domingo, 14 de julio de 2013

Abstracción geométrica y decorativismo en la obra de Beatriz Milhazes

Avenida Brasil (2003-2004)

Hubo que esperar hasta mediados de los años 90 para que la obra de esta artista nacida en Río de Janeiro en 1960, cruzara las fronteras de su Brasil natal y entrara de lleno en la escena artística internacional. El siguiente espaldarazo le vino cuando fue seleccionada para representar a su país en la Bienal de Venecia en 2003.
Palmolive (2004)
A partir de ahí la obra de Beatriz Milhazes ha alcanzado el reconocimiento del mundo del arte y se ha convertido en una presencia habitual tanto en las subastas como en las exposiciones. Se trata de una pintora muy influida por los colores y las atmósferas de su país, por su flora y por el colorido característicos de la artesanía, del Carnaval, del modernismo brasileño a lo que suma enseñanzas de grandes maestros europeos como puedan ser Matisse o Mondrian.
As Tulipas.
Milhazes no trabaja de forma directa sobre el lienzo, sino que va construyendo las distintas formas sobre una planchas de plástico que le permiten después trasladar los diseños a la tela y ver antes de la impresión, el resultado de la combinación de formas y colores. Primero está la idea y luego la traslación momento en el que la idea inicial se puede mantener o transformar para dar lugar a una obra diferente de la pensada inicialmente.
Canela.
La propia artista explica que su trabajo “tiene que ver con Río, con la naturaleza exuberante, la belleza de la ciudad, porque Río es una ciudad increíble, que te está invitando constantemente a cometer excesos”. De ese enorme crisol saca los elementos que luego toman forma en unas obras en las que destaca el colorido, la inspiración en la naturaleza, las formas geométricas en composiciones en las que mantiene un equilibrio muy notable entre la abstracción geométrica y lo decorativo.
Pierrot y Colombina.
De su estilo dice Henry Allsopp que se trata de un “lenguaje muy internacional pero, evidentemente, con un toque característicamente brasileño”, un estilo que cruza los lenguajes artísticos, ya que aunque Milhazes señala que lo que más le gusta es pintar, de vez en cuando deja los pinceles un poco de lado, para llevar sus diseños al mundo de la moda, por ejemplo.
Noite de Verao.
Todo el hedonismo de su país, toda la alegría de vivir, el ritmo incesante, el amor por el color, tienen cabida en unas obras de colores vibrantes, formadas a partir de collages sucesivos, capaces de cruzar fronteras y mentalidades.
Más información: MoMA, Tate, Artnet, Malba, Bloinartinfo.

5 comentarios:

balamgo dijo...

Visualmente me gusta mucho la explosión de formas y colores de la autora. Muy atrayente y sugerente.
Abrazos.

casss dijo...

Así como lo decis: todo el color y la exhuberancia de Brasil, brotan de esta obra deslumbrante.

Un fuerte abrazo, amigo

Alfredo dijo...

BALAMAGO: Es una obra que transmite optimismo y alegría de vivir. Efectivamente, es muy impactante.

Un abrazo!

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CASS: De un país como Brasil parece fácil que salgan artistas que tengan en el color y la alegría, bases sustanciales sobre las que desarrollar su arte.

Abrazos!

Asun dijo...

No conocía a este artista, pero me gusta, es alegre y dinámico, lleno de vida, debe ser su lugar de origen, Brasil y su colorido están en todos estos trabajos.
Gracias por compartirlo.
Saludos

Alfredo dijo...

ASUN: Hola. Brasil es un país lleno de color y de ritmo, y eso lo traduce muy bien Milhazes en su trabajo.

Un abrazo!