lunes, 29 de abril de 2013

Robert Frank: El fotógrafo de la América profunda



Nacido en la ciudad suiza de Zurich en 1924, en el seno de una familia judía, Robert Frank se inició en el mundo de la fotografía por las ganas que tenía de salir del área de influencia del negocio familiar. La necesidad de abrirse al mundo le llevó a variar sustancialmente el rumbo laboral al que parecía estar destinado.


Eso le llevará a un primer proceso de aprendizaje del que saldrían unas obras sofisticadas, brillantes, relacionadas con el lujo. Unas características que se modificarán sustancialmente hasta llegar a convertirse en uno de los fotógrafos más influyentes de los Estados Unidos, país al que emigró en 1947.


En su nuevo país de acogida, sus primeros pasos fotográficos los dará, por razones alimenticias, en el mundo de la moda de la mano de la revista Harper’s Bazaar. Nueva York era el territorio en el que Diane Arbus o Saul Leiter estaban dando forma a la Escuela de Nueva York. Después de una pequeña estancia en París, Robert Frank regresará a los Estados Unidos en 1953.


A todo esto, nuestro fotógrafo ya había tenido para desencantarse del sueño americano, después de encontrarse con una de las muchas caras de los Estados Unidos, y que no era otra que el de la pobreza, la exclusión racial y la falta de solidaridad. Sobre esa base edificará el libro The Americans (Los Americanos), con unas 80 fotografías después de un arduo proceso de selección entre unas 28.000 obtenidas después de dos años de viaje por todos los Estados Unidos.


En ese libro comparten presencia los obreros de Detroit, los travestis de Nueva York o los negros de Nueva Orleans obligados a utilizar transportes públicos distintos de los usados por la población blanca, niñas con aspecto de que alguien les ha robado la infancia, bebés dejados en el suelo de un tugurio.


Un libro tan revolucionario para la época que tuvo que ser un editor francés el que primero lo sacara a la luz en 1958, para que un año después pudiera ser publicado en los Estados Unidos, con textos de uno de los apóstoles del movimiento beat como era Jack Kerouac.


El viaje le llevó a recorrer paisajes de la América profunda en los que vivió en sus propias carnes las contradicciones del país, como aquel pueblo en el que el sheriff al ver un desconocido, además judío, conduciendo un coche antiguo, le estuvo interrogando durante varias horas, o aquel otro en el que la máxima autoridad policial le dio una hora para abandonar el pueblo.


A partir de la publicación de ese libro y de la exposición que le dedicó el Guggenheim en 1962, Robert Frank se convirtió en uno de los fotógrafos de referencia en los Estados Unidos gracias a su forma de diseccionar el mundo que le rodea, a la fuerza de penetración que tienen sus instantáneas.

Más información: Atget Photography, NPR.

5 comentarios:

PACO HIDALGO dijo...

Me encantan esas fotos de esa América profunda; es impresionante esa niña rubia con el pitillo o esa soledad de esos personajes de bares o metro. Gran reportaje, Alfredo. Buena semana.

balamgo dijo...

Excelente Alfredo el sacar a R:Frank y su muestra de fotografía. El post es extraordinario.
Un abrazo.

Alfredo dijo...

PACO: Coincido contigo en la fuerza de la imagen de esa niña con el cigarrillo en la mano y esa mirada impropia de alguien de su edad. Una foto estremecedora.

Un saludo!

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BALAMGO: Lo extraordinario son las fotografías de Robert Frank, que supo retratar como nadie la realidad de su país de adopción.

Un abrazo!

juan dijo...

La foto de la Nena Fumando no pertenece a Robert Frank, sino a Sally Mann.

Alfredo dijo...

Muchas gracias Juan por la advertencia. Tienes razón. Ya la he cambiado.