotean por nuestro interior cuando los sentimientos se escapan a nuestro control.

Concluyo con un fragmento del artículo Insomnes en Teratópolis, publicado por Ricardo Menéndez Salmón en la revista Hesperya, y que está dedicado a esta película: " (…) O quizás la dirección de la metáfora no resulte tan obvia, y Japón esconda, en realidad, la inquietante parábola del otro que viaja no sólo a nuestro lado, sino también en nuestro interior. Las mujeres que amamos, los hombres con quienes tenemos hijos, el yo que nos interroga desde el tazón de desayuno, desde el atasco en al autopista, desde la jerarquías laborales. ¿Cuántos lugares llamados Japón existen alrededor y dentro de nosotros? La intraducibilidad de las emociones, lo inexpresable de los pensamientos, la inconmensurabilidad de los afectos. ¿Será que en la vida no hay cantidades homogéneas y que todos nos perdemos en la traducción? ¿Quién duerme en realidad a nuestro lado cada noche? ¿Quién transporta nuestra simiente en su matriz? ¿Qué me es dado esperar a lso 25? ¿Un doctorado en Filosofía en la epatante Yale? ¿Y a los 50? ¿Un momento Sartori mientras agito mi whisky componiendo un gesto a lo James Bond? ¿Y a los 25 y a los 50? ¿Un amor fou que me redima de la vida en fuga, la podredumbre, las viejas fotografías? (…)"


6 comentarios:

MARIANA dijo...

Una historia que nos habla de amor, de la necesidad que tenemos todos los seres humanos de compartir nuestra perenne soledad, ese vacío emocional que no encuentra palabras y del que sólo los gestos nos pueden rescatar. David Garrido escribió refiriéndose a esta película: "No existe aspiración más humana y universal que esa necesidad de compartir, de crear, de sentir y abandonarse en el que está a tu lado, más allá de la condición de pareja, amante, esposo, objeto de deseo o casual coincidencia en tu vida".
qué más puedo agregar? que me encantó esta película, que me llegó y la recuerdo por lo que me conmueve.... Estoy unos dias con el blog cerrado...evaluando, tomando distancia, en fin... pero estoy por aquí porque no quiero perder contacto con la gente que tiene mi aprecio. un abrazo uruguayo, al amigo asturiano.

Alfredo dijo...

BUSCANDOLUNAS: Espero que la pausa sea momentánea. A veces es bueno separarse de las cosas para verlas en su justa medida. La reflexión siempre enriquece y seguro que tu blog se verá favorecido por ese momento de calma.

Tus venidas a este lugar siempre son bienvenidas y todo un placer. Gracias por la muestra de cariño.

Besos desde esta lejana Asturias a la que le verano no quiere terminar de llegar!!

CASANDRA dijo...

Hola Alfredo. Y..llega o no llega el verano por Asturias? Por Uruguay humedad y poco frio. Un invierno intestable como todo!!! Tengo un lugarcito nuevo donde podes pasar. Buscandolunas sigue cerrado por reformas... Te dejo un abrazo.

Alfredo dijo...

CASANDRA: Hoy por lo menos luce el sol. Gracias por la invitación. Enseguida me paso a ver ese nuevo lugar.

Un abrazo!!

Monik dijo...

oye que buena pinta tiene!! Me la apunto pa verla!! graciaaaas!!

Besotes!!

Alfredo dijo...

Seguro que no te vas a arrepentir de verla. Ya me contarás.

Abrazos!!