miércoles, 25 de julio de 2012

Alighiero Boetti, todo por una idea


Mapa.

“No he hecho nada, no he elegido nada. Cuando la idea básica florece, no hace falta hacer nada”. Esta máxima del italiano Alighiero Boetti (Turín, 1949 – Roma 1994), ya nos pone sobre la pista del desarrollo artístico del que es uno de los artistas más influyentes del arte contemporáneo.

Aerei.
Su llegada al mundo del arte se produjo en su ciudad natal, cuando se inserta dentro de un grupo de artistas de ideas izquierdistas como Luciano Fabro, Mario Merz, Giulio Paulini o Michelangelo Pistoletto, lo que le lleva en un primer momento a ser adscrito al movimiento conocido como arte povera dentro de una corriente conceptual. El propio Boetti siempre renegó de cualquier etiqueta artística y siempre defendió su práctica individual, transgresora y dual.

Alternando de uno a cien y viceversa (1977).
Ese último adjetivo calificativo lo utilizo en el sentido de que el artista siempre quiso hacer un acercamiento a la realidad desde los dos polos posibles, fruto esta actitud de sus lecturas filosóficas, griegas y orientales, actitud que le llevó a considerarse a sí mismo como un ente dividido entre Alighiero y Boetti.

Dama (1968)
“De este modo desarrolló un sistema de pensamiento creativo que contenía varios principios de dualidad: norma y excepción, lógica e indeterminación, orden y desorden, singularidad y multitud, similitud y diferencia, clasificación y desbordamiento, masculino y femenino, ver y no ver”, tal y como se afirma en la web hoyesarte.

Tomando el sol en Turín el 19 de enero de 1969.
Esa concepción del arte y de su propia existencia le va a llevar a explorar multitud de materiales diferentes, a crear obras (Boetti prefería llamarlos “objetos”) de arte muchas veces en colaboración con amigos o con artesanos procedentes de otras culturas como Afganistán o Paquistán, a tomar en cuenta el factor del azar, de lo inesperado, para aludir a una idea por medio de caminos que exigen al espectador paciencia y capacidad de observación.

Zig zag (1966)
El viaje y la curiosidad por otras culturas va a estar en la base de sus ejemplos de mail art, con el envío de postales a sus amigos desde lugares inventados, o le lleva a desarrollar falsas biografías viajeras de diferentes personajes. En esta línea del viaje, de la geografía cambiante, de las fronteras que van y vienen, se enmarca su proyecto Mapa, o la recreación de un mapamundi donde cada país está representado por su bandera, trabajo que fue realizado por mujeres afganas siguiendo sus formas tradicionales de bordado. Ellas también dieron forma a otra serie de obras en las que Boetti les daba letras y ellas las unían y les daban el color que quisieran.

Territorio ocupado (1969)
De hecho Boetti viajó muchas veces a Afganistán hasta que la invasión soviética de 1979 se lo impidió definitivamente, y en Kabul llegó a regentar una suerte de hotel convertido también en centro de producción artística. En palabras de Borja-Villel “lo suyo fue jugar, recrear formas y transgredir categorías mezclando lo provisional y lo inadecuado para conseguir una obra única”.

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2 comentarios:

Jesus dijo...

Me ha encantado la entrada y las obras de este artista que no conocia, pero que me impactan, a traves de la pantalla del ordenador, con lo que pierde una obra de arte con este medio!.
La filosofia del artista creo que es de las pocas posibles, por supuesto desde el trabajo cotidiano, pues la inspiracion o el arte no aparece por arte de magia y si lo hace mejor anotar esa magia para luego trasladarla. La vida al fin y al cabo es un juego, divertido siempre, aunque a veces llevemos las cartas marcadas
Buen verano norteño!

balamgo dijo...

Magnífico artículo, me ha gustado mucho.
Saludos.